martes, 25 de abril de 2006

Cascadas (frag 5)

"Vendaval para amarnos, humedéceme los ojos para ver si distingo la lluvia, que no huyan las luciérnagas, que se echen en tu refajo, que duerman y que se vayan mañana, que no nos dejen solitos con tanta noche, o tendremos que hacernos rayo y salir volando para siempre buscando el sol, y eso quema y duele." Francisco Mir


(fragmento 5)
Paso todos los días o casi, por su casa. En ocasiones está afuera, sentado en el muro. Me turba sentir cómo me mira y me decepciona cuando no está. Siempre busca saludarme, hablar, decir una o dos palabras. Nunca sé cómo responder, aunque antes lo he pensado y planeo que cuando diga adiós le diré algo ingenioso, cuando pregunte cómo estás le responderé con una frase que lo motive a seguir preguntando. No he podido hacerlo, al sentir sus ojos que desde que doy vuelta a al esquina me han ubicado, tiemblo. Levanto la vista hasta que llego a donde él está, su mirada quema.
Debo decir entonces que su casa es la que pasa por mi banda. Que él es parte de esa casa y ese distractor que mi camino tiene. Me ayuda a caminar, es cierto, enciende con sus labios que adivino dulces, las ganas. De llegar. Tengo que ser valiente y preguntarle a dónde vamos. Juntos.

No hay comentarios.: