“a través de mi llorar y sus siluetas al pato Donald vi.
¡Ay, ay, ay, ay!
el cine triste me haces recordar
¡Ay, ay, ay, ay!
las caricaturas también me hacen llorar”
Pongo el disco, (Lisa Ekdahl) apago la luz de la lámpara, me acuesto y cubro con sábana y cobijas. Estoy acostada de lado, hacia la derecha, de frente a la pared. Cierro los ojos y espero dormir. Pero no. La música, como un repentino martillazo de agua instantáneamente me:
· transporta
· coloca
· desplaza
· ubica
· pone
· traslada
· sitúa
En un:
· sitio
· lugar
· espacio
· (a) ubicación
Un cuarto:
· diminuto
· estrecho
· muy alto
· y rosa
· rosa viejo
· con cenefa de encaje negro
Sé que no estoy allí., lo dice mi consciente. Mi inconsciente, en cambio, place en la humedad del cuarto musical.
Mi mano izquierda como si supiera qué hacer –lo sabe- se coloca despacito en mi rostro con la palma hacia arriba (extraña manera estrena mi mano de explotar el tacto, con el dorso) y recorre en un camino de caricia mi nariz y llega, sin irse de la nariz que tanto le gusta, a mis labios, que se entreabren queriendo apresar los dedos que ya no son de mi mano. Entonces veo de quién son los dedos, de quién es esa cálida mano que me camina:
Estás allí mientras bailo sobre la cama y haces que mi mano sea tu mano porque tú estás sentado en la esquina, en una silla, viéndome y es como si tu mano tuviera el don de la ubicuidad y estando en tu brazo también estuviera en este sendero llovido y oscuro de mi rostro. Con tu pierna derecha cruzada sobre la izquierda y fumando un cigarro sin filtro, tus ojos son agujas verdes metiéndose en mi vientre que danza.
No puedo resistirme al llanto. Esta habitación no existe me digo y abro los ojos. Veo entonces la cortina blanca frente a mi cara. Blanca con rombos rojos y amarillos y sobre cada figura geométrica rostros, de personajes de caricatura. No puede ser ¿cómo dejé ir un ataque de melancolía y nostalgia , la onírica certeza de tu presencia y preferí ver:
· al gato silvestre
· piolín
· buggs bunny
· el pato lucas?
Me recrimino que por el dolor haya escapado de la danza que danzaba contigo-para ti en el imposible aparador de la memoria. Me:
· reconvengo
· regaño
· reprocho
· y prometo castigarme
si no estás cuando de nuevo cierre los ojos.
3 comentarios:
La releí, a la historia. Y no es cómica, pero me hace sonreír. Y eso, que me hace sonreír no sé por qué, me hace gracia, es simpática...
Es que escribís cada cosa y de una forma...
=)
Besos...
Sí; me recuerdan aquellas lecturas de los primeros semestres. Lectuars que las más de las veces no comprendía pero cómo disfrutaba.
Lo tuyo es igual de delicioso.
¡Cómo es que no viene por acá el anónimo que se aburre con mis pendejadas! O bien, si es que viene y lee y ve esto perfecto, por qué no deja algún comentario. Jeje, estoy peor que él.
Anónimamente agradecida con vuestro texto.
Me ha encantado...
¿Llegará la nostalgia de nuevo?
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