viernes, 5 de octubre de 2007

(Desamparo Epistolar: Crónicas)

Amarillo.

Para que te alegres, amor, si estás triste. Si la tristeza no te invade, que este amarillo sirva para qué digas qué onda. Como yo te digo Quihubo, loco ¿cómo estamos? Por estos andares todo transcurre, así: de aquí para allá, nada más; nada de arriba para abajo, de adentro hacia fuera, no… nada de trastornos.

Cuánta babosada te digo, lo que pasa es que no sé qué contarte para acercarme un poco: ¿Que las flores están en todas partes, que antier llovió en la madrugada, que desperté sin miedo, que me sentí sola como siempre, que el verde aún sigue aquí y también allá, que este lugar es bello, que apabullada de soledad, aplastada por el cansancio de lo vital, que acongojada por el deseo, que aturdida por la angustia, que llena de frustración y etcéteras, me hundo?

Te recuerdo. Mucho ¿Y tú? ¿A quién recuerdas? Ojala te venga a la memoria por lo menos el recuerdo del pedazo más cercano al vacío que está en la punta de mi lengua. Allí te recuerdo. Pero también en los oídos y en las manos y en los ojos, te recuerdo. Chin, ya casi me pongo cursi. Te escribo algo que leí en un Selecciones (si te digo que yo leo tooooodo…). Es de Mark Twain:

“¡Qué parte tan pequeña de la existencia de una persona son sus actos y sus palabras! Su verdadera vida transcurre dentro de su cabeza, y nadie, salvo ella, la conoce. El molino de su mente trabaja todo el día, y sus pensamientos, no esas otras cosas, son su historia. Estos son su vida, y no se escriben ni pueden escribirse, Cada día daría para un libro de 80,000 palabras, 365 libros en un año. Las biografías son sólo la ropa y los botones de un hombre; la biografía del hombre mismo no puede escribirse.”

¿Por qué te digo esto? No sé… tal vez por algo que hablamos un día. Ahora déjame decirte de esto que me encontré en un periódico (El Imparcial, si te digo que yo leo… etcétera), dice así:

“Viva el PAN y viva el PRI. Perdóname Dios Mío /Cuando me entierren quiero que me canten / puras canciones de Chalino Sánchez /Maqui Fernández: Te amo todavía”

Se llamaba Mateo y se colgó con una cuerda de nylon de una viga en su recámara… ¡ouch!

Me cansé. Son las cinco treinta y estuve trabajando con ganas. Tengo aquí una carta natal que alguien me consiguió una vez y que nunca he leído por completo, sólo pedacitos cuando de repente me la encuentro y quiero divertirme. Dice que la longitud del lugar y la latitud del ídem en que nací es, respectivamente: 099W30´00´´ y 19N25´00´´; está hecha en computadora y trae un chorro de cosas, 12 cuartillas en total (todos los cálculos fueron hechos por comput. –dice). Mira, en el capítulo IV, en cualidades relevantes dice que:

“tienes una manera atractiva y comprometedora de expresarte, incluso artística. En muchos casos seguramente aprecias la belleza. Tienes muchos y muy agradables roces sociales. Dices las cosas precisas en el momento exacto y eres muy decorosa.”

Lo que he subrayado es lo más cierto, como tú sabes. Ja. Mira esto otro:

“Los demás te pueden parecer muy emocionales y difíciles. Tiendes a idealizar a otros y puedes tratar con vagos, confusos y pocos reales.”

Qué ambigüedad tan cierta (¿cierta?). Me da un último consejo:


“Evita a gentes criminales”

¿Cómo ves? ¡qué chinga!

¿Cómo estás? Ojala que bien, que tu nariz, tu boca, tus pies y tu ombligo estén bien contigo tal y como debe ser. Me duele la cabeza… ¿qué hacen los relojes cuando nadie los ve? Ay, mi cabecita. Mira lo que alguien me dice en una carta que viene desde allá, un ladito del mar:


“La amaría siempre / hasta el tiempo / que los dos fuésemos cadáveres/ putrefactos / y aún así / la amaría.”

No sé cómo se hace para creer esto ¿Tú sabes? ¿Quién me amaría a mí, aún con gusanos?

Es octubre, con viento y sol, algo frío el asunto (ja, también la cuestión, el detalle, el ejemplo y el etcétera están fríos)

Los árboles, muy conscientes del otoño, se desprenden perezosamente de sus hojas, ayudados por el aire que corre y vuela… ¿sabes tú a dónde va?

Un beso.

Mejor que sean dos.



3 comentarios:

Maricarmen dijo...

Apuf, añuf, uy, ay...

Jajajajaja!

Qué precioso este escrito...

Mmmmm...

"De la abundancia del corazón habla la boca", Jo. Y yo veo eso en tus escritos, veo lo que hay en vos, partecitas tuyas.

Qué preciosa sos! Es que sino no te saldrían estas cosas que me gustan tantísimo...

Besos y abrazotes
(es un día de sol, después de una semana de lluvias y granizo y tormentas lindas, y me encuentro con este escrito tuyo: qué maravilla es este mundo)

Anónimo dijo...

sí, la verdad es muy agradable este juego tuyo, Jo.

Anónimo dijo...

Parece un calorcito frío, un fresquito caluroso. (Ya te digo, yo ,lo leo todo) de Twain, casi tan bueno como tu, me encanta la reflexión, porque es cierta, y nunca lo había pensado. Pero creo que lo que me gusta es pensar que solo conocemos un poquito de los demás.