viernes, 10 de junio de 2011

Horas de Junio 2006


lunes, 12 de junio de 2006

Pues ya.
Me perdí a José Emilio Pacheco ¡chin! cuentan que fue conmovedor  (chingón es la opinión generalizada), su homenaje. Él, dicen, humilde y buena onda.
El hotel Kino, loquísimo, recordé todas las veces que el año pasado me perdí de madrugada, por sus pasillos, solo me faltaba una vela en la mano y un camisón largo, largo... en esta ocasión, sin embargo, andaba provista de mi sentido más común y ese me impide perderme.
Se murió el Alonso, supongo que supiste, supongo que sabes. Muchas lecturas estuvieron dedicadas a su memoria. Se le extrañó. El Ismael andaba muy triste y me dijo que lashoras le estaban ayudando a salirse de la depre. Le dije al Casildo “qué mal se ve el Ismael” y me contestó con su solemne voz: ”acércate a él, conversa, tal vez ya no lo vuelvas a ver”… ufff, pues quién sabe, quería bailar conmigo (el Ismael no Casildo… pero por supuesto), pero elegiría una pieza apropiada, dijo… no bailamos. Comimos ceviche de camarón y pescado (el Ismael no comió, si como me llega la coherencia, dijo)
Qué contarte… muchos textos repetidos (Pina es buena para detectarlos, de inmediato dice, ese lo leyó el año pasado, hace tres años, etc). Otros, nuevos y sabrosos. Los muy buenos, será porque los quiero mucho (y son de los pocos que alcancé a oír), Miguel Ángel Galván, Roberto Castillo, Alfonso Cortés … estuvo Xavier Velasco, no me gustó, el tipo estaba cansadísimo o se veía, tal vez era aburrimiento, con sus calcetines azul pastel su camisa del mismo color y las anécdotas divertidas pero que me supieron a plástico.
El sábado fuímonos a Kino, nos ilusionamos con la idea de, algún día, poder vivir en un sitio así, sin trabajar, sólo escribiendo. (Ya sabes, cuando la fortuna te sonría, acuérdate de mí). Las Horas, allá, ya sabes, nadie quiere escuchar, gente que se cuelga, qué afán, otros que pretenden escandalizar, la última mesa, pesadísima (un enmascarado, música, un chavo con vestido de novia, alguien que mostró sus nalgas…) dice el Tánori “¿qué no ven a su público, creerán que están frente a hermanitas de la caridad, o qué, a quién quieren asustar?, verás van a terminar con “mamá, soy paquito”, jajaja y así fue, cantaron las mañanitas para una cumpleañera ¡chale!
Pero en general, rico, hablar con los amigos, recibir regalos (música, libros, besos), repartir abrazos, llorar a ratitos, pachanguear, enloquecer y aterrizar en la pista del domingo y todos en el retorno obligado. Hubiera sido tan bueno que vinieras.


josefa isabel

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