lunes, 3 de septiembre de 2012

Palabrear


Estar en este lugar que no es lugar sino un objeto, un artefacto, mueble, que no es un mueble sino una palabra, esta: cama. Recostada sobre el lado derecho de mi cuerpo, mirando la pared, los puntitos que se hicieron al pintar el enjarre sobre la gruesa pared  de adobes, los rostros que se distinguen, que se inventan dibujados sobre la rugosidad y la sombra… Pudiera parecer una soledad como hay muchas y lo es. ¿Qué otro asunto somos sino la soledad? No se puede no estar solo, nuestra piel es la soledad, eso que nos aísla, todo está afuera, más allá de la piel que nos contiene y da forma. Somos puerta que solo deja entrar. Nadie de sí puede salirse ¿Muertos, dices? Yo no puedo saberlo, y tú tampoco ¿El arte, escribir…?

Estoy aquí, en el espacio-objeto-palabra pensando palabras que definen objetos que temporalizan espacios, viendo mi mano derecha sobre la almohada creyendo que no estoy sola porque igual sentiría si estuvieras, si él estuviera, si todos estuvieran. Y no.

Un lunes que llega y se va. Un día que es una palabra con la luna dos.

Todos, creo, solemos hacer-no hacer esto, ver la pared, pensar palabras, lloverlas encima de los pensamientos, escurrirlos, exprimir, poner a secar al solecito de la nada, las ideas, estrujarlas, remendar, tirar a la basura y levantarnos a la vida del doméstico afán diario, del cotidiano hacer. Caminar apuntalados por palabras. Trajinar porque es palabra, aljibe también. Aquí somos palabra.

2 comentarios:

Pina dijo...

Qué bueno que regresaste, Fita.
Yo no lo he hecho, pero ya es tiempo de volver.
Cierto que al blog ya casi no lo pelan, pero eso es lo que menos importa.
Te abrazo desde este septiembre.

Lénon Guerrero dijo...

hiciste que recordara esto:

La palabra pan
tan frágil
en el pico de una paloma,
la palabra pan
tan tierna
en un pequeño muñeco hecho en la cárcel,
la palabra pan
que se queda fraternal
en una mesa sin mantel...
la palabra pan, redonda
como el estómago de un niño,
la palabra pan
suena como un DISPARO
cuando la pronuncia una boca hambrienta.



es de un tal Horacio Buscaglia.

Salud!