Hay frente a mí una ventana, por ella sólo se ve un pasillo con otra ventana, por la cual alcanzo a ver una ventana más, esta última con rejas.
Necesito tres ventanas, una detrás de otra para poder ver, allá a lo lejos, atrás de tanto cristal, la vía del tren.
Sólo a través de paredes, tres, y hoyos enmarcados y cubiertos con un antifaz de cristal, tres, me acerco a la esperanza, una, de mirar el tren.
Estoy con los sentidos alerta, tengo que ver cuando pase, sentir que me voy.
Irme.
1 comentario:
Qué lindo viaje de palabras!
Cargan, a su velocidad, a quien las trae al mundo. Buen viaje!
Publicar un comentario