martes, 31 de octubre de 2006

abrí la puerta de aquel silencio
y allí estaba adentro
acurrucada como pollito
tu repentina
ausencia

jueves, 26 de octubre de 2006

Para Pina, para Emma.
Para Francisca, Fidelia, Ivonne, Inés, Flavia
Lucina, Mirna ,Marilú, Tania y Renée.
Para Mariana Isabel
.

El Dragón


Vereda, no camino
para vestir muñecas con arrullos tiernos
y luego desvestirlas de impaciencia
con el aburrimiento de la curiosidad satisfecha.

Las muñecas empaparon nuestra ubicación
nos dieron la certeza insólita
del oeste
lugar en el que nunca viviremos.
eternas habitantes del deseo y el temor.

El camino, no vereda
señalaron con sus mordisqueados dedos
las muñecas.
Y mientras, el cabello,
exhibición del disfraz,
se enredaba
germinando en peines, trenzas y jalones.

Paseamos por las añoradas playas del verano,
los imaginados callejones de la persecución oscura,
las ciudades de oro, el polvo de las carreteras,
los salones lujosos, la plaza y todas las lunas...
calzadas con tacones ahuyentados sin permiso
de las madres
y de sus cajones.

Fuimos muertas
nos lloramos en los corrales
tendidas en la sombra de los árboles frutales
bajo el cobijo de las flores calientitas.
Nos sentimos muertas. Creímos en el sufrimiento,
y rezamos inmisericordemente antes del llamado
para la tarea
el baño o alimento que resucitaba nuestra vida niña.

Fingimos la boda
los divorcios, la viudez, los hijos, la risa
y los dolores.
Aprendimos de la lluvia el desconsuelo y la humedad
el irse, no llegar
y los relámpagos.

Ahora, cuando el aire dulce sostiene su mirar
atardece y nos envuelve.
Como un cerco sutil nos cerca.
Como un barco fugaz
navega en nuestra piel
y tiembla.
El aire nos penetra porque somos de papel,
nos hunde en un silencio falso.
Como cruel sirena
canta, nos convence y vamos
con los brazos extendidos
como nos enseñó la muñeca:
A morir
ahogadas en un espejismo
líquido
que vuela

Llegó la muerte
la ausencia es verdadera
y a nosotras nos gustaría vivir en una iglesia
sin ventanas
ni puertas
o arriba de una higuera
todo el día manoseada por la lluvia
y toda la noche acosada por el rayo.
No aprendimos de la muerte sino el dolor
los opacos ojos de nuestras muñecas.
no sabemos de ella
no entendemos por qué las manos vacías
y la flor ya seca.

En una madrugada solitaria
tratamos de ver el rostro en el espejo
de una hoja en blanco.
Abrimos los ojos
y el sobresalto nos hiere
cuando vemos el mensaje ausente.

Todas queremos ser palomas
saciar la sed
en charcos recién lloviznados
y en cambio aguantamos dedos y mordiscos
porque somos el dragón
sin dragón
el puro fuego.

La soledad:
Un muro pelón
estorbo derrumbable
para brincarlo
recargar la embriaguez
o sobriedad que nos convenga.
Un muro pelón
para orinar, poner grafitis
para pintar mentiras
o verdades que se borran
con la lluvia, el sol o más pintura.
Un muro pelón
sin puertas, ventanas, ni agujero de ratón
sin enredadera firmemente
abrazada a los cimientos.
Un muro pelón
y frente a él, en fila, estamos.

Porque somos el dragón.

Nos hemos escondido
han contado hasta diez.
Morimos con el corazón arrebatado
atrás de los espejos
parecidas a los hilos de agua
de la telaraña en el reflejo.

Pero nos encuentran.

Salimos tras la luna
desorbitados los deseos
de esfumarnos
y estamos escondidas dentro de los calcetines
con el sudor fresco y excitado
arrinconadas en la página final del libro más polvoso.

Pero nos encuentran.

Saltamos los cercos
nos arrastramos abajo del viento
callamos nuestro pelo escandaloso
con arena fría,
masticamos el respiro, lo tragamos,
sacamos fieramente la lengua mentirosa
de nuestra muñeca,
pisamos y no se oye porque no avanzamos.

Pero somos puro fuego
y nos encuentran.

Siempre.

miércoles, 25 de octubre de 2006

Sucede que en algunas ocasiones, muy de vez en cuando, no llevo registro del suceso, ni creo que merezca nota alguna
(a pesar de tal creencia escribo esto para decir que:)

Algunas veces
El llanto es un desierto
Que me roba la humedad
Mientras me moja

El llanto en esas raras veces es arroyo mar laguna río brisa lluvia soledad es pergamino pútrido olor papel seco pétalo escupido

Pero es sólo a veces
Ya casi ni lo digo

estamos en la vida y no logramos
saber
si somos
telaraña
flor carnívora
o ventana
en esas ansias de aprehender
al otro
el que no sabe si es insecto
o aire fresco
luchando por entrar

martes, 24 de octubre de 2006

(Mariposas) amarillas

Siempre atravesamos un baldío (poblado) de matorrales espinosos y llenos de flores (moradas), hay una vereda (tortuosa), y Mariana va enfrente, eso me permite ver (amarillo sol) cómo al ritmo de su caminar, las mariposas se mueven, la rodean (parece que salen de su cuerpo). Al final (del caminito) hay una planta más grande que las anteriores y Mariana ( siempre) se detiene frente a ella, se inclina y con (tierna) meticulosidad, atrapa mariposas, las toma (con mucho cuidado) con dos dedos a veces otras con las dos manos, haciéndoles una jaula (provisional), les ve la cara (según dice) y las deja ir (una y otra vez)… la apuro y no quiere (abandonar), mientras eso hace las mariposas (amarillas) revolotean, como si la retaran y le dijeran falto yo, tómame a mí. (A mí asústame).

(Tómame…) ¿cuántas mariposas (amarillas) se necesitan para que parezcan multitud de vuelos (en el sol)? ¿Cincuenta, treinta?. Diez son (veinte alas), muchas… (demasiadas).

Una sobredosis de belleza (y de fragilidad).

lunes, 23 de octubre de 2006

Trenes nocturnos

En ciertas madrugadas
cuando el sueño no es definitivo
y aún el ruido y los aromas pueden inquietarme
hay trenes que con su silbido me arrancan
a jalones
de ese terreno escabroso
que aún me pertenece
y todavía no es sueño.

Son capítulos de un libro de metal nocturno
parece que acarrearan muertos
como aquellos muertos de novela
o aquellos otros muertos de la vida cierta
y pienso entonces en mis muertos
en todos esos muertos que viajan sabe Dios
en cuáles trenes
mirando quién sabe qué paisajes
detrás de ventanillas que no se abren
diciendo adiós a los que despedimos
su recuerdo.

En ciertas madrugadas
cuando todo podría reencontrarse
y el dormir es casi lo único posible que nos queda
después de los terrores diarios
llega el murmurar profundo del gusano
el paso lento de vagones ronroneando
sobre el riel
y los durmientes.

Nosotros, que dormimos
y tal vez soñamos en amaneceres
como una posibilidad ignota
somos despertados a veces bruscamente
cuando pasan y untan su chirriar nocturno
esos rectangulares espacios
desvelados huecos que se mueven
guiados por caminos de metal.

Quién los lleva
me pregunto
a dónde irán.

Y en el colmo del soñar y despertar a ratos
la representación de un muelle como destino final
llega a mi memoria que duerme e inventa:
un muelle de niebla
con maderas rotas, pobladas de seres
mojados
esperando obtener un pasaje
que pudiera hacerlos despertar
Tal vez son estrellas marinas
que desearían volar

Considero la remota
la lejana
la imposible
brisa
Sostengo la esperanza de una imagen
borrosa entre la bruma del sueño
de mares estrellándose en las ruedas
y vías derritiéndose en la sal.

A veces, esos trenes
desvelados buscadores
de tesoros
desvelados muertos
de las pesadillas
me hacen creer
que ya he muerto
y navego buscando mi tren
mi pedazo de noche
una ventanilla tras la cual mirar
y decir adiós
como todos los que ya no están
traqueteando sobre un camino
de hierro, de piedras y sed

Y en esas ciertas madrugadas de susto
a veces despierto del todo
Y sé:
son trenes cargados de cobre

Me digo:
son cajas reptantes, mensajes que no se reciben
destinos que no son
sino lugares vacíos que se mueven
de allá para acá.

Son trenes resecos
vagones rellenos de aroma profundo
pozos de materia muerta.

sábado, 21 de octubre de 2006

Números para una espera

uno

Repletos de ausencia
llenitos hasta el tope
de recuerdos.

Así te esperamos.

En las noches naufragamos
entre las cenizas
sin madero que nos salve.

dos

Permaneceremos ciegos
hasta verte.

No tendremos tacto
sin tocar tu piel.
ni pies sin caminarte.

No seremos dueños
de la bofetada
sin golpearte.

tres

Así, muecas en la risa
te esperamos.

cuatro

Estaremos rodando en las aceras
seremos blanco fácil
de escupitajos y patadas.

cinco

Indefensos en la espera.


Montón de mentirosos

Las mentiras blanquean el aire de esta noche.

No hay eclipse.

Se envicia el círculo verbal
no salimos
no entramos
no podemos mover un solo dedo.
Solo miramos a los ojos
la manera turbia
del aburrimiento.

Los dioses derrochan sus favores
somos los privilegiados desagradecidos
sin culto
sin sacrificio, sin doncella.

Tú eres un montón de mentirosos.
¿Para qué comerte el corazón?

Nos dieron el lugar, el nombre
nos pusieron el colchón de lluvia
saldamos nuestras deudas, propusimos
tomamos las plumas de colores
pagamos el disfraz
y con tinta despiadada
tatuamos en la lengua
del que hablaba
el oscuro silencio
atravesado por setenta flechas
desechables.

No hay eclipse.
Montón de mentirosos.

¿Para qué quiero tu corazón
si ya no quiero?



El recuerdo es animal siempre despierto
que exige agua y comidita diariamente

Hay que vacunar a nuestro animalito
podría contagiarse de la rabia
que a veces nos invade
cuando nos mete el pie
el recuerdo

Ese animal insomne para siempre

viernes, 20 de octubre de 2006

poema para un gato muerto

estaba muerto
el gato
(era color blanco con manchas grises
o negras
tal vez lo gris era cemento
lo negro sólo sangre seca
y lo que vi blanco pudiera ser la muerte)

no tenía un color el gato
pero estaba
muerto

le brotaba una mueca
de ternura y de miedo
una máscara sucia de fiereza
con una dentadura
que parecía el esqueleto
de un insecto muy flaco
que muriera sonriente después
del apareamiento

estaba tirado el gato
recibiendo indolente
el sol de mediodía
en plena mediacalle
metiéndole el pie a cualquier ojo
tuerto
haciendo con las cuencas podridas
guiños grotescos

se defiende ese gato
y está muerto
sacándole la lengua maloliente
a los que pasan sin ningún muerto
a cuestas
que en la mirada les duela
cuando voltean por descuido
y ven
sólo un pobre gato
descolorido
golpeado
y para colmo:
muerto

jueves, 19 de octubre de 2006

Destino

Ya todos estos escalones
suben, bajan por su cuenta
y extienden su caricia acompasada
en oscuros pasillos
alfombrados de amapolas
........................muertas

No puedo avanzar ni leve
ni violentamente
es escozor el tiempo que paso
..............................atenazada
por el deseo de llegar al gozo
que me espera
al fin de esta escalera
.......................in
.........................ter
............................mi
..............................na
................................ble



Crees que resulta fácil
pensar que mueres
y al frío roce de la piel
te muestras asombrado
cuando ves qué fácil
es escuchar
al viento quejumbroso
en la distancia

y te piensas árbol
derribado por el rayo
y te crees pez nadando en un desierto

pero no mueres
es sólo el día
que otra vez pasa


adentro de mis ojos
mis oídos, mi boca, mi garganta
hay un suicida

que se arrastra, que se cuelga, traga mil venenos
se corta las venas, urde posiciones
se pica en soledad, se carcome en el dolor
se devora las uñas en la angustia

dentro de mi vida
hay un suicida que no muere

y por lo tanto
muere siempre


Son quién sabe cuántas horas
derrochadas
de este día

Ya hace sol
y desde anoche
no es tu piel
mi almohada.

Para R C

Estrella de mar
brillando en la salada noche
cúmpleme un deseo:
sé fugaz
y encandila para mí
a ese hombre

Aprendizajes:

Aprendí del deseo
por tu cuerpo

Y de los gatos
el maullar
y los silencios


Gracias al abismo de la muerte
aprendí a llorar más quedo y lastimoso

como lloro aún

( pero muy pocas veces)




¿A dónde te me fuiste mientras me quedaba?
¿Dónde te quedaste mientras me venía?

Yo soy alguien
que en la noche tiembla
porque no hay espacio
ni piel
ni tiempo
que me sostenga

miércoles, 18 de octubre de 2006

Puerta de Entrada

Mariposas ciegas
tocan con sus alas rotas

a mi puerta

Abro las ventanas para que entren
y tomen un café conmigo
que estoy sola
y hace viento

pero ellas se empecinan
en seguir con su diatriba táctil
a mi puerta

Llamo al perro
para que las corra a dentelladas
y no viene
parece ser que por ciertas caninas razones
él también prefiere la entrada por la puerta

El gato sí querría seguro
espantarlas con maullidos
y en caso de suicida terquedad
deshacerlas con sus uñas rojas

Pienso

Y a fin de cuentas no lo llamo
porque me molesta el polvo
de las mariposas muertas
que sella mi puerta

Entro y salgo por ventanas
chimena, tubos de ventilación
mangueras...

Pero ya nunca por la puerta


Las mariposas ciegas no lo entienden
y siguen tocando con sus alas rotas
a mi puerta.

martes, 17 de octubre de 2006

versiones para un desencuentro

primera:

Me dieron ganas de encontrarte
acorralado
luchando por quitar de tu memoria
el raro mecanismo de tu miedo;

me dieron ganas de encontrar
tu llanto en la congoja
de este día gris y moribundo
y, sólo hasta ahora, dolerme de tus ojos.


segunda:

Me dieron ganas de no hallarte
nunca.

Ni siquiera allí
donde el mar se desbarata
y se construye
en olas.



En el cuerpo de un hombre
una mujer puede hallar
agua para beber
o sed


estos días desde que me faltas
me duelen
como una astilla clavada
en el ojo
derecho

la noche es un desierto mojado
y en él
se ahoga tu recuerdo

recogí del viento los pétalos
para reconstruir la margarita
mientras digo
sí, sí, sí

así

amor

lunes, 16 de octubre de 2006

Enumeración de nuestra casa

1

Paredes de papel
desvencijadas
Ladrillos de aire tibio
temerosos de caer
ante el menor aliento.

Ventanas de rocío dibujadas en la niebla.

La lluvia es la cortina
y el cristal es un respiro.

2

El techo se nos hace nube a cada rato
y se nos viene encima
cuando hablamos fuerte
y si gritamos
nos cae en la cabeza encenizándonos
desde las uñas de los pies
al último cabello de la nuca.

3

No tenemos puerta
sólo este cruel candado
nos mete el pie si pretendemos
la salida.

Es una cerradura de vapor helado.
no se deshace su neblina
ni con alaridos
ni pedradas.
Con nada nos deja el paso libre.

4

Así está
la casa que se cae constantemente.
Así está la cama
sostenida por aguajes dulces.
Así estamos tanto
que flotamos
y la silla...

5

Que se cae la casa
con todo lo que tiene adentro
con todos los gemidos
su piso
y sus helechos.

Se derrumba nuestra casa
el espejo empañado
y el espacio lento.

Se nos cae y las almohadas
nos asfixian
las veredas húmedas
que llevan hasta el sueño.

6

Y a pesar de no dormir
y no tener el aire suficiente.

Aunque tenemos la ceniza
hasta en la lengua
la lluvia en el cabello
el papel aleteando en los oídos
el respiro encristalado en la mirada
y el ombligo lleno de agua.

A pesar de los derrumbes diarios
de las explosiones tenues
y del llanto...

7

Un candado de vapor helado
impide que salgamos.
no deja que corramos
cada uno por su lado.

Este candado con su llave adentro
no permite que perdamos
de los ojos
uno
al otro.

viernes, 13 de octubre de 2006

En el hipocampo

Quiero un tren

Quiero un tren en la memoria
y no lo tengo

No puede mi recuerdo
hacer llegar al puerto enmohecido
ni el naufragio
ni la sal
que no sentí en la piel
porque no tuve
nunca fui, no he sido
náufrago, sirena
ni ola nunca tuve

Hurgo en el pasado
desentraño oscuras imágenes
hay ríos, serpientes gorgoteando
que me dicen que no están, que no estuvieron
y rostros ajenos con mirada de fotografía vieja, dolorida
y ni un solo tren
en mi memoria
ni un ahogo en la profundidad salada

Las casas de mi infancia
y los relámpagos
ruedan por los arroyos llenos de polvo caliente
pero en la herrumbre del tiempo
no hay trenes
para poder por fin largarme de esta ausencia
que me cansa

Quiero un tren y no lo tengo

El tren con remolinos y ventanas
redondos o cuadrados agujeros
sepulturas de paisajes y recuerdos

Quiero un tren.

jueves, 12 de octubre de 2006

A Humberto Lavín

La sal de los inviernos

Nos llevará algún tiempo.
Cualquier memoria requiere
más que un silabario
entumecido
en las paredes de los cuerpos.

Parece que no sirven ya
los puentes
ni el añejo miedo a los suicidas
impide que calcule cuántas melodías
has escrito
en el infierno
o en el cielo si compones
si te encuentras
si aún.

Hay verbos y palabras imposibles
que no dejan.
Letras y sonidos
angustias y significados
rasgando las velas con las uñas dulces
para que no zarpen
las naves.
Para que sigamos.

Aquí.

La nieve es blanca
las sombras suelen ser oscuros
jirones de terror nocturno
que rondan por los callejones
el viento sopla
los perros mueren solitarios
las espinas pinchan
nosotros caminamos
otros duermen
despacito
algunos ríen.

Las tardes son ancianas silenciosas
tejiendo despedidas
la noche es un lugar
lleno de ruido
no hay nada que pueda llamarse
descanso.

Los carnavales
allá en la lejanía
presumen su amarillo.
Aquí
vestido de nubes cargadas
con olvidos
el gris lo cubre todo.

Elijo con cuidado las palabras
las bautizo con significados aparentes:
astrolabio: azul amate
barquillo bermellón: borato
escribo con espejos
guayabas y gardenias
humedecidas humaredas
tortuga-torre, torrencial-trasbordo.
me envuelvo en los sonidos
parece que enloquezco
ya no entiendo:
frontera, profuso unisonar
félido, cajones, silepsis, vegetar
lastre necromancia
ver (de) fenecido.
Muerto.
Difunto.
Cadáver y qué más.

En el recuerdo eres añil rocío
que agoniza a mediodía
el olor a sal de los inviernos.
el frío del metal.

Nos llevará algún tiempo.
porque la música ya nunca.
porque tus manos jamás.

miércoles, 11 de octubre de 2006

Una vez hace algún tiempo en ese lugar llamado fábula donde los animales hablan y nos enseñan moral, a una mamá cuervo se le perdió un hijito, así que anduvo buscando y preguntando hasta que alguien (otro animal, claro) le pregunta cómo es el cuervito perdido y ella responde: “es chiquito, mira con ternura, sus plumas brillan como el sol, es más bello que un cisne… Ah no, yo lo que vi fue a un cuervucho flaco, bizco y con pocas plumas, iba por el río… “¡Es mi hijo, es mi hijo!” –dice la mamá cuervo corriendo a encontrar al cuervo más bello: el suyo.

Cuando una madre ve a su hijo se desconecta la zona cerebral donde se encuentra la capacidad de juicio crítico. Hasta Mariana lo sabe con otras palabras desde hace tiempo, ¿sabes que tú eres la niña más hermosa? le pregunto… sí, ya sé ¿y cómo lo sabes? Porque cada mamá tiene al hijo más hermoso del mundo, el de ella, me dice. Si continúo explicándole así la vida, como si de literatura se tratara, sospecho que nunca me creerá.

Esto pasa en menor medida con los amigos también, no vemos sus defectos, algo se nos desconecta cuando los pensamos, hablamos con ellos o los miramos. Mis amigos son casi perfectos (guapos, simpáticos, talentosos, casi los mejores), me complace tenerlos. La diferencia es que la zona cerebral del juicio crítico no se desconecta permanentemente con ellos. De eso no quiero hablar.
Con los hijos sí es para siempre la desconexión. Santiago será siempre el niño, joven hombre más bello, siempre que yo lo vea. No hay otra niña tan linda como Mariana y así será siempre. Para mí.

Y me pregunto. ¿Qué pasa cuando amamos? ¿El ser amado (ohohoh, lugar más común no encontré) tiene acaso defectos? … Es hermoso, es bueno, gentil y dulce… y además es muy inteligente, mira bonito, huele bien, su voz es sexi.

¿Qué más pedir a nuestro cerebro?
Las estrategias para la preservación de la especie dan esos alicientes y más, tienen razón.

Mejor un poema:


Manos

Soñé que era un pulpo
y en ese lugar oscuro
hueco húmedo y callado
que desconozco
y que soy yo
por dentro
tres fuertes corazones
se agitaban locamente

soñé que era un pulpo
y que podía moverme
en las aguas de un mar frío
con la fácil apariencia
de embriaguez
en los ahogados

soñé que era un pulpo y que podía
llenar la vida con tinta
al ritmo entusiasta de mis ocho
tentáculos

pero he despertado y no encuentro
ni adentro de mí
ni en la piel mojada
ni en la cama
algo que por su color o movimiento
o que en su mirar denuncie
a un corazón latiendo

pero he despertado y mis manos
que sólo son las dos de siempre
únicamente pueden
con torpeza
derramar regueros de tinta
en los papeles ya muertos


Quisiera poder
de nuevo
dormir

martes, 10 de octubre de 2006

En esta noche dulce

ni el perro reconoce el olor
de mi gemido.

Parece que el mundo se volteó
de espaldas
esta noche calurosa
para no mirar ni de reojo hacia el lugar
que habitan mis pisadas

En esta oscuridad enmielada
no me reconoce la luna
ni mi voz, ni las palabras

En esta noche de regreso
cuando paso
y aspiro el perfumado murmullo
del olvido
soy una especie de fantasma
clandestino
un vaho que no es
sino rumor difuso
solitario



Ven

A ver si vuelvo a sentir algo
a ver si con tus manos
me transformo en polvo lloviznado

Ven
a ver si con tu voz
sobre mi lengua
me vuelvo agüita azucarada

Ven
A ver si resucito
con tu aroma



Parecen iguales (pero no)

Éste:

Te tomo y te desgajo
entre mis dedos
escurres jugos ardorosos
que se caen
de gajo en gajo


Y éste otro:

Exprimo con los dedos torpes
de mi mano sabia
el jugo
que cuelga a jirones
de los gajos
en que te conviertes cuando
exprimo con los dedos sabios
de mi mano torpe...

Anochece la lluvia entera
y me dispongo a soltar los nudos
para recordar tus gotas

lunes, 9 de octubre de 2006

Vocal bucal


Un camión repartidor de refrescos se llevó consigo un poste cercano a mi casa y nos dejó sin luz (quiero decir sin música, sin leer, sin escribir, sin tele, sin luz en la mesa… con sólo unas velas en mi casa oscura a mediodía). Así estuvimos todo el sábado y parte del domingo. En la tarde del sábado, bajé a mi recámara a pensar, a descansar, recostada en mi cama… así estaba cuando oí los pasos cautelosos de Mariana que llega y se acurruca en mí, la abrazo y me dice estás dormida, no, abre la boca me pide al tiempo que busca mis labios con sus dedos siempre dulces, sin desconfianza obedezco y ella mete… algo ¿qué es?
Allí me doy cuenta por primera vez de la oscuridad, de lo oscuro que está el mundo, de que no hay luz, que no veo nada, que tengo en la boca algo que no sé qué es. Es pequeño, unos centímetros, mi lengua me dice que es una cuenta de collar, pero también me dice que tal vez sea cristal, aunque luego rectifica y me dice que no, no es frío, parece pulido, no tiene aristas, pero no es redondo, forma hexagonal… tal vez. Le doy vueltas en la oscuridad caliente y húmeda de mi boca, mi lengua no lo reconoce, envía señales confusas, temo morder porque parece demasiado sólido ¿qué es? Pregunto a Mariana, y ella sólo ríe quedito… Y decido apretar los dientes en el desconocido objeto, lo hago con cuidado, y al hacerlo, adentro de mi boca se derrama el placer, es dulce y líquido.

¿Te gustó, quieres más? Sí, claro, respondo apabullada por las sensaciones y Mariana de nuevo con sus siempre dulces dedos me da a comer un puñado de granos.

De granada dulce y roja (granate).
De granada sostenida y líquida.

Aquí está muy oscuro dice. Luego se va.


Va un poema sin dedicatoria (y sin título):


Cansada de tenerte
tanto y tanto
............................harta detenerte tanto
de nadar en tu saliva
............................en versos detenerte
tanto y de tanto tenerte
............................en mis deseos tanto
exhausta de tenerte
............................en mis dedos detenerte
de tenerte sólo en sueños
............................y en mi lengua
........................... tanto detenerte
entre mentiras
de tenerte
............................tanto

sábado, 7 de octubre de 2006

Esta noche quisiera
más que nada
tener tus ojos cerca
poder poner mi boca sobre ti
y morderte.


Ve tú a saber

Ve tú a saber, amor
de dónde sacaremos filo
para cortar tanto ombligo
que anda suelto.

Ve tú a saber, amor
si el tiempo
retornará a secar
el llanto de los perros.

Ve tú a saber, amor
cuál de los nombres
repicará con armonía
en este lodazal de tu memoria.

Ve tú a saber, amor
cuándo estos dedos
podrán estrangularte
dulcemente.

Ve tú a saber, amor.



Llueve

Me tiro de cabeza
a darme un chapuzón
entre tus piernas

viernes, 6 de octubre de 2006

Por favor, platícame
cuéntame ese cuento de mi muerte
dime que aún no llega

quiero que tu lengua certifique
mi respiro
mis palpitaciones

muerde esta manzana que es mi cuerpo
y dime
declárame en la vida:

viva



No eres tú el que moja mi entrepierna
no eres quien me vuela en los límites del desconcierto
no eres tú y sin embargo
contra esta certeza de saber que no eres tú
no sé quién sea éste
que yo quisiera fueras tú.

Porque si tú no eres
quién es éste
que moja mi entrepierna
y tiene en su lengua tu textura



Si cuando mojas el dedo gordo
de mi pie en tu boca
pudieras hablar
tal vez dirías:

Qué sabor salado
que ternezas me esculcan
el recuerdo
cuando lamo la tierra
que juntaste
en el camino




Mi corazón es liviano
es pluma de buitre
manchado.


No sé qué voz escucho
que me dice susurrando y en sollozos
que me tire
que me estoy tardando

que el abismo
nunca espera



A veces siento miedo
de que un día
los pájaros que crías con esmero
me coman la cabeza




Todo se me está muriendo
te invitamos al café

Corta este diente de león

También



Trituré incontables hielos con mis dientes
muchos limones chupé
y mil y otras gotas lamí

Tú a mi boca ¿qué le ofreces?

lunes, 2 de octubre de 2006

¿Habrán enmudecido los atardeceres o yo estaré más sorda cada vez?
Hace años que no sonambuleo. Los caminos a ciegas ya no atraen mis pasos.

He sido barco
naufragado sin tu piel
sin tu sudor en diez tormentas
en veinte tempestades sin tu lengua
en mil noches serenas
sin tu bandera me hundo
sin tu faro estoy perdida
sin timón
que me contenga he sido barco
naufragado
¿Cuándo vienes
y me coges
mano?
porque estoy al borde del abismo.
Y tiemblo


No hallo, no puedo
no sé
no quiero
no encuentro
no veo
no entiendo

no me queda claro el mundo
no aprendo a vivir
me muero viviendo
Mis amigos

El puente espera
tiene fríos los pies
hundidos en el agua
desde hace mucho tiempo

Las piedras que lo forman
crujen porque los días
con furia las golpean

Hay que apresurarse
cruzar a los niños
nuevecitos y calientes
y dejar atrás el recuerdo
lo tantas veces dicho, el estorbo

Ya la luna sale
el puente se ha desvanecido
aullando lo vimos
desaparecer

Quedamos solitos
ante el mar y el viento
mirando nuestras largas uñas sucias

No hemos muerto porque somos muchos
los que no hemos podido cruzar
eso parece suficiente

Lo es.