viernes, 5 de diciembre de 2008

Sepulturas, 2

“En el hinduismo, el cuerpo se considera sólo un instrumento
para contener el alma, por lo cual el cadáver no es considerado sagrado,
ya que el alma lo ha dejado.”

Cuando la gesta heroica, (juro que esto lo digo automáticamente -lo de “gesta heroica”- aunque en realidad lo sea, por toda mi vida oyendo llamarle así al episodio histórico, uno de los desencadenantes, según aseguran historiadores y sociólogos, de la Revolución Mexicana… por eso Cananea es llamada “La cuna de la revolución”…aunque también es llamada “La ciudad del cobre”, “Canapas Beach”, o “La ciudad del pobre” –en los últimos meses).

Debe haber, en el caminar del pensamiento humano, un momento en el que el hombre concluyó por eventos que no podía explicar, tal vez luces, ruidos, infortunios, que si los muertos, sus muertos, no eran debidamente enterrados y cuidados sus restos, y el lugar donde habían sido depositados, el espíritu, alma, lo que sea que haya creído y crea el hombre que habita nuestro cuerpo, se les aparecería y les llegaría a causar daños (o por lo menos, sustos). Era muy importante proporcionar al difunto una tumba, un espacio propio (con nombre incluso, véase lápidas, señalamientos, epitafios), donde su espíritu pudiera tener una habitación por siempre.

Retomo: Cuando el movimiento de huelga de 1906, reprimido y propiciador de muertos, sepultaron a los muertos, a los “Mártires de 1906”, en el que entonces era el panteón municipal. A los años, hubo necesidad de mover de lugar el reposo de los difuntos (Hoy,en el sitio donde antes estaba el panteón se encuentra un barrio llamado, precisamente, “Cementerio Viejo”, escuelas, casas, changarros… en todos asustan, sobre todo en la escuela… eso es otra historia, claro, pero tiene que ver con la sepultura que se les arrebató a un número indeterminado de restos humanos que allí descansaban).
Se aprovechó para, de paso, hacerles un homenaje y colocar en la plaza municipal los restos de los HÉROES en el monumento construido para ello. Se cuentan historias al respecto, las más atrevidas dicen que se extrajeron huesos, los que encontraron… que se revolvieron, que eran huesos de chinos que murieron de fiebre amarilla (como si sus huesos fueran diferentes, la xenofobia persigue en el más allá), se dicen tantas historias que alguna tiene que ser cierta… Años pasaron y de nuevo sacaron los restos y los cambiaron a otro monumento, más grande, más propio… se supone que están allí los huesos heroicos. ¿Será muy impropio e irrespetuoso preguntarme así como sin querer: de quién son los restos a fin de cuentas?

No preguntaré. No importa la respuesta.
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1 comentario:

Abril Lech dijo...

¿Y es importante? Tenemos una cosa los latinoamericanos y los hispanos con la necrofilia.... Yo coincido con los hindúes. de allí que ellos indefectiblemente creman los cuerpos. Sabios.