miércoles, 10 de febrero de 2010

El blanco y negro está (n) mojado(s)

y sabe a gis y a tierra el viento
y es gris la casa atrás de la ventana
el cielo arriba de ella y el muro que está enfrente
y la paloma sobre el muro
y el vuelo impronunciable desde la paloma
todos son la lluvia gris que cae y cae
en esta postal casi ya difuminada

jueves, 4 de febrero de 2010

Niebla espesa y baja. Eso es la neblina

El día de hoy las nubes estuvieron dándonos la piel. Aún están, no se ve más allá de unos metros. El día se nos da neblinoso.

Neblinear es lloviznar pero enebral es un sitio poblado de enebros.
Mariana y yo leemos por las noches un libro maravilloso Historias de la otra tierra, de Paloma Orozco Amorós y en uno de los textos, no son cuentos, o sí, pero poquito, más bien son maneras de jugar con las palabras (alguien podrá decir que los cuentos también son eso y lo son, por supuesto), "El coleccionista" gozo sabiendo que almario es donde se guardan las almas, nacen así almatoste almanaque almaneario... Me gusta. El personaje de esta historia colecciona palabras pero no tiene alma. Es un diccionario desalmado, le digo a Mar. Ella disfruta y ríe hermoso.
En el diccionario encuentro: (¿nube?) "meona. f. Aquella de la cual se desprenden gotas menudas que no llegan a ser llovizna."

nebladura. (De niebla y -dura). 1. Daño que con la niebla reciben los sembrados. (¿dura?, de duración o de dureza?) y 2 : ¡modorra del ganado lanar!

La nebrina es el fruto del enebro
Si yo pudiera vivir en un cuento escrito sería el verbo neblinear. (El cuento se llamaría "Llovizna sobre los enebros")