Almíbar casi primaveral
Marzo, mes de la primavera. Aquí, sin embargo marzo siempre (palabra que no es) fue un mes de invierno aún, de heladas y vientos.
Hemos tenido poco más de una semana con mucho calor y eso bastó para que los árboles frutales, específicamente los duraznos, albericoques y ciruelas, como en un acto de magia, se llenen de flores.
Blancas, y rosas en muchas tonalidades, todas florecitas delicadas que pretenden algún día convertirse en fruto.
Y volteamos al corral y allí están, y a los jardines, y a la distancia, por todos lados manchones blancos y rosados que sabemos con perfume; por todas partes las flores.
Alboroto en los árboles (el membrillo con sus bellas hojitas –no puedo decirles hojas, son hojitas aunque suene almibarado- llenas de pelusa), la gente con ropa veraniega se pasea, los pájaros cantan a todo lo que da. Los periquitos han tenido ¿periquititos?, la valentina, una perra del barrio, tuvo tres cachorros ayer.
Pero hoy las cosas parece que cambian. El viento llegó, los petalitos tiemblan.
Hay varias formas de vivir, aprovechando lo que venga o previniendo lo que vendrá. Alocarse en una primavera ilusoria y fugaz o dejar que a su tiempo lleguen las flores los frutos las hojas y lo que haya que llegar…
Y si el frío no se va ¿nos quedaremos con las flores arrumbadas?
Y si se va este precoz calor ¿nos dejará sin pétalos, matará los frutos el frío?
Me caigo tan mal cuando parece que doy consejos.
Pero no, no tengo ni la menor idea de la respuesta. Si es que la hay.
Marzo, mes de la primavera. Aquí, sin embargo marzo siempre (palabra que no es) fue un mes de invierno aún, de heladas y vientos.
Hemos tenido poco más de una semana con mucho calor y eso bastó para que los árboles frutales, específicamente los duraznos, albericoques y ciruelas, como en un acto de magia, se llenen de flores.
Blancas, y rosas en muchas tonalidades, todas florecitas delicadas que pretenden algún día convertirse en fruto.
Y volteamos al corral y allí están, y a los jardines, y a la distancia, por todos lados manchones blancos y rosados que sabemos con perfume; por todas partes las flores.
Alboroto en los árboles (el membrillo con sus bellas hojitas –no puedo decirles hojas, son hojitas aunque suene almibarado- llenas de pelusa), la gente con ropa veraniega se pasea, los pájaros cantan a todo lo que da. Los periquitos han tenido ¿periquititos?, la valentina, una perra del barrio, tuvo tres cachorros ayer.
Pero hoy las cosas parece que cambian. El viento llegó, los petalitos tiemblan.
Hay varias formas de vivir, aprovechando lo que venga o previniendo lo que vendrá. Alocarse en una primavera ilusoria y fugaz o dejar que a su tiempo lleguen las flores los frutos las hojas y lo que haya que llegar…
Y si el frío no se va ¿nos quedaremos con las flores arrumbadas?
Y si se va este precoz calor ¿nos dejará sin pétalos, matará los frutos el frío?
Me caigo tan mal cuando parece que doy consejos.
Pero no, no tengo ni la menor idea de la respuesta. Si es que la hay.
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4 comentarios:
qué belleza!
si no lo contaras tú esa no sería tu casa.
qué comentario el mío.
es que dibujas tan perfectamente tu hogar que realmente me transporto y vuelvo a Canapas entre líneas.
gracias por esta primavera;sí llegue o se regrese... let it be
quise decir: "así" llegue o se regrese
Ilusionarse, ilusionarse. Yo lo hice y destapé al presunto albaricoque (No sé si loe s a ciencia cierta, planté muchas cosas ahí, y salió esa) Y ahora vulven las heladas y se lo quieren llevar.
hace meses le dije a h que quería ir a conocer cananea. me dijo que no. que desde que la mina... aquello estaba muerto. luego leí en tu blog algunos textos igual de fúnebres a los que escribía yo sobre tijuana.
me gusta leer que también seguimos las imágenes luminosas, que podemos volver a verlas.
ya me estoy haciendo grande.
sube una foto de los árboles de durazno, del corral. no seas mala.
gracias por tu comentario esdrújulo.
te mando un abrazo.
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