miércoles, 27 de mayo de 2009

Pan

Muy tempranito se levanta a hacer pan, pan de hombre se llama. Lo hornea en una estufa que él mismo hizo, la puso afuera, en el corral de su casa, entre los árboles (en invierno la meteré, no creas –me dijo, burlándose de lo que yo, según él, pude haberme burlado. Tiene la errónea idea de que soy más despierta)
Son las ocho de la mañana y llega a traérmelo. Lo vende en bolsas con 10 piezas cada una.

(huy, huy, me quedé como dos minutos viendo el reflejo de la ventana en la pantalla: se ve el estante con las macetas donde viven las plantas, luego el vidrio, las rejas blancas, atrás la casa vecina y lejos pero fingiendo estar cerca, las nubes, muy blancas sobre el cielo muy azul. Me dan ganas de llorar. Eso se llama nostalgia ajena o entenada, arrimada… sabe)

Mi tío Ramón fue muy feliz cuando vivió en un ejido cercano a Cananea y en algunos ranchos en los que trabajó. Me dice de un perro, “el pitudo” se llamaba y se ríe siempre que lo cuenta. Según recuerda el pitudo se la pasaba tirado en el suelo hasta que detectaba, antes que todos, algún carro que se acercaba. Entonces se levantaba, se sacudía y movía lentamente la cola. Esperando. En cuanto el carro llegaba, sin detenerse a ver al chofer o las placas (sin saludar, pues), el pitudo se trepaba (lugares agrestes como eran, transitaban casi puros vehículos con caja). Cuando el carro se iba dejaban de ver al pitudo, en ocasiones pasaban meses hasta que de pronto llegaba un carro y el pitudo se bajaba de él y se tiraba al suelo como si nada hubiera pasado. Se iba a todos los ranchos, los ejidos. Se bajaba de la caja, de lo más campante, y se quedaba semanas hasta que consideraba obligatorio subirse al transporte que llegaba… Que si de quién era, le pregunto … mmm, de un vaquero de “Los Nogales”, dice.

(pasa casi un día completo después de lo escrito allí arribita. La tarde está nublada y corre viento fresco, riquísimo. Quisiera ser árbol bajo una nubezota de esas y ganar la lluvia cuando caiga, si es que cae, o por lo menos estar moviéndome al compás que me cante el aire correteador)

¿estará mi tío preparándose para hacer el pan de mañana? Dice que le gusta mucho hornearlo… en la sombra, nadie en la calle, y él, tranquilo, solo esmerado en el pan, en su olor, sentado enseguida de la estufa (recordando al pitudo, agrego yo, pienso)
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miércoles, 20 de mayo de 2009

Nubes

"Si me alejo de ti es por que he comprendido
que soy la nube gris que nubla tu camino
Me voy para dejar que cambie tu destino
que seas muy feliz mientras yo busco olvido"
Canción


Es irremediable (inevitable, irrefrenable), las canciones que he oído a lo largo de mi vida (habráse visto frase más hecha que esta: "a lo largo de mi vida", como si la vida estuviera enrollada y al vivirla la extendiéramos... ¿sí?) me ayudan a pensar...

Muy nublado desde la mañanita. Ahora y desde hace un rato, chipichipea. Nada de calor, la temperatura no está ni en veinte, me duele la garganta, aunque no es dolor es sólo una sensación incómoda ¿qué es cuando no es dolor pero tampoco no-dolor? (¿qué puede uno decir cuando no está pero tampoco no está?)

Ah, sí, eso mismo, cuando no lloramos ni nos quejamos como de costumbre por la tristeza pero tampoco estamos no-tristes no-quejosos, exactamente eso.

En el no color, cuando no es negro ni es blanco se llama gris casi siempre. Los días grises me gustan.

Que llueva me gusta mucho más.
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Pd: En Naco, hace muchos años había una mujer a quien le decían "La Nubegris", eso es literatura, no chingaderas

viernes, 15 de mayo de 2009

Un inevitable camino lleno de agua

“Que se me acabe la vida, / frente a una copa de vino
y que te diga el destino / que vas a vivir sin mí //
Que se me cierren los ojos / que fueron tu gran cariño
y que se sienta en tu pecho /de veras que ya me fui”
José Alfredo Jiménez

Considero que el destino es un inevitable camino lleno de agua, no hay para dónde hacerse. Por eso acepté aquel día, uno de aquellos, grises, morirme.

Así también acepté, antes, el amor que me llegó extraviado, tan raro y lleno de espinas que ni rosa parecía. Como si fuera inevitable muerte aquel amor de la mujer de otro.

Estábamos afuera del bar o la cantina, esas distinciones del lenguaje nunca me han interesado, Ugo, su mujer y yo (Ugo y yo. La mujer), pretendíamos decidir qué hacer, a dónde ir. En realidad no decidiendo nada, solo hablábamos, mirando la banqueta, las personas, los autos al pasar, ebrios los tres luego de horas en la oscuridad etílica del bar-cantina.

Alguien llegó, los miró fijamente, no a mí por cierto, y pretendió saber que sabía quién era esa pareja extravagante y bella… ustedes son cantantes, dijo entusiasmado, españoles, los he visto en la tele…

-Tás loco –dijo Ugo, sin conceder importancia al desastre que se nos venía encima. Ella rió y yo me puse alerta, algo iba a pasar y ellos no se daban cuenta, ese tipo traía adentro varias sustancias que lo pusieron en estado extraterrestre, casi sonreí al pensar esto último, pero la situación no estaba para risas.

-¡Si son, sí son! -decía el tipo violentándose y pidiendo tomarse una foto con ellos, que le cantaran una canción. Absurda petición de briago: ¡una, no sean mamones…!

De reojo vi cómo el rostro de Ugo, dejando atrás la impavidez, se transformaba en hastío. No sabe lo que yo sé de las calles, no está atento. Ella, su mujer, la que amo, no se da cuenta del peligro, continúa sonriendo, no entiende mi expresión de alarma.

-¡He comprado sus discos! ¡Cántenme una rola! –casi llorando y más enojado al percatarse de su debilidad drogada. (Después, mucho después dijimos, dijeron, hubiéramos cantado, sonreído para la foto, el alcohol nos destanteó, nos vimos lentos…)
Empiezan los jaloneos, hablan los amigos del extraterrestre, hablamos nosotros: ¡házte pá llá!, ¡cabrones ojetes!, ¡ya vete, cabrón!, ¡relamidos cursis!, ¡cálmate, no te embronques!, ¡vámonos! …

Hasta que todos, los mirones que se han ido acercando y nosotros tres, vemos cómo el exigente fan saca de la camisa, del pantalón, del corazón, de su bota izquierda ¿dónde es que la traía? una navaja, no muy grande pero sí navaja. La gente grita, se mueven, peces y algas en una pecera turbia moviéndose a nuestro alrededor.

Ugo protege con un abrazo a su mujer, aquella a la que amo. Todos olfatean la inminente violencia, excitados se anticipan al olor de la sangre, al sonido de los golpes. El destino se acerca. Nunca se ha ido.

Me planteo el por qué y decido que a mí me toca.

Morir.
En esta noche clara de inquietos luceros. Porque lo que yo la quiero se lo vengo a decir atravesando mi cuerpo en el filo que se lanza hacia ellos…. ¡Quítate, buey!
Sólo es un rozón pero ha bastado
Para que policías, para que los amigos del heridor
Para que corramos
Para subirnos a un taxi
Para oír cómo el dueño de la navaja grita: ¡se deben a su público, pendejetes! ¡no compren sus discos! – grito dirigido a los demás, a todos los que, como nosotros, ni idea tienen, tenemos, de con quién ha confundido a Ugo, a su mujer…

Ella en cambio, esa noche no confundió nada. Pasamos en el taxi a dejar a Ugo y nos fuimos al hotel. Evodio, ojos de serpiente, me decía ella, en este pedazo de tiempo te pertenezco. El destino es un camino lleno de agua. No me tocaba morir.

Inevitable.
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martes, 12 de mayo de 2009

No hay anzuelo que atrape el pez de ciertas


¡Qué a toda madre… llegadesayunacomeicena… qué a toda madre!
(Quéatoamadre, en realidad decía)

Cerca de la ventana como me encontraba, volteé de inmediato para ver (no volteé para eso, uno no sabe por qué el reflejo le gana a la consideración, al porqué) a quién así hablaba (empecé a voltear desde que oí “Quéatoa…”, porque el tono)

Dos mujeres caminan con premura, alcanzo a verlas mientras pasan, llevan bolsas que se adivinan muy pesadas (¿en sendas cuatro manos?) la que va a la izquierda (de ellas) es la que ha hablado, gritado, exclamado, vociferado, aunque de esa forma que nos hace pensar que no exabruptea, así se expresa ella, no es que desee escandalizar, sólo se le da el escándalo vocal. Fea voz y en volumen muy alto.

Me dan ganas de saber.
¿Habla de su marido desobligado?
¿De su hijo ya grandecito que no trabaja?
¿De alguna hija en pasos perdidos?
¿De un extraño que gorrea en otra casa, y a ella le hace daño hasta lo que no come?

Pienso en cómo se vería si saliera tras las mujeres y caminara como sin querer para oír qué sigue, de quién y por qué habla…

La vida, sin embargo, aunque está llena de momentos rescatables, no es una novela, casi siempre carece de estructura lingüística que nos atrape, tenemos que reinventar lo que vemos. Conjeturar, suponer, adivinar e imaginar. Creo que si las persigo no obtendré nada sino calor, el sol sobre las cabezas, sudor.

¿La mujer que muestra su enojo es quien cocina?
¿Acaso la segunda mujer cocina y la gritona le reclama que permita que abusen de ella?
¿Tal vez repasan alguna telenovela, la de anoche?
¿Hablarán de la vecina, de la tía, la prima, con un marido desobligado, con un hijo grandecito, una hija descarriada, algún gorrón que llega, desayuna, come y cena…?
Casi siempre la literatura es un medio, un tren, una ventana, un lugar y un tiempo donde las mujeres que gritan en la calle a pleno mediodía tienen razón y uno entiende.

Pero no siempre se puede, hay realidades que son como mariposas que no pueden atraparse con ninguna red de letras, ni con cebos de palabras.
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Qué a toda madre.

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jueves, 7 de mayo de 2009

De Menos el domingo, extraviada sabe dónde (claro, extraviar es eso, no saber dónde)
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Teresa
junio 1998

Uguito, corazón de melón .-

. . .Esta no es una carta. Esta no es una carta. Esta no es una carta. Esta no es. Una CARTA. ESTA. No es una. Carta; ésta. NO es una CaRtA, esta. Esta no es una C. Arta esta no. Es: una carta. Esta no. Es una carta… esta, no es una. Carta.
. . .Pero parece. Y parece que eso basta. Pero esta no es una carta, pero parece que eso basta. Parece.
. . .Rogámosle ponga a volar inmediatamente a todas sus palomas mensajeras. El destino del sueño está en sus manos..
. . .H. Preocupados y M. Anónimos, S. P.


Pd 1: Uff, pero este sí es posdata (¿o ésta?)
Pd 2: De Kalidasa, poeta de la India que vivió alrededor del año 400: “Todas las muchachas llevan en sus cuerpos la huella cruel del amor; sus labios mordidos por el amante, sangran todavía y sobre sus senos, las uñas del varón han escrito su deseo.”
Pd 3: Tal vez.
Pd 4: No. Las uñas perforan. Abren huecos y anoche le decía. Estás equivocada, estás hueca y llena de agujeros; constantemente estás tratando de rellenarte de basura y tratas de cubrir tus huecos con la baba de todos esos.
Pd 5: Ni yo me entiendo. Además, se trataba de deseo. Y esto, en cierta forma. Pero no creas. Cada quien rellena sus agujeros como puede.
Pd 6: ¿Y tú, querido? ¿Necesitarás de mi saliva para que viva en uno de tus huecos?
Pd 7: Las palabras asustan.
Pd 8: “Lo que no ha de suceder no sucederá, si lo que ha de ser, no puede dejar de ser; este es el antídoto que mata el veneno de la inquietud; ¿por qué no se bebe?” Narayana
Pd 9: Inquietudes muertas pueblan los océanos de la duda muerta. Algo así como el mar muerto de la geografía emocional.
Pd 10: ¿Sabías que tienes que efectuar sacrificios si quieres gozar cuando vayas a la luna?
Pd 11: Tenemos tiempo, amor. Consígueme la piedra, tengo el corazón a punto; tu mano no temblará cuando la sangre.
Pd 12: Pero tú, tal vez, no estés interesado en este goce lunático que tendrás cuando dejes la tierra.
Pd 13: Cuando te mueras.
Pd 14: “En mi país la poesía ladra / suda orina tiene sucias las axilas.
............. La poesía frecuenta los burdeles / escribe cantos silba danza
. .. . . . . Mientras se mira / ociosamente en la toilette…” ..............
Es de Enrique.Verástegui
Pd 15: “pudo haber sido una gran poeta
.......................la más amorosa
.............................amada
...............................mía”
........................de Roberto Bolaño
Pd 16: ¿Qué te digo si he bebido el antídoto?
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miércoles, 6 de mayo de 2009

Destapabocas

El jugo de dos limones y dos naranjas todos los días en ayunas ayuda a tener las defensas altas…

Limpiar todas las fugas de aguas negras, quemar cadáveres, limpiar los panteones, que son focos de enfermedades aletargadas, esperando por alguien que llegue con las defensas bajas para subirse al barco

Vibración en sintonía alta, porque si andamos en malas acciones, pensamientos y emociones quedamos a nivel de los virus, bacterias y microbios. Hay que andar angélicos, hacer bien, sentir bien, dice sonriendo Rafael…

Pd: yo estoy triste, muy triste
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