Era otro, otro abril
Hoy es abril, ayer fue abril y mañana será abril.
¿Y yo?
¿cuándo mi abril?
¿Cómo estás?
Tú eres fuerte y resistente, amor. Sé que estás bien, fragante y bello, como siempre.
Así que me dejo de seriedades tales y paso a hablarte de un chavo que conocimos Ugo y yo en Nogales. Para variar no sé cómo se llamaba o llame, ni donde lo conocimos, supongo que en la calle, haciendo algún letrero, era bueno para las letras, rápido y limpio, lo contrataban a menudo y le pagaban bien. Por algún tiempo lo vimos más o menos seguido, decía que también era pintor, es decir no sólo de letreros, carteles y eso, sino.
En una ocasión nos reunimos en la casa del Tavo, un amigo, en Nogales Az, después el Tavo salió y nos dejó a los tres, Ugo, este chavo sin nombre en mi memoria y yo. Pintor era muy guapo, alto y flaco y nos dijo que había estudiado oceanografía en algún puerto del que tampoco recuerdo el nombre. Sabía todo con certeza (¿se puede saber algo sin certeza?), sabía medidas, pesos, fechas y nombres exactos de TO DO; ese día empezó a hablar de los agujeros negros y no sabes cuánto sabía(o sabe), estuvo hablando horas y horas (como bien supondrás, esto es una exageración, fueron dos horas cuando mucho)y de paso hablaba del mar, la tierra, las galaxias, terremotos, la Luna, el Sol, los barcos, las mujeres, nubes, matemáticas finitas, química, derechos humanos, Plutón (en esos días aún un feliz planeta), los niños, la música, naves espaciales, fuga de cerebros (él andaba en eso, creo, pretendía ser un cerebro merecedor de ser robado o puesto en perpetua tentación para fugarse montado en el lomo del imperialismo yanqui… ¡así decía!); hablaba, pues, de los agujeros negros.
Y no podía uno cuestionarle nada, ni dudar de su palabra.
En verdad lo sabía todo.
Pintor era un mamón como comprenderás.
Después tuvimos la ¿oportunidad? De conocer su obra y allí (allí de tiempo y de lugar, de “justo aquí y ahora”) descubrí que no importaba conocerme incapaz de saber nada con certeza o no (“tu cruel falsía que me matará”, dicen, cantan, en un radio)… y voy descubriendo que no sé qué más decirte de él, la canción me distrajo: “juraste amarme, dijiste quererme” y etcétera… ¿sabes por qué te cuento todo esto, verdad? El día que estábamos en tu casa con tus amigos y estaba el chavo ese hablando y hablando y hablando… yo recordaba al oceanógrafo truncado, hasta físicamente se parecía, el de Nogales era más alto pero aún así, podían haber pasado por hermanos o primos o pintados por el mismo retratista. A mi me cohíbe –un poquito- la gente que habla mucho, comprenderás por qué me quedé muda… tú te mostrabas muy interesado en lo que este no pintor no tan alto decía con patadas y demostraciones físicas y yo nunca supe por qué… tal vez a ti te interese el karate, no sé. Las espadas, el oriente, las artes marciales, lo militar, los uniformes, los espadachines, golpes mortales, velocidad en piernas, líderes mundiales en carreras, tarahumaras, dagas, insectos comestibles, Bruce Lee, la danza de los planetas, las peleas de perros, las princesas turcas, los cuchillos… de todas formas me simpatizó tu amigo. (“Que me amargo la vida / si te dejo de amar”)
Pintor era un mamón como comprenderás.
Después tuvimos la ¿oportunidad? De conocer su obra y allí (allí de tiempo y de lugar, de “justo aquí y ahora”) descubrí que no importaba conocerme incapaz de saber nada con certeza o no (“tu cruel falsía que me matará”, dicen, cantan, en un radio)… y voy descubriendo que no sé qué más decirte de él, la canción me distrajo: “juraste amarme, dijiste quererme” y etcétera… ¿sabes por qué te cuento todo esto, verdad? El día que estábamos en tu casa con tus amigos y estaba el chavo ese hablando y hablando y hablando… yo recordaba al oceanógrafo truncado, hasta físicamente se parecía, el de Nogales era más alto pero aún así, podían haber pasado por hermanos o primos o pintados por el mismo retratista. A mi me cohíbe –un poquito- la gente que habla mucho, comprenderás por qué me quedé muda… tú te mostrabas muy interesado en lo que este no pintor no tan alto decía con patadas y demostraciones físicas y yo nunca supe por qué… tal vez a ti te interese el karate, no sé. Las espadas, el oriente, las artes marciales, lo militar, los uniformes, los espadachines, golpes mortales, velocidad en piernas, líderes mundiales en carreras, tarahumaras, dagas, insectos comestibles, Bruce Lee, la danza de los planetas, las peleas de perros, las princesas turcas, los cuchillos… de todas formas me simpatizó tu amigo. (“Que me amargo la vida / si te dejo de amar”)
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Te dejo. Hay que vivir.
Te dejo un beso. Para vivir.
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