en ocasiones es tan fácil recordar, pero no todo
etiquetamos las vivencias:
el primero
el último
el mejor
el peorlo más grande, más pequeño, más triste, feliz, el único, el sólo, acompañado, aquel...
hoy comí un membrillo y lo recuerdo
en la lengua
como beso
uno
porque fue
oh, ése
el que también muy a menudo vuelve
la mordida, una gota del sabor
agridulce
del verano
que ya después
estará bajo el nombre cruel
de montón de días que se fueron
noches tibias con membrillos
y sin ti
.
5 comentarios:
No te pases de escribir bien, guapa. Nos dejas en evidencia a los demás.
Aunque merece la pena por leerte.
El membrillo ¿Se puede comer en crudo? es tan duro. ¿No se cuece y azucara?
jeje.. ¡por supuesto que se come crudo! (aunque también en caldo, acompañando al cocido). En sonora comemos el membrillo con limón, chile y sal... es una delicia de nuestra infancia.
Si está maduro es una verdadera delicia.
Gracias por traernos ese momento mordelón, Fita.
p.d. Y bueno también existe el dulce (o "ate") de membrillo
Una pizca de cualquier cosa desata el recuerdo. Y ahí estamos revisitando.
Qué hacer? Expulsarlos, ahogarnos en ese caldo? A veces ambas cosas. Y otras.
Besos. Membrillos.
Buch: Del membrillo se aprovecha casi todo, salvo las semillas, creo... recuerdo que me contaban que "el moco" (esa sustancia pegosteosa del centro) se utilizaba para peinarse, era el gel, la goma. Con el mebrillo se hace jalea (para ello se utiliza la cáscara y la goma del centro), se elabora ate y también se cuece la pulpa y se le azucara para hacer mermelada, luego vienen las empanadas de cerveza... ¡ay, qué rico!!. Se puede envasar en trozos. Y: comer fresco con limón, sal y chile... mmm, qué delicia de la infancia como dices, Pina.
Fíjate, Máximo, que entrar a jardines ajenos a cortar la fruta (aquí el membrillo abunda) se le llama "Dar el mate"
Un beso dividido entre tres
Tres besos que son uno
un beso multiplicado por tres...
como sea. así es.
Bien, de acuerdo pero yo los membrillos que he visto, los de un árbol de casa de un amigo em Los Molinos (Sierra de MADRID), eran enormes y brillantes, sí, pero duros como la madre que los parió...
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