martes, 24 de octubre de 2006

(Mariposas) amarillas

Siempre atravesamos un baldío (poblado) de matorrales espinosos y llenos de flores (moradas), hay una vereda (tortuosa), y Mariana va enfrente, eso me permite ver (amarillo sol) cómo al ritmo de su caminar, las mariposas se mueven, la rodean (parece que salen de su cuerpo). Al final (del caminito) hay una planta más grande que las anteriores y Mariana ( siempre) se detiene frente a ella, se inclina y con (tierna) meticulosidad, atrapa mariposas, las toma (con mucho cuidado) con dos dedos a veces otras con las dos manos, haciéndoles una jaula (provisional), les ve la cara (según dice) y las deja ir (una y otra vez)… la apuro y no quiere (abandonar), mientras eso hace las mariposas (amarillas) revolotean, como si la retaran y le dijeran falto yo, tómame a mí. (A mí asústame).

(Tómame…) ¿cuántas mariposas (amarillas) se necesitan para que parezcan multitud de vuelos (en el sol)? ¿Cincuenta, treinta?. Diez son (veinte alas), muchas… (demasiadas).

Una sobredosis de belleza (y de fragilidad).

2 comentarios:

Pina dijo...

oh niñez! -diría Juan de Dios Peza.

Pina dijo...

Fita, acabo de enterarme de ésto:
http://www.elimparcial.com/edicionenlinea/notas/Noticias/20061024/145182.asp

Saludos.