jueves, 16 de octubre de 2008

Huelga perenne

“De las lunas,
La de octubre es más hermosa”

De verdad. Y mientras camino con Mariana lo comprobamos ambas, le hablo de la canción, le digo de los cumpleañeros bienamados y ella me platica de Halloween, que esta lunota sirve para asustarse, dice. Hemos salido a comprar algunos objetos innecesarios pero prometidos. Son apenas las 7 de la tarde con unos treinta minutos cuando mucho y en las calles del Centro comercial, El Ronquillo, reina (¿campea, habita?) la soledad. Pareciera que son las once de la noche, la mayoría de los comercios está cerrado, una que otra persona camina con prisa o sin ella (creo que es lo segundo), haciendo, buscando quién sabe qué, o yendo a quién sabe dónde. Sólo una cantina, donde filmaron algunas escenas de la película "Profundo Carmesí", "El Íntimo" se llama, con más de cien años a cuestas, vomita ebrios que en la banqueta discuten y se tambalean. También la papelería, otra, no el negocio al que fuimos en primera instancia (que llegamos y aunque estaba abierto, no tenía nada de lo que buscábamos, ni tampoco clientes) ofrecía su luz y a ella, como insectos, fuimos (si se lo digo a Mar, dirá que ella una mariquita y si le digo que yo campamocha y que las campamochas tienen campamochitas, dirá: entonces, decidido, eres una mariquita también). Compramos y, de la mano, nos regresamos. Entramos por el puente “El paso del norte” a Cananea Vieja , donde el reloj retrocede y regresa a ser como las horas que son, aproximadamente las ocho de una iluminada noche, con gente platicando afuera de algunas casas, con dos tres tienditas abiertas, la panadería, los infaltables vagos en la esquina, compartiendo una caguama y carcajeándose. Hace frío, Mar trae falda y a ratos se le oye temblar la siempre entusiasmada voz que me cuenta, me dice, me explica su hermosa vida.

Pasa la noche y llega este jueves. Mar y yo, tempranito, de nuevo, caminamos hacia el este. En un momento del camino nos detenemos y volteamos a ver el cielo del oeste y allí está, la lunota de anoche, valiéndole madres el nuevo día, el sol, la huelga.
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