Cascadas (frag 5)
"Vendaval para amarnos, humedéceme los ojos para ver si distingo la lluvia, que no huyan las luciérnagas, que se echen en tu refajo, que duerman y que se vayan mañana, que no nos dejen solitos con tanta noche, o tendremos que hacernos rayo y salir volando para siempre buscando el sol, y eso quema y duele." Francisco Mir
(fragmento 5)
Paso todos los días o casi, por su casa. En ocasiones está afuera, sentado en el muro. Me turba sentir cómo me mira y me decepciona cuando no está. Siempre busca saludarme, hablar, decir una o dos palabras. Nunca sé cómo responder, aunque antes lo he pensado y planeo que cuando diga adiós le diré algo ingenioso, cuando pregunte cómo estás le responderé con una frase que lo motive a seguir preguntando. No he podido hacerlo, al sentir sus ojos que desde que doy vuelta a al esquina me han ubicado, tiemblo. Levanto la vista hasta que llego a donde él está, su mirada quema.
Debo decir entonces que su casa es la que pasa por mi banda. Que él es parte de esa casa y ese distractor que mi camino tiene. Me ayuda a caminar, es cierto, enciende con sus labios que adivino dulces, las ganas. De llegar. Tengo que ser valiente y preguntarle a dónde vamos. Juntos.
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