martes, 16 de noviembre de 2010

Mano

Ni la literatura nos reconfortará más que una mano tocando nuestra mano si a media noche despertamos asustados...

Claro, siempre y cuando no sea la mano peluda, ja. Yo les contaba una hsitoria muy de terror a los niños... que terminaba diciendo: ¡quhubo, mano! ... un chasco ¿fiasco?

Seguro que al escribir lo del principio tuve que recordar este poema de Julio Cortázar: "Happy New Year"

Mira, no pido mucho,

solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestás tu mano en esta noche
de fìn de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas.
Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Asì la tomo y la sostengo,
como si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.

Lindísimo poema... Lo que termina contradiciendo la afirmación de que "Ni la literatura..."
No se pueden esgrimir certezas de ese tipo...

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