lunes, 29 de octubre de 2007

En los ardores
ofuscada perece
la luciérnaga.

3 comentarios:

Recomenzar dijo...

me gusta tu blog, te sigo

Anónimo dijo...

Bello.
Gracias, Jo, me hizo bien leerte.
Abrazos!

Abril Lech dijo...

Cuando las luces encandilan lo más seguro es que choquemos. Demasiado brillo para ojos tan pequeños. Tan cierto! Yo soy una luciérnaga recurrente... no hay caso...