Mina
I (¿uno, primero, antes que los demás?)
La silicosis es una enfermedad crónica del aparato respiratorio, frecuente entre los mineros, canteros, etc., producida por el polvo de sílice. La sílice es un mineral formado por silicio y oxígeno. Si es anhidro, forma el cuarzo y, si está hidratado, el ópalo.
Aprendo varias cosas cada día, que lo que la volátil palabra anhidro significa es que no tiene agua, que la sílice puede ser cualquiera de dos bellos cristales, uno más valioso monetariamente que el otro (y que la diferencia la hace el agua que lo compone o no), que si pudiera, elegiría un ópalo y no un cuarzo. Que la sílice mata.
Que todo lo anterior pude haberlo dicho así: Aprendizaje diario:
Sílice anhidro = deshidratado : cuarzo
Sílice con agua: Ópalo
Elijo el dos, si puedo
El silicio y oxígeno en los pulmones es mortal.
II(¿dos, segundo, después del uno, primero?)
Íbamos por lo menos dos veces al año (bianualmente pude decir): día de madres y día de muertos, aprendí desde niña que allí estaban mis abuelos paternos, Josefa y Miguel. Conozco, aún ahora, todas las tumbas que rodean la suya.
Un día, un año de esos, intempestivamente como una de las cachoras (lagartijas pude), que acostumbran corretear animosamente en tierra muerta y nos sobresaltan (véase seca, polvosa, recalentada, de panteón, pues), supe.
Que no cumplió cincuenta años, que le faltaron dos (sé que sería más fácil si dijera: se murió a los 48), que transformó a su esposa en viuda y a sus hijos (ocho hijos) en huérfanos. Qué sorpresa dolorosa saberlo aún joven y ya muerto.
III (¿tres, tercero, después del uno/ primero, y dos/segundo?)
Se llamaba Miguel, también. De su silicosis sí que supe de cerca. Por las noches y como dolor recurrente y familiar (de familia y también de lo que se tiene por muy sabido o conocido) estaba su tos, allí en la casa vecina. Murió y aún lloro al recordar sus noches sentado, sin dormir, presa de una vengativa tos de pesadilla.
Hermano de mi padre también, como Ramón y Tiburcio. Todos se metieron a la mina, sacaron la sílice en los pulmones. Se murieron antes de tiempo. No es cierto, nadie muere antes ni después. Ja. Sé que eso no significa nada porque igual se aplica a cualquier maldita cosa circunstancia o persona. Yo escribo esto ni antes ni después ¿o no? Lo escribo cuando lo escribo. La gente se muere cuando se muere, claro. Mi amado padre, poca, pero también tiene sílice (no lo ha matado pero problemas respiratorios serios, lo acompañan siempre)en sus pulmones.
IV (¿cuatro, cuarto, después del uno/primero, dos/segundo, tres/tercero, y todos los anteriores?)
Hace muchos años (y se nota) escribí este poema:
Con eme
Para Miguel y Ramón
asesinados sin sorpresa
por la silicosis
De muerte.
De máscara que guillotina convertida en humo
en agujero oscuro
en eme.
De mina.
Con eme de mula que vuelve de la noria
de música que tose y sangra
con eme de mirada que sale de un desgarramiento en los pulmones
con eme de los muchos cuerpos macerados
(doblados encima de la voz estrangulada
deshechos por insomnios respirando negro.
ahogos
que van anegando la vida
con accesos)
Los hombres que sacando muerte de la tierra
mueren.
Con eme de mundo sepultado
de manoseada imagen de un entierro.
Con sueño
con manos cubiertas de frío y de cansancio.
Con eme de muerte y de misterio diarios
con eme de mentira que maja y vuelve macilento el cuerpo
de mandato que mancipa vida y la convierte en muerte
de margen, orilla cubierta de espanto
de miedo…
3 comentarios:
Un post muy intenso y muy duro. Me cuesta opinar. Vendré nuevamente, hoy estoy demasiado sensible para tanto dolor... Te dejo un beso.
Algunas veces estás más fuera, y otras mas dentro de las historias. Pero mantienes tu estilo inconfundible. Ya sé diferenciarte por el olor de tus posts.
Un beso gordote.
Duro. Y cálido y amoroso al mismo tiempo.
Me gusta la forma en que contás cosas duras. No lastima, es un relato tierno pero sin intención de golpe bajo.
Besos
(ah, estoy perezosa, leo en cuanto salen los escritos pero me daba pereza comentar, je)
Publicar un comentario