jueves, 9 de octubre de 2014

THE FALLING LOVE

Noche de sábado, otoño en Cananea.
Diez de la noche, público expectante, reunido frente al foro principal del Segundo Festival de Otoño, Cananea 2014. Se siente frío, abundan los suéteres, chamarras, abrigos.
Junto a mí se escucha claramente: ¿Qué significa para adultos? -una niña, 6 años aproximadamente. 
The falling love, danza, marionetas y música en el escenario de la Avenida Juárez, frente a Palacio Municipal. Según nos dice Edwin Salas, amigo de Cananea, y quien para nuestra fortuna, nos ha visitado en varias ocasiones trayendo siempre novedades y calidad artística, es triste envejecer con alguien que no amas. En torno a este tema gira la trama de la obra, las emociones que se experimentan en la convivencia de una pareja, diariamente y sin sentido. En escena lo acompaña Teresa Arias, cellista, ofreciéndonos música en vivo.

Las marionetas nos muestran el enorme desamor acumulado, el resentimiento  que crece y el tiempo que se va… “y se nos irá la vida / sin sentir otro rumor / que el del agua de las horas / que se lleva el corazón...” dice Jaime Torres Bodet porque se nos ha ido, también la tarde. Y con la magia del teatro, los listones rojos son arroyos sangrientos saliendo de las cuencas vacías. ¡Es horrendo! –dice la niñita, cubriéndose los ojos.
Y todos creemos lo que vemos en el escenario, esa sucesión de días huecos, falsas caricias, cuidados resecos. La vejez monótona, la violenta soledad alimentada por dos.
¾Tú y yo, mamá, no deberíamos estar viendo esta obra...
Valió la pena regalarnos ese tiempo nocturno para disfrutar y dolernos, reflexionar y reír,  compartir el tiempo y el espacio con tantos amigos, con niñitas emocionadas que se estremecen de frío. Crecer.

¾ Edwin tiene más frío, mamá.