miércoles, 7 de febrero de 2007

Quién sabe cómo reconoceré mi aliento
mañana que despierte removida
luego de este húmedo penar
que me ha llevado de la mano
por tantas veredas cristalinas
y llenas de agujeros fríos

Después de este soñar contigo
quién sabe si podré quitarme
el llanto de la cara
y levantarme para un mismo día

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Tendría que escribir después de cada uno de tus escritos que me producen sensaciones hermosas. Es un plomo eso.

Cuando encontré el blog leí un poquito. Ahora estuve mirando un poco más a fondo. Si hubiera leído más el día que te dejé comentario no te hubiera dejado comentario.

Sé que está mal que me sienta hormiguita al lado tuyo. Pero me pasa eso, je.

Sos grande.

Me resulta imposible describir tus escritos porque no soy "de letras" así que no sé cómo decirlo. Son como filigranas construidas con caramelo, eso. Algunas partes del caramelo son muy dulces y otras tienen ese toque amargo del caramelo que se cocinó, pero igualmente se sabe que es caramelo y se saborea.

Te admiro.

Abril Lech dijo...

Fui tonta, en vez de venir a dejarte aquí el mensaje lo dejé en la casa de Max. Pero vengo y encuentro este pequeño gran lamento.

Y te preguntas si podrás... ¡Podrás! Porque como bien dice Ismael (Serrano)

"Sucede que a veces la vida mata
y el invierno saca su revólver
te encañona en las costillas
te aterran los álbumes de fotos y el espejo
huele a pino el coche y el mar a gasolina.
Pero sucede también
que, sin saber como, ni cuando
algo te eriza la piel
y te rescata del naufragio."

Esperemos juntas...

Anónimo dijo...

Ya.
Como hormiga no me sirvo.

Como yo misma sí. Y seguramente también podré servir mejor a otros siendo yo misma que siendo hormiga!

Gracias por la enseñanza.

(De cualquier manera insisto: qué bello cómo escribís...)

JeJo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
JeJo dijo...

parece que tu corazón hace un strip cuando te leo ...