domingo, 20 de diciembre de 2009

Este es uno de los mejores acontecimientos. (salvo que alguien no lo considere así, lo cual no importa realmente porque lo que afirmo lo afirmo desde mi vivir y cada quien califica sus acontecimientos como cree o puede o quiere o le conviene)
En la vida hay muchos así. A veces, simplemente pasa la felicidad y algún perfume breve de su cabello nos roza y nos hace pensar: ¡oh, la felicidad! como si la hubiéramos apresado y nos perteneciera. (Suele presentarse en el umbral de alguna puerta, antes de entrar a un cuarto, o salir de casa, cruzar una calle, abrir la ventana)

Esto que digo que a veces pasa es muy grato (casi efímero y uno debe grabarlo en donde se pueda, nunca perderlo de vista) y pudiera titularse:

Algunos queridos amigos

Hacen que lo en una canción se dice: "A veces llegan cartas con sabor a gloria llenas de esperanza (...) Son cartas que te hablan de que en la distancia / el cariño creced // A veces llegan cartas que te dan la vida que te dan la calma" resulte muy creíble

Estaba sentada cerca de la ventana, antes de mediodía, comía tejocotes de los chiquitos, muy rojos, cosiendo una cola de diablo para Mar, luego de haber hecho los cuernos con una diadema y fomi. Afuera suena un silbato. Es ¡el cartero!, el Happy ladra como perro loco que no puede ver al cartero. El cartero se recarga en el cerco a esperar que alguien salga (ni voltea a ver los ladridos), Mariana sale corriendo, veo cómo recoge algunos sobres e instruciones. Regresa y dice mami, tienes que firmar. Firmo

Los amigos que me han hecho llegar libros. Oh, qué decir de ellos, qué decir, que de verdad lo diga, si son ese cabello que nos roza, el perfume que de pronto llega a la neurona, el sabor del recuerdo en la papila más entrañable de la lengua, son eso que a veces se llama felicidad con su estar presentes desde lejos

Omar que desde Chiapas

Pina, cuántos años, cuántos sobres

Roberto, el castillo, de Tijuana, con sus cuervos

Manuel, de Hermosillo y en Hermosillo
Emma Rueda
César que tiene, dice, en un cajón, en Zacatecas una carta para mí y libros y revistas

Fco. Javier que me ofrece enviar de España un libro que me gustará, dice

algunos amigos mandan cartas, libros, revistas...

El sello del sobre dice que se depositó en Buenos Aires el 9 de diciembre, el 12 ya estaba en D. F.

Llegó a Cananea el viernes 18, qué maravilla, mucho más que todo lo que a veces proporciona esta virtualidad... un libro, oler la tinta, acariciar el papel, disfrutar el color naranja de la portada, la textura de En la orilla, de Máximo Ballester**, qué rico, un libro nuevecito, para mí, para mis ojos, mis manos, mi corazón... Gracias, muchas gracias

**(el año pasado, justo hace un año, llegó su libro Musas extraviadas, qué bello)







jueves, 10 de diciembre de 2009

Souvenir
A solas en mi cuarto
busco en la oscuridad
un eco de tu nombre
estoy de pie desnudo
camino y siento esto
adentrarme desnudo en una sombra
acogedora y ávida y a eso
yo lo he llamado siempre con tu nombre
Tomás Segovia


Frente a mí, a unos 70 cm está:
  • la persiana
  • la ventana
  • unos tres metros de pasillo
  • otra pared con ventana
  • persiana
  • cinco metros de aula vacía
  • pared
  • persiana
  • vidrio
  • unos veinte metros más allá, cerco
  • treinta o cuarenta metros más, cerro con vía
  • atrás, cerro pelón
  • el cielo, la cebolla azul
  • el universo (no es negro, ni gris, es ¡beige!)
  • ya nada
  • todo
Esto es el espacio, no está , nos rodea, lo hacemos a donde nos movemos. Aquí, allá, enfrente, atrás, arriba, abajo, en niguna parte. Lo mismo.

Y el viento:

cortinas moviéndose

paredes frías e invisibles

espinas flotadoras

ruido volador

sonido papalote

rehilete canto

Creo que la idea del poema se parece a esto: Tango blandengue

jueves, 26 de noviembre de 2009

Cine oriental

uno puede ir por el mundo, jaja, o por el pedacito de mundo donde le tocó vivir (dice Cristina Pacheco) creyéndose inmune a lo que los demás piensen. De uno, claro.

Y así (por ejemplo), un tipo, con quien nunca he intercambiado palabra alguna, de no tan peores bigotes pero fuera por completo de cualquier expectativa que yo pudiera tener al respecto, me detiene en la calle y dice que como estoy sola me invita a vivir con él, me anuncia todo lo que cree saber de mí y casi me espanto al oir los planes que para nuestra vida en común ha maquinado, pero decido que puedo tener concha que me cubra, que haga resbalar todos esos espantajos ideáticos, ideosos, ideales, idealistas, idiomáticos... y le digo que no, gracias.

y una mujer desconocida se cree con el derecho de preguntarle, casi reclamarle a una por qué se cortó "su cabello, tan bonito" y balbucea respuestas uno como si no supiera el porqué (¡habráse visto!)

y así, la gente que ve cómo una camina, va y viene, hace y deshace, puede porque cree que debe, conjeturar (conjeturear, fabular) y cree que si uno camina en soledad es porque no tiene con quien caminar (que puede ser cierto y también puede no serlo) que si uno se viste como se viste es porque es lesbiana (¡hágame el cabrón favor con tal deducción!) como si el respirar le diera a cualquiera el derecho opinar en cuanto a preferencias ajenas, sexuales o no... gente que deduce el signo zodiacal por la manera cómo uno va sorteando los charcos o metiendose en ellos


La gente cree que una es muy seria, que es muy sangrona, que está loca, que está sorda, maniática, frenética, pasiva, peligrosa, solemne, que es poeta (¡jajaja! no falta quien lo piense)


Llega el momento en que todo esto, uff, cuánto fardo, ouch, qué lastre, huy, anclas, garras, ventosas, telarañas, pegamento, cómo se las quita uno de encima

no basta, como pareciera, ser inmune o ilusionarse con serlo. Ni decir con convicción me vale madres aunque nos valga (porque la verdad qué importa lo que todos piensen y digan y supongan)

Pero

el asunto es que la mala vibra es pelusilla, estorbo, musarañas, y no hay lobo capaz de soplar con tal prestancia y raudo que pueda echar la puerta abajo

y uno anda por este pedazo de mundo como en aquella película de terror tal vez japonesa donde un fantasma vengativo habita sobre los hombros del asustado galán

hagan de cuenta
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sábado, 21 de noviembre de 2009

.Versiones de la conjetura
Si yo fuera mujer, Patxi Andión

Si yo fuera mujer / Tendría que empezar / Por abrir del todo / El telón del fondo del mito virginal / Y del hombre macho. // Si yo fuera mujer / Podría publicar / Miles de razones / Del secreto de Don Juan / Las carcajadas nos harían llorar. // Si yo fuera mujer / A mi no me tocaba / Un tonto con coche / Música de fondo / Y pose de John Wayne / Me daría el gusto de violarle a él. // Y así nada igual / Muerte al violador / Premio a la infidelidad / Desearía tomar eso / Que ellos llaman nuestra libertad. // Si yo fuera mujer / Si yo fuera mujer / Yo me tendría que querer. // Si yo fuera mujer / No me casaría / Nada de sostén / Nada de pastillas / Que las tome él / Y ahora que lo sabes / Ahora tomame. // Y así nada de igualdad ... // Si yo fuera mujer / Tendría que empezar / Por abrir del todo / El telón del fondo / Del mito virginal / Y del hombre macho. // Si yo fuera mujer / Si yo fuera mujer / Si yo fuera mujer

Femenina, Mario de Sá-Carneiro

Yo quisiera ser mujer para poderme extender
al lado de mis amigos, en las banquitas de los cafés.
Yo quisiera ser mujer para poderme poner
polvo de arroz en la cara, delante de todos, en los cafés.
Yo quisiera ser mujer para no tener que pensar en la vida
y conocer muchos viejos a quienes pedirles dinero.
Yo quisiera ser mujer para pasar el día entero
hablando de modas y chismes muy entretenida.
Yo quisiera ser mujer para tocarme los senos
y aguzarlos al espejo, antes de irme a acostar.
Yo quisiera ser mujer para que se me vieran bien estos enredos
que en un hombre, francamente, no se pueden disculpar.
Yo quisiera ser mujer para tener muchos amantes
y engañarlos a todos, igualmente al predilecto.
Cómo me gustaría engañar a mi amante rubio, el más esbelto,
con un muchacho gordo y feo de modos extravagantes.
Yo quisiera ser mujer para a quien me mirara excitar.
Yo quisiera ser mujer para poderme negar. **

Ella se lamenta , Raúl Gómez Jattín

Me hubiera gustado ser varón
para poseerte
Para darnos trompadas en señal de ternura
y de fidelidad
Para ponerme las botas de capataz
y cabalgarte desnudo
Para amenazarle con un revólver
Pero yo
Una mujer
Una simple mujer
¿Qué puede hacer de memorable
en la prosecución de un amor?

**Traducción del portugués: Mario Bojórquez. Tomado de la Revista Biblioteca de México # 105
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jueves, 19 de noviembre de 2009

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Perdidosa

Inopinadamente (qué palabra) intercaló en su charla insustancial, (digan si no, hablando como estaba del color del cielo y de la necesidad de cambiar de posición la vida), lo siguiente:

- Creo que de verdad soy una perdida –mirándose las uñas pintadas de un muy tenue rosa, uñas verdaderas, acoto

- ¿Por? –decidí no abundar en la interrogante: ¿porquédicesesoquiéntelodijocómoseteocurre,etcétera; ella quería hablar… hablaría

- Cuando Fulano y yo nos separamos, tú sabes que yo sufrí, te consta –me consta, en efecto- y luego él quiso volver y yo no quise, porque ya para qué, dijo que no quería perderme. No regresé, entonces me perdió ¿qué soy?

- mmm, pues…

- Y con Zutano ¿lo recuerdas? Pasó igual, él me perdió… por cabrón, si bastante tiempo extra le regalé –temí que siguiera su diatriba contra Zutrano, muy merecida pero también bastante dicha

- Pero no es ese el verbo, no así (trató de aflorar la función correctora de diálogos)

- No importa, a Mengano le dije orita vuelvo... y es que pensé que volvería pero yo cómo iba a saber… y entonces, pues, no volví. Él de seguro aún dice que me perdió, pobrecito
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– No sé qué decir. A ella no le importa que no sepa que decir, aun si supiera no me dejaría. Necesita cerrar su discurso:

- Como sea, yo estoy muy bien, así, de perdida ¿ y tú?


Creo que ese es un discurrir lógico y pensé en mi Fulano, Mengano, Zutano y hasta en Perengano, caramba, no puedo evitar sentirme un tanto extraviada, todos me perdieron, literal o metafóricamente… ¿o no?
*********

A manera de EPÍLOGO (o pilón)
PERDIDA(Chucho Navarro) Javier Solis (Mexico)
Perdida te ha llamado la gente /sin saber que has sufrido /con desesperación //Vencida quedaste tú en la vida / por no tener cariño /que te diera ilusión // Perdida porque al fango rodaste /después que destrozaron /tu virtud y tu amor // No importa que te llamen perdida /yo le daré a tu vida /que destrozó el engaño /la verdad de mi amor // Perdida porque al fango rodaste /después que destrozaron /tu virtud y tu amor // No importa que te llamen perdida /yo le daré a tu vida /que destrozó el engaño /la verdad de mi amor...
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(Tan,Tan... y nada qué ver en verdad, pero no podía dejarla pasar, no podía perderla) Y éste, también:


De Epigramas, Ernesto Cardenal

Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:
yo porque tú eras lo que yo más amaba
y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti
pero a ti no te amarán como te amaba yo.
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Cada quien su versión, perversión, diversión, subversión. Así es.
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domingo, 15 de noviembre de 2009

aquí todo es parco y escueto

y me pregunto

cuánto podría el espíritu

sin la costumbre

tanto color y tanto verbo

resistir
(¿dónde parapetarse
qué responder
para qué hacerlo?)



aquí sólo el viento frenetiza
alguien le ha dado ese derecho
y corre por las noches
como el que sabe que llegará
o que nunca

el viento se multiplica

en nubes y polvo

que no alimentan

sino a la soledad

sábado, 7 de noviembre de 2009

receta en tres tiempos
(pero si no, per si mo, per ci bo, per ce bo)


Viajábamos con Guadalupe y Sylvia, Venecia, Elmer y yo, regresando de Guaymas a Hermosillo; una vez allí, yo seguiría el viaje camino a Cananea. La charla durante el recorrido pasó por variados temas, uno de ellos fue la comida, así, llegamos a los pérsimos. Yo les conté de un lugar cerca de Nogales, el cual yo siempre creí que se llamaba "laguasarca" (lawasarka?), hasta que descubrí, maravillada, un día, que el nombre de ese rancherío es "La agua zarca", les conté que allí cultivaban pérsimos. Sylvia preguntó si habíamos probado pan de esa fruta, a mí me pareció muy difícil, solo fresca la he comido, muy dulce, y difícil de cocinar, pensaba yo: Sylvia me regaló una receta para preparar ese pan. Aún no ha llegado la oportunidad de probarla. La cocina es otro oficio que no se me da.

PAN DE PERSIMO
2 tazas de harina
2 cucharaditas de canela
3 huevos
1 cucharadita de carbonato
taza de pasas
1 taza de nuez picada
1 cucharadita de royal
1 1/2 tazas de azúcar
1 cucharadita de nuez moscada
1 cucharadita de vainilla
1 taza de aceite
1 puntita de cucharadita de clavo
2 tazas de pulpa de pérsimo machacado o hecho puré (ENTRE MAS BLANDOS ESTEN MEJOR)

Se bate en este orden; huevos, azúcar, aceite, agrega los ingredientes secos cernidos (harina y especies), pérsimos y al final se agregan nueces y pasas y se lo hornea.
(¡Gracias, Sylvia!!)
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Hace algunos años, mi mamá y su amiga Domy fueron a un vivero a comprar un ¿árbol? de pérsimo. Lo llevaron a su casa cada una, lo plantaron y esperaron a que creciera y diera frutos. Nada. Hace apenas unos cuatro años, Domy llamó por teléfono a mi mamá

- ¿a qué no sabes qué es el pérsimo?

- ¿pérsimo? -invento que mi mamá respondió

-no, el pérsimo no es pérsimo

-no entiendo ¿lo que es el pérsimo es no pérsimo?

-ay, la Coyo, te digo que nos engañaron, nos vendieron un arbolito que no es pérsimo ¿o por qué crees que no ha dado pérsimos?

-¿porque no es pérsimo? -uff, esto de dialogar inventos no se me da

- ándale: es arándano

Arándano. Nadie aquí había visto un árbol de arándanos, el engaño colectivo duró tanto porque tampoco habíamos visto uno de pérsimos. Los arándanos son riquísmos, mucho menos dulces y mucho más pequeños que los pérsimos (repito el nombre de estos dos frutos tanto porque me agradan: nombres exóticos y dulzones ¿Cómo te llamas? Arándano y me apellido Pérsimo, soy primo de Dátil y de Pasita, aunque pueden confundirme con Tomate... Este fue un paréntesis en exceso simplón)

En un libro que se llama Me lo contaron... lo cuento, de José Jesús Terán Morales, y que es una compilación de anécdotas, leyendas u "ocurrencias" de la gente del campo sonorense... el autor hace mención de una anécdota, ubicada precisamente en Cananea a principios del S. XX, es "¡Qué sabrosa fruta!... ¿cómo se llama?"

Nos narra de algunos trabajadores provenientes del sur (todo lo que no es Cananea es : "El Sur" -o el norte, como si este pueblo no estuviera en ningún punto cardinal-, estos hombres además de ser del sur, eran guachos -palabras del autor) a quienes les dieron a probar pérsimos, les gustó tan dulce fruta y preguntaron el nombre, la respuesta de un minero fue:"¡Sunifánfanos", todos los testigos ratificaron la información, impávidos...

Ya en el pueblo, los informados fuereños, decidieron comprar fruta y preguntaron a una mujer que si tenía sunifánfanos; ésta los maltrató verbalmente todo lo que pudo y los echó fuera de su negocio... claro, pronto alguien les hizo el favor de aclararles que sunifánfano es, en lenguaje regional y minero, los genitales (¿la parte genital?, así podría ser singular) de una mujer (el libro dice "el deste" de la mujer)... hasta parezco viejito prejuicioso narrando anécdotas pueblerinas... jaja

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martes, 3 de noviembre de 2009

¡Guau!
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Nunca he sentido especial simpatía por ellos, tampoco lo contrario. Soy indiferente a los encantos que tienen para otras personas. Preferiría un gato, en todo caso (pero no lo prefiero, mejor no imagino cosas).

Los perros y yo coexistimos en sana paz. Me conduelo, eso sí, de ellos, soy capaz de alimentarles y llorar por ellos si la ocasión lo amerita, reírme de sus gracias, los veo como a seres vivos... un perro enfermo y en la calle es una piedra en el zapato de lo que casi pudiera ser felicidad rutinaria; una perra en celo me perturba, somos habitantes del mismo barrio planetario. Pero nunca estaré con un perrito en brazos o colgado de una bolsa...

Tres me han mordido (¿no que sana paz, pues?), dos de ellos negrísimos, uno se llamaba diablo el otro no sé, el tercero era café y se llamaba wiski ¿Por qué me mordieron? cada uno, de acuerdo a su tamaño y el de sus dientes y a la circunstancia -el diablo de verdad me hizo daño- eligió morderme... nunca sabré por qué. Puedo conjeturar pero hoy no quiero.

El happy vive en nuestra casa desde hace casi quince años, para su tamañito esos son muchos años de perro. Sabe cosas que yo no sabía que los perros podían saber ¿saber se aplica a los perros?
(encuentro esto en el diccionario: "Saber estar alguien: fr. Comportarse adecuadamente en un determinado ambiente")

A veces lo vemos desde la sala, por la ventana y él no se da cuenta -a veces sí se da, de esas veces no hablo- y está tirado sobre su tapete con ella, la deja comer de su plato, beber de su agua, juegan ambos, se nota que se sienten a gusto (¿sentirse a gusto aplica a un perro?) juntos. En las noches no sabremos, porque su casa está en el corral, muy lejos de cualquier ventana discreta o no. He llegado a ver, cómo, fugazmente, como si se tratara del rescoldo de alguna pasión olvidada (¿pasión, olvido, aplican a un perro?) el happy pretende que la monta.

Se comporta de manera ¿humana? cuando, tirado junto a ella (esas veces que no sabe que llevamos rato viéndolo), casi haciéndose piojito uno al otro, abrimos repentinamente la ruidosa puerta... él salta, ella también, él ladra, ella corre, él pareciera perseguirla, ella aparenta huir... Ejecutando sus papeles como si el abrir la puerta significara: ¡cámara, acción!

Todo porque el happy sabe o cree, adivina o presiente que no nos gustan los gatos.
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jueves, 29 de octubre de 2009

Todo parecía que iría según lo acordado:

Se corta el suministro de gas natural a una sección del pueblo, determinada fecha, aviso de por medio y se procede a hacer el trámite de compra de un estacionario, cilindro… cada cual según las posibilidades, se llena o se le pone un poco de gas, LP, cien, quinientos, mil pesos o más, muy pocos podrán hacerlo.

Una, dos secciones, tres… de pronto, llega una de las fechas determinadas de antemano (claro… ¡), el 26 de octubre y cierran el suministro de una seccionzota del pueblo, las cuadrillas de trabajo se veía que no alcanzarían, son demasiados hogares, muchas espreas que colocar, mangueras que cambiar, tanques que transportar, acomodar, subir, bajar… ya no se puede tener gas LP el mismo día que la compañía de gas cierra el gas natural. Además, según parece por errores de ¿apreciación? ¿urbanización, planeación, tuberías?, se va en este gran grupo de domicilios otra sección que tenía fijada OTRA fecha… estos últimos usuarios NO estaban preparados aún, son según me cuentan, más de 800 casas.

Repentinamente, luego de un soleado día con temperaturas de más de veinte grados, llega lo que a pesar de habder sido pronosticado, anunciado, nadie esperaba con convicción: el frente frío número sabe qué, de pronto son los dos grados bajo cero, los vientos que cortan, se meten por cualquier rendija, enfrían las casas. Casas donde no hay gas. No se encienden calentones, no bastan las cobijas, no hay agua caliente para bañarse, se recurre a la electricidad para cocinar… ¿qué hacer? El frío es tullidor hasta de ideas.

Se terminaron los cilindros, los tanques estacionarios, se acabó el gas, no están surtiendo, largas filas de gente pidiendo le lleven gas para paliar un poco el frío naciente.

Es otoño- el invierno será muy largo en la ciudad del cobre.

martes, 13 de octubre de 2009

Viento del norte, ven y sopla, que quiero navegar
En martes no te cases ni te embarques.

Ni en mis más locos desvaríos tengo en mente alguna de esas dos opciones.
Decíamos en este mismo espacio hace no sé cuánto... lo busco, lo busco (ya lo encontré y habla de los viernes 13, más bien), pero también constato que para ser trece el martes, este mes tuvo que empezar en jueves. Sólo enero y octubre, meses con 31 días. Y lo dicho, no importa pero qué bueno tener esas certezas (cuánta semejanza tiene esta palabra con cereza y no sólo en lo evidente)

En la mañana de este día de no barcos y no bodas, fui a un Jardín de Niños. No lo conocía, me gustó mucho que tiene un quiosquito, la directora de la escuela me explicó que es porque antes del Jardín, allí fue una placita de barrio. El barrio del Cementerio Viejo... en casi todas las casas espantan, dicen.


El mes o la semana del libro o de la biblioteca, no sé. Más de ochenta niños de 3, 4 y 5 años. La directora me presentó, les dijo que escribo libros (¡wow!). Me dieron un micrófono y me pidieron que les hablara, les dije que les contaría un cuento, se entusiasmaron con grititos revueltos con palabras inaudibles (sí oía las palabras, pero no las entendí). Les conté un cuento de ratoncito en bote de vela y de vientos que llegan y soplan ¿cómo? ¡así!!! gritaban los niños, inflando las mejillas y soplando, fuerte, moviendo árboles y casas y montañas... Y al colorado colorín, la puerta de la casa se abrió y ¿saben quién salió? ¡una ratona!! gritaron, qué previsible soy, jaja. Después inventamos un cuento colectivo pues dijeron algunos niños que lo que más les gusta de la escuela son ¡las matemáticas! LLegó el Uno, dije y era un número solito, solito, nadie jugaba con él, después llegó el dos

-y era un peleonero, número malo, dijo una niña desde su mini silla

-el tres traía las pelotas para jugar, continué... y el cuatro

-estaba glandote -un niño

- el cinco no quiso jugar con nadie

-número malo, la misma niña

- y luego llegó el seis

... así, hasta el diez que era grande, grande y corrieron todos tras él-

Les hablé del gran tesoro que son los libros, que hay que cuidarlos, no romperlos, no tirarlos al suelo, ni mojarlos, etcétera, como una bibliotecaria se los diría

Dije gracias por invitarme (ya no encontré qué más platicar a los niños) y además ya ni caso me hacían

La directora, como retroalimentación de la sesión les hizo preguntas

¿De qué se trató el cuento que Isabel contó?

Un niño se puso de pie, pidió el micrófono y con sus cinco años: "el lobo sopló y sopló y sopló..." encantador

pregunta:

¿qué otro cuento oímos?

Yoyoyoyo, muchas manitas levantadas, niños y niñas incluídas, una dice: "¡de las letras!"

Así da un chingo de gusto trabajar...

Martes trece. De octubre.



viernes, 2 de octubre de 2009

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Esto es un Abecegrama:

Acaba
Blanco como diamante el furioso gato humeante.
Incorporaremos junios, karma, leche, margaritas...
No ópalos, plumas, quelonios...
Rutinar sandeces te ubica verdaderamente
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wolframio

xicaque
y zafio.

Éste, un Pangrama:

Los demonios nocturnos parecen ser humildes, no se dejan ver, desconocemos su belleza. En el furor diurno gozamos en las engañosas pompas de jabón que tapan nuestros ojos. Kafkianos, creemos padecer xeroftalmia y el demonio nos hace beber whisky y ajenjo.
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Y ésto, que no tiene nombre:
No. Se olvida.
No sé: Olvida.
Vida: ¿Olseno?
(y es que la memoria cada quien la ejerce como Dios le da a entender ¿no? ¿No? Ni modo, yo así pude)
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sábado, 26 de septiembre de 2009

TANGUERIO

Encuentro que Mario tan cercano desde Sidney habla como si supiera (porque sabe y anda en los caminos mismos y en las veredas iguales donde solemos extraviarnos tantos):


Cuidado, amigos, con la tristeza, con las alas rotas y los días
en silencio
Cuidado con caerle de bruces al pasado y cerrar
las puertas
del presente
Cuidado con decirle adiós
a un amor perdido
sin antes bien despedirlo
Cuidado, amigos, cuidado con ar ...repentirse
de lo que ya no tiene remedio
mejor será -en todo caso-buscarle otros labios
al responso.

Mario Licón Cabrera

Y leo a Máximo, certero, que dice que ahora te llamás otra y trae a mi memoria los espejos y las voces:

En el viejo cuarto donde te amé
velan mi sangre fantasmas usureros
restos parias corroen los muebles las paredes
¡falta envido!¡truco!
gritan los besos las caricias en el aire
te llamás otra ahora
y sos más en vendaval que trueno de mi corazón
y el espejo
ah el espejo guarda tu voz
el último registro ahogado
de cuando eras virgen.

Máximo Ballester


Y no me queda otra más que tirarme de cabeza a recuperar el polvo de aquel cuarto viejo, de los relámpagos que fueron verano y calor que parecía eterno:

el viejo cuarto aquel
lleno de sol
donde me amaste
dónde

ni la oxidada mentira memoriosa
puede resucitarlo

intento desde el vientre virginal de algún pasado
ese lugar hecho de viento y tablas

donde un libro introducción a la filosofía
fue el espejo roto
que no reflejó
ni una cama, silla, objeto
en la inversímil pared que no era tal
sino el trozo de un cerro

no estás tú ni yo, sólo mi cuerpo
de pie
desnudo
y derramándose
el agua fresca sobre la cabeza

un líquido verano que parecía eterno
pero que igual que el cuarto
dónde
que me amaste
ni en el relámpago de los recuentos
existe




martes, 22 de septiembre de 2009

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El día, se dice.

Porque la tierra, este ¿objeto, cuerpo, pedazo de materia entre la materia? dio una vuelta más alrededor de su eje

No entiendo del todo, nunca he entendido algunas palabras. Buscar en el diccionario y descubrir que: “el día es una medida de tiempo”

Tiempo en que el Sol está sobre el horizonte / por antonom. Luz del día / Tiempo que hace durante el día o gran parte de él / día en que la Iglesia celebra al santo, el sagrado misterio, etc. / cumpleaños / Momento, ocasión. El día que le pierdan el respeto, se acabó todo / vida / adiado. m. día diado / astronómico / civil / colendo. día festivo / crítico / de Año Nuevo /de años. m. cumpleaños / de ayuno / de bueyes /de campo/de carne /de Ceniza /decretorio /de cutio /de Dios /día del Juicio/de fiesta/de fiesta entera/de fortuna/de gala /de grosura/ de guardar/día de precepto/de hacienda/ día de trabajo/ de huelga/desus/ de iglesia/de indulto/de joya/de Juicio/
de la joya…

y por lo menos treinta acepciones más

hay palabras mucho menos ambiciosas

aguamanil
trompillo
lapislázuli

pobres palabras tan bien hechas y abarcan tan poco Por otro lado, limitando su nombrar se hacen enormes

Este día se llama martes, no es del Juicio Final, ni de cumpleaños (no aquí cerca). Y está a punto de acabarse. O terminarse, concluir, dejar de ser. Un pedazo de tiempo en el que estuvimos y donde parece que nada pasó porque para el universo y la eternidad y el infinito nada pasó en este trocito minúsculo de tiempo que se llama martes y que podría llamarse miligramo, tonelada o metro...

(Si yo fuera palabra ¿que preferiría ser?: ¿punto, oscuridad, gato, malo? ¿o ser cerio, ámbar, tumefacto?)
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lunes, 21 de septiembre de 2009

Treinta y cinco tampoco son nada

La cita era a las 7,30. Lugar: un taller mecánico. Llegué casi puntual, jeje (palabra intransigente) Había solo tres personas, me saludaron y saludé con genuino (auténtico suena más impostado) gusto

Llegaron los demás, en total 16. La mayoría mujeres. Trajeron cerveza, botanas, refrescos, tequila

Fue evidente para mí desde el principio. Ya éramos los que somos.
Nos conocimos a los 12 años y por tres compartimos el espacio escolar, los muchos sueños idealistas (¿es repetir?) de esa edad

Nos hemos seguido viendo, eventual, accidental, fortuitamente. En ocasiones con intención de vernos, como en este día. Porque deseamos que el próximo año no se nos pase, no olvidar y festejar los: ¡35! años de egreso de la secundaria

Tuvimos doce años y trece catorce quince años. Estuvimos juntos mientras tanto.
Crecíamos, llorábamos, aprendimos, engordamos, olvidamos, dejamos de ser niños. (algunos no del todo, otros ya no lo eran tanto al entrar a secundaria). Pero allí estuvimos, revueltos, mezclados, unidos a querer o no. Nos conocimos.

Luego, tercer grado se acabó.

Y nos fuimos. Todos de todos. Matrimonios, noviazgos eternos, hijos, estudios, viajes, otra ciudad, país, triunfos y fracasos, medianía…

Viernes, taller. Me asombro y no de comprobar que lo que fuimos, somos. El guapo tiene resabios de su guapura, el simpático aún lo es, la que no hablaba no habla, la que se carcajea se carcajeaba desde entonces… léperos, groseros, se habla de política (¡por supuesto!), de los derroteros de la mantenida huelga, de los compañeros que han muerto recientemente, de los dejados, los que han enloquecido, los viudos, sangrones, extraviados, hasta de aquellos de los que nadie se acuerda

Alguien dice: "levanten la mano los que ya cumplieron cincuenta" La mayoría aún no. Ahora "los que ya son abuelos". Otra vez la mayoría dice no. Que en el bañito que está hasta atrás del taller a alguien una vez, le tocaron las nalgas, que hubo balazos anoche, que la violencia que viene, que la crisis, el frío y el calor

Se acordó una tarea, localizar a compañeros. A la mayoría de los más de 200 que fuimos.

Que somos.

(Y aquí ando: buscándome)

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miércoles, 9 de septiembre de 2009

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una palabra: no
otra: digas
dos: nunca más

una palabra: nunca
otra: más
y dos: digas no

el número no importa, ni la cantidad, las palabras no dicen
ni la lengua
los diccionarios solamente acumulan letras
el significado no está en las palabras

¿el número no importa?
¿ni la cantidad?
¿dicen?
¡ni la lengua!

¿Los diccionarios?: solamente acumulan
lee
tras

El significado no.

Está en las palabras.

¿las palabras no?
esto parece letanía
de quejas

No digas nunca más

Nunca más digas no

No digas nunca
No digas más

No digas no

¿Alguien se aburre?

¿Se abre alguien?

¡Ouch! (este nueve del nueve del nueve ya se jodió)
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viernes, 4 de septiembre de 2009

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Si tuviera que llamar al día, éste, de alguna manera, lo llamaría pasmoso. Exactamente qué es esa palabra no lo sé, pero a este día esa palabra que funciona como adjetivo, le viene como anillo al dedo (qué de lugares comunes puede esconder a la pasmosidad, como ¿sombrero a la cabeza, zapato al pie, beso a la boca…?), así como Isabel le queda a Laura, Luis a Héctor, perezoso a julio, insecto a solitario…

Por fortuna al día no tengo que llamarle de ninguna forma, ya está aquí, se descuelga de las paredes, se desenrolla por los árboles, cubre el cielo de luz, nos llena de calor y pasmo. El día no es un animal, aunque viéndolo correr parece. No podría decirle desde el quicio de una puerta: “pasmoso,pasmoso, ven, chiquito, toma” . O ponerle de nombre estupefacto… en ese caso le diría: "cállate, estupefacto, me tienes harta".

Este es un día que bien pudiera, pudiese o podría llamarse viernes en la mañana, como parece que se llama, según todos dicen.
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domingo, 30 de agosto de 2009

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en ocasiones es tan fácil recordar, pero no todo

etiquetamos las vivencias:

el primero
el último
el mejor
el peor
lo más grande, más pequeño, más triste, feliz, el único, el sólo, acompañado, aquel...
Así solemos archivar para poder localizar cuando se ofrezca, cuando la soledad, cuando el aburrimiento, cualquier pretexto sirve para traer el polvo muerto a la superficie, los colores aún vivos, el aroma difuminado de lo que pasó y ya nunca más

hoy comí un membrillo y lo recuerdo
en la lengua
como beso
uno
porque fue
oh, ése
el que también muy a menudo vuelve

la mordida, una gota del sabor
agridulce
del verano
que ya después
estará bajo el nombre cruel
de montón de días que se fueron
noches tibias con membrillos

y sin ti
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viernes, 28 de agosto de 2009

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cuando no se puede pareciera que esforzándose va uno a poder... ilusorio pensamiento. Decimos no se puede precisamente porque así es.

Escribir por ejemplo, ya se ve.

Si pudiera brincar al afuera y escribirte allá, donde puedas verlo, un recado, en una barda.

Poder decir con letras engarzadas, eslabonadas, amarradas, agarradas de las manitas, los deditos... Ven.

Y que vinieras.

Pero si no se puede salir debe uno ponerse a hacer cosas adentro, no estar golpeándose en el cristal la cabeza, cabecita de mosca encerrada en una noche interna.

Cuando afuera, oh, qué noche, contigo, con nosotros.

Y las bardas, allá, afuera, llenas de ausencia y vacío.

No se puede, desde acá, aventar las palabras.

Escribir no se puede.

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lunes, 24 de agosto de 2009

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Los relámpagos de agosto se llama esta tarde.

Palo de lluvia

Y agua que cae

Gotas que ptramptramptramptramptramtpictpactpicptactamtamtamtamptramclincnclincnclic… jamás podría: caen.
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miércoles, 19 de agosto de 2009

Postales de lo nublado

CEA: Comisión Estatal del Agua. Cortes que duran 24, 30 horas… dos días y dos noches, tres días… Veinte millones de pesos se adeudan a la CFE y por eso paran las bombas… Sin bombeo no hay líquido.

(Dice Rafael, por teléfono ayer: “Dos días sin agua… cómo cambia la vida”
Entonces yo, pensando que eran dos temas diferentes, le contesté alguna babosada y es que, viéndolo bien: cómo cambia la vida… Pero no, él se refería a que sin agua nos cambian las costumbres, no podemos hacer nuestras rutinas, ni planear, satisfacer algunas necesidades, se nos voltea el mundo… Luego pasó a temas ambientalistas y de conciencia y esos temas no son apropiados para conversaciones telefónicas)

Inician los cortes a las líneas de gas por tubería. Setenta y ocho años de retroceso, como dice mi querido amigo Basilio Hage quien sabe toda la historia, origen, el desarrollo y manejo de las compañías de gas que han estado en Cananea…

A este pueblo se lo llevará el carajo ¿y ese quién es?
Quién sabe, pero ya se lo está llevando. Desde hace días traigo una preocupación constante que no creo me pertenezca en exclusiva: la compañía de gas natural que por más de setenta años distribuyó ¡el gas, claro! a los habitantes de Cananea, se declaró en quiebra hace unos meses y cerrará definitivamente sus trabajos y distribución paulatinamente a partir de agosto y hasta noviembre de 2009. Las consecuencias son grandes, perturbadoras y muy dañinas. Los usuarios registrados son alrededor de 4000. ¿Quién se beneficiará de los gastos que todos los perjudicados tendrán que hacer para la conversión de gas natural a gas LP ?

¿Cilindro o tanque estacionario, espreas para estufa, boiler, regulador, conexiones, actualización en calentones, mano de obra?
¿De dónde? ¿ vales de 3 mil 167 pesos por usuario, con los que se supone alcanzará para pagar la conversión de los aparatos domésticos, será suficiente esa cantidad para todo eso y para remodelar las casas cuando los cilindros no encuentren acomodo, los tanques no se puedan ubicar, las estufas no funcionen…?

Se propone que los cerca de 13 millones de pesos que el Gobierno federal invertirá en apoyos para la conversión a gas LP sean entregados a la compañía Gas de Occidente, declarada en quiebra por causa de los muchos usuarios morosos

¿Viste la película “Charlie y la fábrica de chocolates"?
Este invierno que se acerca, extremista emocional que soy, me imagino metida en una cama, yo y el resto de habitantes de mi casa, bajo cien cobijas, vestidos con chamarra, guantes, gorros… No hay que ser melodramática, me dicen. Pero qué le voy a hacer, soy siempre la gota de agua que derrama el vaso. Tendremos frío, mucho frío.

Al lugar en donde estoy entra un hombre, dice que necesita dinero, que barre, trapea, limpio todas las ventanas, dice, lo que sea, necesito dinero para llevar alimentos a mi familia. Se ve limpio, muy delgado, avergonzado por pedir. La biblioteca está casi impecable (estas dos palabras no pueden combinarse).
Le doy una moneda, no tengo más.
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¿Quéseso, quéseso? A lo lejos oigo música. Se acerca: trompeta, algún tamborcito… reconozco la melodía, es “El hijo desobediente”, sólo música, un grupo de personas del sur de nuestro país toca en las calles para subsistir.
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¡Huy! Así están las cosas en este día tan gris y bello, lleno de lluvia retenida
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Asi las cosas, algunas, en la cuna de la revolución mexicana..
..
O así las veo.
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lunes, 17 de agosto de 2009

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Veleta
Sucede que en ocasiones lo pienso.
Duermo así. Desde hace mucho tiempo. No fue decisión, elección sí. Y no siempre para elegir tomamos decisiones ¿o sí?

He escuchado decir que debe preocuparnos nuestra posición y orientación al dormir. De la posición mejor no hablo ahora.

Que los pies al sur, la cabeza al norte, la habitación al este, una ventana al oeste, los sueños hacia arriba, los deseos orientados al centro del planeta...

La verdad es que cada quien, a fin de cuentas, cuando duerme es donde puede y como puede…

En una imagen mental hasta cierto punto infantil que tengo, me veo colgada de cabeza, así duermo, como murciélago. Pero es un invento, ya sabemos, el arriba y el abajo no existen. Mis pies no están en el norte-arriba ni mi cabeza en el sur-abajo.

A mi izquierda el océano pacífico, a mi derecha el atlántico ¿significará algo esto?. Mi mano derecha sostiene un puño de sal que se derrama (nunca he revisado si sólo lo líquido puede derramarse, si la sal no puede ¿es que solo cae?); los dedos de la mano izquierda amarran las lágrimas a mi vientre.

Debajo de mi está la tierra, por eso. Eso.

Arriba el espacio donde no hay arriba ni abajo, este, oeste. Un espacio que no es ni azul ni negro ¿sabías? El espacio es ¡beige! (mira qué facilidad tengo para afirmar lo que no me consta ni me constará… pero sí, de ese color es)
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¿Será que estoy durmiendo al revés y por eso no hay descanso?
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miércoles, 12 de agosto de 2009

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Llueve

Ha llovido por horas

detesto no tener más cerca la ventana

quisiera poner mi cabeza justo al borde y recibir las gotas

resbalar

e irme
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viernes, 7 de agosto de 2009

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Mismo que siempre

La noche suele disfrazarse de silencio.
Y cuando eso pasa, parece que todos ya se hubieran ido (¿a dónde?)
Se escuchan ruidos apagados en los techos, tal vez gatos con su caminar mullido.
Es silencio sin embargo.
Y el quejido, los suspiros tan lejanos, las palabras apagadas, los distantes gritos, nada sirve.
La noche sigue siendo la vereda llena de piedras para tropezarse.
No dormir, agazaparse en la espera.

Del golpe.

Nocturno y silencioso.

La soledad que se disfraza de noche, como lo hace siempre.
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viernes, 31 de julio de 2009

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Hace como como quince años
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(borrador nacido luego de leer a Pina que en su página recordó a René, ¡el 24 de diciembre de 2005!)

Humberto llegó antes del verano de 1986 del defe a Nogales buscando las huellas musicales de un amigo. No lo encontró pero se topó con un lodo espeso que lo ató por mucho tiempo a esa frontera hasta que decidió irse a Tijuana (esa otra frontera), en 1988. La verdad ya un poco zoquetosa su vida. Allá encontró el gran charco.

Alfonso.- De Tijuana a las horas de junio. Allí lo conocí, en 2002, creo. Me obsequió su libro, Llanterío, que yo como buena burra que soy imaginé como un desolado paisaje cubierto de llantas, Pina me dice que es de llanto... Es, creo, igualmente triste. El libro me gustó mucho y busqué acercármele a Alfonso, parece que lo conseguí.

René.- Su presencia fue constante por allá a principios de los 90, en cada ocasión que Hermosillo me recibía, allí estaba René con sus dientes blancos (me prometí decir lo primero que recordara), conocí después al amable Benjamín; estuvieron en Cananea alguna vez. Oh, sí. Ahora Pina me habla de él cuando nos habla de sus afectos.

Un día de este 2005, en el recuento urgente que llega, supongo, con el invierno literal que ya se acerca o el invierno figurado que... está tan lejos aún, mis cajones, cajas, bolsas, estantes, y paquetes han estado siendo removidos con expectación... Encontré maravillosos recuerdos, cartas, fotos, postales, recaditos, ensayos de escritura, dibujos... loquera empapelada: papeles enloquecidos.

Dice la Maga que las casualidades no existen. Sabe. Esto la Maga lo dijo por algo que a mí se me antoja maravilloso y que Alejandro Aguilar Zéleny platicó en la presentación de su libro Andancias en Cananea (Digo algo acerca de esto: Cuenta Alejandro que llegó a un pueblo de Oaxaca, uno, como pudo haber llegado a algún otro, pero llegó ese, Tequistepec, y un día conversando con un músico tal vez el padre de Abigail, mujer que todo hace y lo sabe hacer bien, el Sr. Músico preguntó a Alejandro de dónde eres, de Sonora dijo éste y el músico le platicó que una vez vinieron unas mujeres, eran poetas, atención se dijo Alejandro, y entre ellas venía una de Sonora, de Cananea era ¿se llamaba Josefa? Sí, dijo el músico. La conozco.) Un día en Nogales, como parte de un programa cultural –institucional- llegó desde el D. F. a dar un taller de ¿mimeógrafo? una mujer, una o dos noches sólo necesitaría dormir en la frontera; buscando evitarle el gasto de hotel, se hospedó en el departamentito que yo rentaba, casi no nos vimos, no sé por qué… bajamos de la cama el colchón, ella durmió en él, yo me levanté muy temprano, ella dormía, fuíme a trabajar, ella quedóse. Al regresar sólo encontré una nota que aún conservo con la que me agradece la hospitalidad y me invita a buscarle si algún día ando por su tierra… muchos años pasaron y un día en las horas de junio, en Hermosillo entré al sitio donde se desarrollaban las mesas y miré en la mesa de ponentes a alguien que yo (¡a huevo!), conocía, dijeron su nombre, Sofía Rodríguez, y era ella, la reconocí de inmediato… Sofía dijo: creí que había soñado conocerte, hace tantos años.
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Hace unos 15 años. Creo que más o menos ese tiempo, Humberto, mi persona amada me envió de Tijuana una revista, “La ranura del ojo”, y de allí fotocopié un poema que me gustó mucho, la fotocopia la hice en papel construcción color naranja y por el reverso empecé a escribir una carta para un amigo de Hermosillo, René. La carta truncada dice sólo esto: “René, con esta tinta que a Enrique no le gusta. Bueno, no la tinta, sino el color, que casi es igual, pero no. ¿Y qué? ¿Cuándo va la carta en serio? René, no te pareces a tu nombre...” Esto lo decía yo porque René me había entregado una carta suya, en broma y llena de halagos, quise, pues, corresponder. El poema de veras me gustó y por eso quise regalárselo. Nunca se lo envié, váyase a saber por qué. Hace unos días, limpiando cajones, un papel color naranja atrajo mi atención y era esa carta nunca recibida (y cómo si nunca la mandé). Bueno, para decir por fin lo que desde el principio quise: es ese poema. Va:

Cadencia en ese
Somos los seres raros
Sodómicos sadísticos y fieros
Somos los seres apestados
Eternamente sucios siempre puros

Somos los seres apartados
el coco de los bien pensantes
somos los desmoralizantes
enigmas misteriosos y prohibidos

Somos los seres inmortales
siniestros filantrópicos humanos
somos los seres desgastados
en cámaras de hotel y en hospitales

Somos los seres raros
sodómicos sadísticos eternos
somos los seres adorados
eternamente limpios y despiertos

Alfonso García Cortés

En aquel tiempo el nombre no me dijo nada. Y es gratísimo saber que "antes de conocerte / te adiviné", así le dije a Alfonso. Ya lo dijo la Maga: las casualidades no existen, lo leí porque lo conocería. Lo abrazo calientitamente.
(“Mi queridísima Josefa: para que veas cómo son los dioses, y cómo nos aman.” Así dice Alfonso)
Ahora, Alfonso está lejos, cerca de si mismo, claro. Yo estoy lejos, de Pina, de René, de Alfonso, de Benjamín. Y lejos para siempre de Humberto, que se robó esa revista para mí allá en Tijuana, esa frontera donde fue cremado un día de hace muchos años.

Por último, si en esa foto de René que aparece en la página de Pina, se trata de Arizpe, hay una foto casi igual, pero en lugar de René, el que está en esa entrada es mi amadísimo hijo Santiago con solo un año de edad (1981, entonces) luego la busco.



Pd: Algún día haré algo con este borrador


Pd 2: Nunca he hecho nada con este borrador
Pd3: y pasaron cuatro años más, algo así
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martes, 28 de julio de 2009

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Lección preescolar
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Nada se echa a perder, sólo deja de ser lo que era y es otro.
La pesadilla no es, como aseguran, un sueño podrido.
Es otro universo, lunas diferentes que no suelen gustarnos porque las miramos con los ojos mismos que miran los sueños, la luna de siempre.
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jueves, 23 de julio de 2009

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Ayer:

Lo creí posible, pero no cercano.

Por no dejar, tomé el paraguas al salir, sólo caminé unos metros cuando grandes y espaciadas gotas me invitaron (empujaron, aventaron) a abrirlo. Los hermosos truenos retumbaban (los truenos retumban, el reloj tictaquea, el galllo quiquiriquea… un trueno es un retumbo, tanto así diptongueo?)

Me dije: Sí que llego (¿si que llegas, me diría?) Pero no. A medio camino hube de detenerme (tan fácil decir: tuve que detenerme, o más fácil aún: me detuve) abajo de un techito en realidad piso de un porche de madera para escampar o esperar a que escampase (que no es lo mismo ¿pero es igual?). Recordé aquel texto antologado en El libro de la imaginación, de Edmundo Valadés:

Error
Un día, hace muchos años, un individuo que había salido de su casa sin paraguas se dio cuenta de que empezaban a caer algunas gotas.
“Debería volver a casa a buscar el paraguas”, pensó.
Pero después se dijo: “¡Bah! No serán más que cuatro gotas.”
Y siguió andando porque tenía mucha prisa.
La lluvia empezó a caer. Entonces el individuo se refugió en un portal.
- Esperaré a que deje de llover –dijo.
- Había empezado el Diluvio Universal.
Achille Campanile

Al principio la lluvia, muy formal ella, caía vertical, sólo ocasionales gotas se azotaban a mis pies y reventaban la imagen de lo húmedo. Por unos minutos solamente.
De pronto, la personalidad pluviosa cambió, truenos, viento, relámpagos, nada de solemnidad acuosa. Aquello se convirtió en un desmadre mojado. La lluvia caía desde la calle, volaba en remolinos y bajaba desde el porche en cascadas alrevesadas. Oscureció. Todo fue gris, fuimos agua que rodaba, junto con los autos con las luces encendidas, temerosos los conductores de las cuestas resbalosas, de los arroyos veloces. Una pareja estaba, ingenuamente, como yo, resguardada cuando la lluvia sabía comportarse. Decidieron irse cuando se percataron de que caminando no les iría peor que allí en cuanto a humedad concierne. El paraguas consiguió que mi espalda y algunos fragmentos de mi ropa permanecieran secos. Casi una hora estuve allí esperando en el disfrute acuoso, hasta que tuve que salir, escurriéndome el agua como si de un charco saliera…

Hoy:

Desde las tres la lluvia se acercaba con pasos de duende gordinflón… Ahora, después de dos que tres truenos estruendosos, cae el agua. Gente que de seguro ayer se dio un mojadón pasa con impermeable (¿por qué suelen ser amarillos estos adminículos?).

Un convoy retacado de militares va impermeabilizado con adminículos verdes para contradecirme, o casi.

Ná de que si ayer esta lluvia me pelaba los dientes…ná ná. No se puede.
Si ayer ya nos mojamos a raudales se puede hacer una versión heracliteana queriendo mojarse en este pedazo de camino que se llama hoy y no.
Las siete casi y llueve aún.
¿Acaso?
¡Todavía!
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miércoles, 22 de julio de 2009

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Afuera de un supermercado

… está un hombre, en un costal trae algunos productos, nopalitos, quelites, calabazas. Le pregunto por las verdolagas. Dos por quince dice. Ni siquiera pienso en regatear. Están muy baratas. Lo creo así a pesar de que una doña que está allí mismo cizañea susurrando: “están muy caras”.

Y así, me digo que si pide 25 está bien, vende afuera de un súper, no adentro, supongo que él cortó y empacó los mazos verdes que ahora ofrece. Le pago con gusto por saber todo eso que yo ignoraré creo que por siempre, distinguir entre una y otra tonalidad verdosa, entre una hoja comestible o no… Le reconozco al anciano su trabajo. Él agradece que no regatee y me obsequia (¡además!) una bolsa con berros "para que se haga una fresca ensalada” agrega.

Minucias enormes que nos regala la cotidianidad.
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miércoles, 15 de julio de 2009

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A veces quisiera ser como Oort

¿Quién es Oort?

Ps... tiene una nube

que es una frontera

del Sistema Solar

la última, de hecho

después ya no podemos más decir:
estoy en el Sistema Solar.
Su nube es un inmenso depósito
(se calcula un billón)
qué envidia
de cometas
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(Claro que: Jan Hendrik Oort (28 de abril de 19005 de noviembre de 1992) fue un astrónomo holandés internacionalmente conocido. Estimuló de manera especial la radioastronomía. Es conocido porque el toroide de cometas que envuelve el Sistema Solar recibió su nombre, nube de Oort.)

viernes, 3 de julio de 2009

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"El Océano Atlántico es más salado que el Pacífico."

A eso se expone uno cuando lee indiscriminadamente. A quedarse clavada en una declaración temeraria y casi absurda. (¿Inútil, dices, banal...maravillosa?)

Pero sí, cómo no vaciar nuestra curiosidad y asombro en conocimientos de esos. Así como cuando supimos que las lágrimas a veces son unas y a veces, otras. Cuando se llora de felicidad, por higiene óptica o cuando lloramos de dolor, sufrimiento, la composición química de las lágrimas es diferente... mares salados y dulces (a veces los mares se llaman ríos)
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martes, 23 de junio de 2009

“Ellos prefieren vernos desnudas a escucharnos hablar. Pero en el caso masculino dejarlos hablar es verlos totalmente desnudos.” Esto en el blog de Abril

-No tengo ninguna objeción en hablar mientras te desnudas
-Habla, pues –Y me quito la mascada.
-Mm… los puntos sobre las íes es una figura…
-No, habla de ti –Me pongo la seda en el cuello
-¡Quítatela!
-Habla
-Está bien… cuando era niño creía que los perros se volvían fantasmas -Dices con velocidad como si se tratara de un trabalenguas
- ¿Por qué? –Quito la liga que sujeta mi cabello, lo muevo, eso me agrada
- ¿Por qué, qué?
- Creías que los perros… eso
- Ah, sabe… sigue
- Sigue tú. Pongo mi mano sobre el primer botón de la blusa
- Y luego, mi mamá venía a consolarme –Te acomodas en la silla, tocas tu cuello.
- ¿Cuándo? -He desabrochado todos los botones. Puedes ver mi sostén blanco de algodón con encaje leve.
- Cuando lloraba… Oigo tu respiración, veo tus manos, sobas las rodillas, quitándote el sudor
- ¿Por qué llorabas?
- No sé, quítate la blusa
- Habla, dime más… Me la quito y la tiro al piso
- ¿Qué te digo? -desabrochas mi sostén
- ¿Por qué… llorabas? -Mi falda, apresurada persigue en el suelo la blusa
- ¿Cuándo? – ya tus manos llegaron sabe cómo a mi cadera, me aprisiona. ¿Cuándo qué?... te digo

Tal vez sea inútil intentar comprobar tal afirmación con semejante ejercicio...
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lunes, 22 de junio de 2009

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El Camino a casa ha sido en esta tarde muy largo. ¿Qué hace uno cuando camina? Piensa o bobea. Me dediqué a ambas actividades.

No puedo evitar las más de las veces que pienso o que bobeo (casi toda mi vida) sentir cómo el cristal me deja afuera. No, más bien me percato con facilidad de que todo lo demás está afuera. Es muy duro acatar esta certeza.
Para ver cualquier cosa, tenemos que salirnos. Para escribir un verbo tenemos que dejar de ejecutarlo. Sólo al alejarse se perciben los detalles. Es la soledad.

Ya casi para llegar, cruzo la vía como todos los días la cruzo (por lo menos cuatro veces, qué destino: Cruzadora de vías) y volteo a la derecha, hacia el norte, donde la vía y sus durmientes parece que se esfuman, allá en la lejanía... sé que no es así, me consta porque la he caminado, que los rieles y travesaños de esa escalera acostada que no va al cielo, llega a la curva y le da vuelta y es allí donde parece desvanecerse, pero sigue desenvolviéndose hasta que llega a la Estación de trenes. Desde allí es otro el cantar... ¿a dónde llega? no la he andado tanto. Creo que a Nogales.

Y pienso seriamente si morir podría ser, porque quisiera que así fuera, caminar sobre la vía y llegar.

Lloro, un llanto profundo y seco. No me atrevo a confesarme quién espero que esté al final, en alguna estación, esperando para abrazarme.
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sábado, 20 de junio de 2009

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"Entre los signos que me advierten que mi juventud ha terminado, el principal es percatarme de que la literatura ya no me interesa verdaderamente. Quiero decir que ya no abro ningún libro con aquella viva y ansiosa esperanza de cosas espirituales que, a pesar de todo, sentía en un tiempo. Leo y quisiera leer siempre más, pero ya no recibo, como antes, las diversas experiencias con entusiasmo, ya no las fundo en un sereno tumulto prepoético. Lo mismo me ocurre cuando paso por Turín; ya no siento la ciudad como un estímulo sentimental y simbólico para la creación. Acabo por responder cada vez: ya está hecho."
Cesare Pavese
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sábado, 13 de junio de 2009

(Heráclito)


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Vendrás y serás otro

Tú, el que espero no serás
sino el que llegará

Otro.

(Al que tampoco conozco

y también espero)
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martes, 9 de junio de 2009

Para Emilia, y para su madre que está sufriendo tanto

Ayer. Pasadas las seis de la tarde. El lugar por el que caminaba en ese momento provocaba voltear a ver la grandeza de las montañas a lo lejos. Y en la Mariquita, a la mitad de su falda se veían las llamas, rojas, enormes (sé que lo son porque a pesar de la lejanía se alcanzaban a ver)… el humo salía café, a ratos blanco… hectáreas y más hectáreas de pinos, pastos secos quemándose. El cielo nublado. Pensé en las pocas posibilidades de que el fuego se apagara con una lluvia tan remota.

A escasos minutos, cinco, diez, de mis pensamientos, la lluvia llegó, gotitas leves primero, luego más fuertes y empapadoras. Me dio mucho gusto pensar que el incendio forestal se apagara. Porque alguien que pasaba dijo gracias a Dios que llueve. Reflexioné.

Por eso se cree en la vida eterna, porque se desea un mundo mejor.
Porque no puede concebirse que el dolor no tenga recompensa. Porque no logramos admitir el sufrimiento en un niño que muere, esa chingadera no es concepto asimilable

Por eso se piensa que los niños muertos serán ángeles.

Por eso abrazamos a las madres.
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Por eso rezamos.
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Y creemos.
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jueves, 4 de junio de 2009

las mañanas suelen ser
tranquilos agujeros plácidos

a veces pareciera
que uno aunque desee
no puede salir

y en esas ocasiones
la mañana se eterniza

y estamos enfangados
en su pesadez tan dulce
a media noche

(podemos, incluso
llegar hasta la muerte
y no nos damos cuenta
porque flotamos
en una mañana que se estira
y que nos aprisiona)

miércoles, 27 de mayo de 2009

Pan

Muy tempranito se levanta a hacer pan, pan de hombre se llama. Lo hornea en una estufa que él mismo hizo, la puso afuera, en el corral de su casa, entre los árboles (en invierno la meteré, no creas –me dijo, burlándose de lo que yo, según él, pude haberme burlado. Tiene la errónea idea de que soy más despierta)
Son las ocho de la mañana y llega a traérmelo. Lo vende en bolsas con 10 piezas cada una.

(huy, huy, me quedé como dos minutos viendo el reflejo de la ventana en la pantalla: se ve el estante con las macetas donde viven las plantas, luego el vidrio, las rejas blancas, atrás la casa vecina y lejos pero fingiendo estar cerca, las nubes, muy blancas sobre el cielo muy azul. Me dan ganas de llorar. Eso se llama nostalgia ajena o entenada, arrimada… sabe)

Mi tío Ramón fue muy feliz cuando vivió en un ejido cercano a Cananea y en algunos ranchos en los que trabajó. Me dice de un perro, “el pitudo” se llamaba y se ríe siempre que lo cuenta. Según recuerda el pitudo se la pasaba tirado en el suelo hasta que detectaba, antes que todos, algún carro que se acercaba. Entonces se levantaba, se sacudía y movía lentamente la cola. Esperando. En cuanto el carro llegaba, sin detenerse a ver al chofer o las placas (sin saludar, pues), el pitudo se trepaba (lugares agrestes como eran, transitaban casi puros vehículos con caja). Cuando el carro se iba dejaban de ver al pitudo, en ocasiones pasaban meses hasta que de pronto llegaba un carro y el pitudo se bajaba de él y se tiraba al suelo como si nada hubiera pasado. Se iba a todos los ranchos, los ejidos. Se bajaba de la caja, de lo más campante, y se quedaba semanas hasta que consideraba obligatorio subirse al transporte que llegaba… Que si de quién era, le pregunto … mmm, de un vaquero de “Los Nogales”, dice.

(pasa casi un día completo después de lo escrito allí arribita. La tarde está nublada y corre viento fresco, riquísimo. Quisiera ser árbol bajo una nubezota de esas y ganar la lluvia cuando caiga, si es que cae, o por lo menos estar moviéndome al compás que me cante el aire correteador)

¿estará mi tío preparándose para hacer el pan de mañana? Dice que le gusta mucho hornearlo… en la sombra, nadie en la calle, y él, tranquilo, solo esmerado en el pan, en su olor, sentado enseguida de la estufa (recordando al pitudo, agrego yo, pienso)
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miércoles, 20 de mayo de 2009

Nubes

"Si me alejo de ti es por que he comprendido
que soy la nube gris que nubla tu camino
Me voy para dejar que cambie tu destino
que seas muy feliz mientras yo busco olvido"
Canción


Es irremediable (inevitable, irrefrenable), las canciones que he oído a lo largo de mi vida (habráse visto frase más hecha que esta: "a lo largo de mi vida", como si la vida estuviera enrollada y al vivirla la extendiéramos... ¿sí?) me ayudan a pensar...

Muy nublado desde la mañanita. Ahora y desde hace un rato, chipichipea. Nada de calor, la temperatura no está ni en veinte, me duele la garganta, aunque no es dolor es sólo una sensación incómoda ¿qué es cuando no es dolor pero tampoco no-dolor? (¿qué puede uno decir cuando no está pero tampoco no está?)

Ah, sí, eso mismo, cuando no lloramos ni nos quejamos como de costumbre por la tristeza pero tampoco estamos no-tristes no-quejosos, exactamente eso.

En el no color, cuando no es negro ni es blanco se llama gris casi siempre. Los días grises me gustan.

Que llueva me gusta mucho más.
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Pd: En Naco, hace muchos años había una mujer a quien le decían "La Nubegris", eso es literatura, no chingaderas

viernes, 15 de mayo de 2009

Un inevitable camino lleno de agua

“Que se me acabe la vida, / frente a una copa de vino
y que te diga el destino / que vas a vivir sin mí //
Que se me cierren los ojos / que fueron tu gran cariño
y que se sienta en tu pecho /de veras que ya me fui”
José Alfredo Jiménez

Considero que el destino es un inevitable camino lleno de agua, no hay para dónde hacerse. Por eso acepté aquel día, uno de aquellos, grises, morirme.

Así también acepté, antes, el amor que me llegó extraviado, tan raro y lleno de espinas que ni rosa parecía. Como si fuera inevitable muerte aquel amor de la mujer de otro.

Estábamos afuera del bar o la cantina, esas distinciones del lenguaje nunca me han interesado, Ugo, su mujer y yo (Ugo y yo. La mujer), pretendíamos decidir qué hacer, a dónde ir. En realidad no decidiendo nada, solo hablábamos, mirando la banqueta, las personas, los autos al pasar, ebrios los tres luego de horas en la oscuridad etílica del bar-cantina.

Alguien llegó, los miró fijamente, no a mí por cierto, y pretendió saber que sabía quién era esa pareja extravagante y bella… ustedes son cantantes, dijo entusiasmado, españoles, los he visto en la tele…

-Tás loco –dijo Ugo, sin conceder importancia al desastre que se nos venía encima. Ella rió y yo me puse alerta, algo iba a pasar y ellos no se daban cuenta, ese tipo traía adentro varias sustancias que lo pusieron en estado extraterrestre, casi sonreí al pensar esto último, pero la situación no estaba para risas.

-¡Si son, sí son! -decía el tipo violentándose y pidiendo tomarse una foto con ellos, que le cantaran una canción. Absurda petición de briago: ¡una, no sean mamones…!

De reojo vi cómo el rostro de Ugo, dejando atrás la impavidez, se transformaba en hastío. No sabe lo que yo sé de las calles, no está atento. Ella, su mujer, la que amo, no se da cuenta del peligro, continúa sonriendo, no entiende mi expresión de alarma.

-¡He comprado sus discos! ¡Cántenme una rola! –casi llorando y más enojado al percatarse de su debilidad drogada. (Después, mucho después dijimos, dijeron, hubiéramos cantado, sonreído para la foto, el alcohol nos destanteó, nos vimos lentos…)
Empiezan los jaloneos, hablan los amigos del extraterrestre, hablamos nosotros: ¡házte pá llá!, ¡cabrones ojetes!, ¡ya vete, cabrón!, ¡relamidos cursis!, ¡cálmate, no te embronques!, ¡vámonos! …

Hasta que todos, los mirones que se han ido acercando y nosotros tres, vemos cómo el exigente fan saca de la camisa, del pantalón, del corazón, de su bota izquierda ¿dónde es que la traía? una navaja, no muy grande pero sí navaja. La gente grita, se mueven, peces y algas en una pecera turbia moviéndose a nuestro alrededor.

Ugo protege con un abrazo a su mujer, aquella a la que amo. Todos olfatean la inminente violencia, excitados se anticipan al olor de la sangre, al sonido de los golpes. El destino se acerca. Nunca se ha ido.

Me planteo el por qué y decido que a mí me toca.

Morir.
En esta noche clara de inquietos luceros. Porque lo que yo la quiero se lo vengo a decir atravesando mi cuerpo en el filo que se lanza hacia ellos…. ¡Quítate, buey!
Sólo es un rozón pero ha bastado
Para que policías, para que los amigos del heridor
Para que corramos
Para subirnos a un taxi
Para oír cómo el dueño de la navaja grita: ¡se deben a su público, pendejetes! ¡no compren sus discos! – grito dirigido a los demás, a todos los que, como nosotros, ni idea tienen, tenemos, de con quién ha confundido a Ugo, a su mujer…

Ella en cambio, esa noche no confundió nada. Pasamos en el taxi a dejar a Ugo y nos fuimos al hotel. Evodio, ojos de serpiente, me decía ella, en este pedazo de tiempo te pertenezco. El destino es un camino lleno de agua. No me tocaba morir.

Inevitable.
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martes, 12 de mayo de 2009

No hay anzuelo que atrape el pez de ciertas


¡Qué a toda madre… llegadesayunacomeicena… qué a toda madre!
(Quéatoamadre, en realidad decía)

Cerca de la ventana como me encontraba, volteé de inmediato para ver (no volteé para eso, uno no sabe por qué el reflejo le gana a la consideración, al porqué) a quién así hablaba (empecé a voltear desde que oí “Quéatoa…”, porque el tono)

Dos mujeres caminan con premura, alcanzo a verlas mientras pasan, llevan bolsas que se adivinan muy pesadas (¿en sendas cuatro manos?) la que va a la izquierda (de ellas) es la que ha hablado, gritado, exclamado, vociferado, aunque de esa forma que nos hace pensar que no exabruptea, así se expresa ella, no es que desee escandalizar, sólo se le da el escándalo vocal. Fea voz y en volumen muy alto.

Me dan ganas de saber.
¿Habla de su marido desobligado?
¿De su hijo ya grandecito que no trabaja?
¿De alguna hija en pasos perdidos?
¿De un extraño que gorrea en otra casa, y a ella le hace daño hasta lo que no come?

Pienso en cómo se vería si saliera tras las mujeres y caminara como sin querer para oír qué sigue, de quién y por qué habla…

La vida, sin embargo, aunque está llena de momentos rescatables, no es una novela, casi siempre carece de estructura lingüística que nos atrape, tenemos que reinventar lo que vemos. Conjeturar, suponer, adivinar e imaginar. Creo que si las persigo no obtendré nada sino calor, el sol sobre las cabezas, sudor.

¿La mujer que muestra su enojo es quien cocina?
¿Acaso la segunda mujer cocina y la gritona le reclama que permita que abusen de ella?
¿Tal vez repasan alguna telenovela, la de anoche?
¿Hablarán de la vecina, de la tía, la prima, con un marido desobligado, con un hijo grandecito, una hija descarriada, algún gorrón que llega, desayuna, come y cena…?
Casi siempre la literatura es un medio, un tren, una ventana, un lugar y un tiempo donde las mujeres que gritan en la calle a pleno mediodía tienen razón y uno entiende.

Pero no siempre se puede, hay realidades que son como mariposas que no pueden atraparse con ninguna red de letras, ni con cebos de palabras.
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Qué a toda madre.

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jueves, 7 de mayo de 2009

De Menos el domingo, extraviada sabe dónde (claro, extraviar es eso, no saber dónde)
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Teresa
junio 1998

Uguito, corazón de melón .-

. . .Esta no es una carta. Esta no es una carta. Esta no es una carta. Esta no es. Una CARTA. ESTA. No es una. Carta; ésta. NO es una CaRtA, esta. Esta no es una C. Arta esta no. Es: una carta. Esta no. Es una carta… esta, no es una. Carta.
. . .Pero parece. Y parece que eso basta. Pero esta no es una carta, pero parece que eso basta. Parece.
. . .Rogámosle ponga a volar inmediatamente a todas sus palomas mensajeras. El destino del sueño está en sus manos..
. . .H. Preocupados y M. Anónimos, S. P.


Pd 1: Uff, pero este sí es posdata (¿o ésta?)
Pd 2: De Kalidasa, poeta de la India que vivió alrededor del año 400: “Todas las muchachas llevan en sus cuerpos la huella cruel del amor; sus labios mordidos por el amante, sangran todavía y sobre sus senos, las uñas del varón han escrito su deseo.”
Pd 3: Tal vez.
Pd 4: No. Las uñas perforan. Abren huecos y anoche le decía. Estás equivocada, estás hueca y llena de agujeros; constantemente estás tratando de rellenarte de basura y tratas de cubrir tus huecos con la baba de todos esos.
Pd 5: Ni yo me entiendo. Además, se trataba de deseo. Y esto, en cierta forma. Pero no creas. Cada quien rellena sus agujeros como puede.
Pd 6: ¿Y tú, querido? ¿Necesitarás de mi saliva para que viva en uno de tus huecos?
Pd 7: Las palabras asustan.
Pd 8: “Lo que no ha de suceder no sucederá, si lo que ha de ser, no puede dejar de ser; este es el antídoto que mata el veneno de la inquietud; ¿por qué no se bebe?” Narayana
Pd 9: Inquietudes muertas pueblan los océanos de la duda muerta. Algo así como el mar muerto de la geografía emocional.
Pd 10: ¿Sabías que tienes que efectuar sacrificios si quieres gozar cuando vayas a la luna?
Pd 11: Tenemos tiempo, amor. Consígueme la piedra, tengo el corazón a punto; tu mano no temblará cuando la sangre.
Pd 12: Pero tú, tal vez, no estés interesado en este goce lunático que tendrás cuando dejes la tierra.
Pd 13: Cuando te mueras.
Pd 14: “En mi país la poesía ladra / suda orina tiene sucias las axilas.
............. La poesía frecuenta los burdeles / escribe cantos silba danza
. .. . . . . Mientras se mira / ociosamente en la toilette…” ..............
Es de Enrique.Verástegui
Pd 15: “pudo haber sido una gran poeta
.......................la más amorosa
.............................amada
...............................mía”
........................de Roberto Bolaño
Pd 16: ¿Qué te digo si he bebido el antídoto?
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miércoles, 6 de mayo de 2009

Destapabocas

El jugo de dos limones y dos naranjas todos los días en ayunas ayuda a tener las defensas altas…

Limpiar todas las fugas de aguas negras, quemar cadáveres, limpiar los panteones, que son focos de enfermedades aletargadas, esperando por alguien que llegue con las defensas bajas para subirse al barco

Vibración en sintonía alta, porque si andamos en malas acciones, pensamientos y emociones quedamos a nivel de los virus, bacterias y microbios. Hay que andar angélicos, hacer bien, sentir bien, dice sonriendo Rafael…

Pd: yo estoy triste, muy triste
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viernes, 24 de abril de 2009

Era otro, otro abril

Hoy es abril, ayer fue abril y mañana será abril.
¿Y yo?
¿cuándo mi abril?

¿Cómo estás?
Tú eres fuerte y resistente, amor. Sé que estás bien, fragante y bello, como siempre.

Así que me dejo de seriedades tales y paso a hablarte de un chavo que conocimos Ugo y yo en Nogales. Para variar no sé cómo se llamaba o llame, ni donde lo conocimos, supongo que en la calle, haciendo algún letrero, era bueno para las letras, rápido y limpio, lo contrataban a menudo y le pagaban bien. Por algún tiempo lo vimos más o menos seguido, decía que también era pintor, es decir no sólo de letreros, carteles y eso, sino.
En una ocasión nos reunimos en la casa del Tavo, un amigo, en Nogales Az, después el Tavo salió y nos dejó a los tres, Ugo, este chavo sin nombre en mi memoria y yo. Pintor era muy guapo, alto y flaco y nos dijo que había estudiado oceanografía en algún puerto del que tampoco recuerdo el nombre. Sabía todo con certeza (¿se puede saber algo sin certeza?), sabía medidas, pesos, fechas y nombres exactos de TO DO; ese día empezó a hablar de los agujeros negros y no sabes cuánto sabía(o sabe), estuvo hablando horas y horas (como bien supondrás, esto es una exageración, fueron dos horas cuando mucho)y de paso hablaba del mar, la tierra, las galaxias, terremotos, la Luna, el Sol, los barcos, las mujeres, nubes, matemáticas finitas, química, derechos humanos, Plutón (en esos días aún un feliz planeta), los niños, la música, naves espaciales, fuga de cerebros (él andaba en eso, creo, pretendía ser un cerebro merecedor de ser robado o puesto en perpetua tentación para fugarse montado en el lomo del imperialismo yanqui… ¡así decía!); hablaba, pues, de los agujeros negros.
Y no podía uno cuestionarle nada, ni dudar de su palabra.
En verdad lo sabía todo.
Pintor era un mamón como comprenderás.
Después tuvimos la ¿oportunidad? De conocer su obra y allí (allí de tiempo y de lugar, de “justo aquí y ahora”) descubrí que no importaba conocerme incapaz de saber nada con certeza o no (“tu cruel falsía que me matará”, dicen, cantan, en un radio)… y voy descubriendo que no sé qué más decirte de él, la canción me distrajo: “juraste amarme, dijiste quererme” y etcétera… ¿sabes por qué te cuento todo esto, verdad? El día que estábamos en tu casa con tus amigos y estaba el chavo ese hablando y hablando y hablando… yo recordaba al oceanógrafo truncado, hasta físicamente se parecía, el de Nogales era más alto pero aún así, podían haber pasado por hermanos o primos o pintados por el mismo retratista. A mi me cohíbe –un poquito- la gente que habla mucho, comprenderás por qué me quedé muda… tú te mostrabas muy interesado en lo que este no pintor no tan alto decía con patadas y demostraciones físicas y yo nunca supe por qué… tal vez a ti te interese el karate, no sé. Las espadas, el oriente, las artes marciales, lo militar, los uniformes, los espadachines, golpes mortales, velocidad en piernas, líderes mundiales en carreras, tarahumaras, dagas, insectos comestibles, Bruce Lee, la danza de los planetas, las peleas de perros, las princesas turcas, los cuchillos… de todas formas me simpatizó tu amigo. (“Que me amargo la vida / si te dejo de amar”)
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Te dejo. Hay que vivir.
Te dejo un beso. Para vivir.
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jueves, 23 de abril de 2009

Tarareo

Ta rararara rará,
Ta rararara rará
Ta rararara rará
Ta rararara rará

Así tallereábamos alguien y yo. Y alguien escribía así y yo no podía. Alguien se reía. Alguien y yo nos la pasamos bien. Yo amé a alguien. Alguien no sé si me amó. Eso ya no importa. Este retazo de poema es “Ta rararara rará”

el eco es la sombra del sonido
la palabra lo es del pensamiento
la saliva es la sombra de la lengua
y la caricia es del deseo
y:
Ta rararara rará…
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Cuánto placer en las palabras...
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miércoles, 22 de abril de 2009

Convoyar en rosa

Siete de la mañana. El sol ilumina la primavera verde en Cananea. Frente a nosotras, cual si desfilásemos, camina un hombre que trae puesta una camisola de color amarillo rabioso (qué valiente, pienso); delante de él, una mujer con una sudadera verde limón lleva de la mano a una niña con uniforme escolar y en su espalda mochila rosa. Veo a Mariana con su uniforme casi rojo, calcetas, suéter, diadema rojísimos todos, cabellera brillante, tengo la impresión de haberme transportado en un parpadeo a la página de un cuento coloreado por un niño, me imagino como muñequito(a) de un pastel de fiesta infantil, los ojos se me iluminan. Supongo.

Pero el mundo no es color de rosa, sólo algunas mochilas y utensilios de niña lo hacen parecer, a ratos.

Mientras caminamos rumbo al este, hacia la escuela, nos topamos con un buen número de autos, carros, camiones o como se llamen, cargados de militares (policías, soldados, federales, estatales, judiciales... la represión no sabe de arcoiris). Ellos no visten de colores. Sólo negro, gris, verde apagado, pasamontañas, armas, y uniformes. También.
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martes, 21 de abril de 2009

Quejumbrar

El calor se acerca con pasos de elefante malherido y desbocado
(tal vez con pasos de mamut que se derrite…
como escorpión con doble cola
–el escorpión en realidad no tiene cola, lo que tal parece es una extensión del abdomen-
como tiranosaurio va llegando el calor con quejura, uñas y hambre)

Qué hacer, a dónde irse…

Parezco la quejumbre andando.

No se nos da gusto, dicen las señoras en la calle... ¿Queríamos calor? Bueno, pues aquí está el calor, no nos quejemos, abanicándose furiosamente.

Yo, lo confieso, no quería calor, deseaba menos frío eso sí, pero ¿tiene que ser así? ¿Hay que cuidar lo que uno pide siempre? No vaya a ser que:

Pedir un príncipe azul tal vez nos llegue morado
Pedimos agüita y nos inundamos
Solecito y nos quemamos.

Ah, la calor.

(Y esta nube, esta pinche nube.)
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lunes, 20 de abril de 2009

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Parece que lo único que puedo escribir en este, estos días es:

“tomo la taza de café con ambas manos, como si fuera una pelota caliente par poder quitar el frío de los dedos, es agradable, así, acercar la taza al rostro y aspirar el vaho caliente de la bebida.”

Porque mientras eso hago pienso que puedo escribir que caliento las manos así. Pero pienso también:

¿A quién podrá interesar esto?
Hago un huequito, empujando entre la nube que traigo últimamente adentro mío para poder encontrar un atisbo de respuesta.

A nadie, me respondo. O tal vez sí, yo me paso los días leyendo textos que no creería que podrían interesar a nadie.

Uno, a fin de cuentas, no escribe por eso. ¿O sí escribe por eso? ¿O por cuál eso escribe uno?

Mis dedos se calientan. Escribo esto.
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viernes, 17 de abril de 2009

KAR-MA
Llegó inopinadamente: ¿puedo decirte algo? Claro, le respondí. Incluso me puse de pie pues así aprovechaba y me destrababa un poco física y mentalmente saliéndome de la página de Excel que ya rato tenía recalculándome la paciencia.

Lo miré, parecía un tanto agitado, sobresaltado, desprotegido (como siempre, debo decir)
-Vengo muy enojado
-¿Qué pasó? Pregunté y eso bastó para que me dijera y me dijera y me dijera:

Ya sabes (lo sé) por dónde me gusta caminar, así venía, mirando el basural que el viento se ha llevado a los barrancos, los mezquites todos llenos de bolsas de plástico. Pensando venía, tranquilo… y entonces cuando subí del barranco, resbalándome entre el polvo, vi que tendría que cruzar un arroyo que se formó con la fuga de una tubería de drenaje. Visualicé la situación y me di cuenta de que las posibilidades de pasar sin afectarme eran completas, si pongo un pie en aquella piedra, si salto después a donde está seco, si… y ¿qué crees? (no espera mi respuesta): Pasó un pendejo en un pickup negro, en chinguiza y me… a ver si encuentras una palabra más adecuada, que no sea pringar ni mojar… Un instante lo miré, buscando la palabra adecuada, balbuceé: ¿humedeció, lloviznó…? sin hallarla. Me llenó, mira, mostrándome su pantalón al que yo no le vi nada extraño (ya se le había secado, aclaró), me mojó con aguas negras… ¿qué se creen éstos, dueños del mundo, de las calles, de Cananea? Pudo haberme matado e igual se hubiera ido sin voltear siquiera… ¡Me cayó agua sucia en los ojos! Decía mientras se sacudía… ¡Tragué aguas negras? ¿sabes a qué saben? No, dije. Saben a agua y a mugre y a metal y apestan, me decía Rafael cada vez más enterado de lo que le pasó… Pero –bajando notoriamente la voz- yo estoy plenamente convencido de que todo, eh, todo, lo que nos pasa es puro karma, no sé cuándo, no necesariamente en esta vida, hice algo que me mereciera empaparme de aguas negras (y empaparte por adentro, acoto, no vaya a ser que se le olvide)… Reflexiona (fugazmente) ¿sabes? Cuando era muy niño, mis papás nos llevaron a mi y una de mis hermanas a un pueblo de aquí cerca (y aquí describe el pueblo, los pueblos de Sonora en aquellos remotos tiempos), había no excusado, ni letrina, dice, había un hoyo en el suelo y mi hermana y yo dábamos vueltas y vueltas alrededor, jugando, hasta que ¿qué crees? No sé digo, por supuesto ya sabiéndolo… me caí dentro. Así que no es la primera vez, le digo, que me lleno de mierda, dice él, ya olvidado del enojo ¿sabes a qué sabe la mierda? NO (veloz respuesta)… sabe ácida, a tierra y podrido. Apesta, concluye. Voy a lavarme.

Al regresar del baño, continúa hablándome del karma y me dice entre algunas comas que se le atraviesan, a ti no te pasaría lo que me pasó, aquí confortablemente trabajando, protegida, calientita… ¿y lo del karma? le digo ¿Estoy aquí por alguna cosa que hice bien o que hice mal?
No sé, tú piénsalo, ya me voy, tengo que ir todavía a Cananea Vieja. Y se va. Y me deja.

Pensando en las aguas negras que todos, supongo, tragamos a diario o de vez en cuando, por culpa de algún pendejete con pickup o sin él que nos ¿chispea?, o por andar corriendo alrededor de donde no nos llaman y apesta.
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Vulnerable me deja.
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Pensando en la mierda y su sabor.
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