miércoles, 19 de noviembre de 2008

“Te acordarás de mí toda la vida
te acordarás de mí mientras yo viva.”
Canción

Dice un amigo querido que los escritores (no recuerdo si en realidad dijo los poetas... aunque casi de seguro lo dijo) aman a todos ¿Cómo es eso? pregunté asombrada.

- Yo no sé
- ¿Por qué lo dices?
- Parece que les resulta muy fácil declarar su amor por tal o cual. Y hasta parece que se lo creen.
- ¿En los poemas?
- No, van por la vida diciendo te amo como si fuera bandera y como si por ser poetas uno tuviera que creerles
- ¿Tú no?
- Nooo… claro que no. Es más, yo cuando lo digo, si lo llego a decir, soy muy cuidadoso.

Yo no creo en las canciones (no en todas). Pero puedo oírlas (no todas) y a veces hasta cantarlas (sólo algunas y a solas)
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Hay algunas canciones francamente mentirosas. Hay algunas mentirosas y feas. Hay algunas mentirosas, feas y simples. Hay otras simplemente exageradas. Hay algunas de cuyas declaraciones desconfiaríamos en cualquier conversación.
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Hay canciones que nos obsequian absurdos, afirmaciones ilógicas y llenas de ingenuidad, de filosofía demasiado apresurada o adornada o jalada de los cabellos, o arrastrada por el lodo, o váyase a saber qué…
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Sin embargo, yo no creo que haya que creer en las canciones para tener placer al oírlas, ni entenderlas siquiera para sentir que fueron escritas para uno, y para cantarlas mucho menos hay que filosofar sobre su contenido... cuestión de dejarse llevar, nomás.
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(¿Cuánto me quieres, qué número del uno al diez, de aquí a dónde… tan poquito? Quiero más.) Necesitamos aseveraciones que nos hagan sentir que somos únicos para otro ser, especiales, amados.
...
Y, claro, también tiene que ver y mucho, quién nos canta o nos dice o nos quiere hacer volar. Una vez alguien me dijo; “te amaría toda la vida, aunque muerta fueras y con gusanos y carne putrefacta y yo contigo, allí tendidos, te amaría por siempre” Cuando ese alguien eso me dijo, no me dio lo que se dice gusto, recuerdo haber pensado que no deseaba pudrirme, menos en su compañía… A él le dije mentiroso, exagerado y no manches (tal vez le dije qué mamón).
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Se me ocurre que estas tres canciones (que no llamaré mentirosas, ni incoherentes, ingenuas, ni mucho menos feas o simplonas) son ejemplo de hipérbole en cuanto a la duración del amor (pero qué rico escucharlas, pero qué bien olvidarnos de que son únicamente palabras). Sólo fragmentos:

Te amaré toda la vida
todos los años, los meses y los días
todas las horas y todos los instantes
mientras pueda latir mi corazón
(La canción se llama “Te amaré toda la vida”, es de Enrique Novelocosme Navarro y la canta Javier Solís)

Pasarán más de mil años,
muchos más,
yo no se si tenga amor
la eternidad
pero allá tal como aquí
en la boca llevarás
sabor a mi.
(“Sabor a mí” -claro-, de Alvaro Carrillo)

Y esta, Guajira, trova del poeta Luis Lloréns Torres con música de Emiliana de Zubeldía:
“Guajira”

Cuando yo tranquilo estaba
Sin tener ningún cariño
Cuando yo tranquilo estaba
Sin tener ningún cariño
quisiste que te quisiera
Y te quise con delirio
Y te seguiré queriendo
Hasta después de la muerte
no creas que esto es mentira
pues después también se quiere
Yo te quiero con el alma
Y el alma nunca se muere.
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7 comentarios:

Anónimo dijo...

y el alma nunca se muere

... claro, si es que ésta existe


un abrazo con ella
con el alma que al menos desearía contar

Anónimo dijo...

Y, bueno, no importa mucho que sea verdad. Lo que cuenta es que sea bonito ¿Eh?

Sebastián Zaiper Barrasa dijo...

querido NUEVO amigo,

me estoy dando una vueltereta por tus blogs.

Me gusta lo que hay aquí.

Seguire leyéndote

Unknown dijo...

(cuando lo vea a mi amigo Sebastián -el que está en el comentario de arriba- le voy a decir que sos mujer. Y una con todas las letras. Ah, y con canciones de amor)

¿Te acordás de aquella frase en mi perfil, de Villafañe que decía en que hay días en que uno al prójimo hasta tiene ganas de darle todo e incluso prestarle un ojo para que mire con él?
No sé, se me ocurre que eso es también el amor.

Ay de ciertas canciones que maleducan oídos y almas. Y cuantas peores hay, Josefa. En mi trabajo, en un sector, ponen una radio que es un verdadero despropósito. Hago esfuerzos para que no me ponga de malhumor.

Te dejo un beso como una buena canción.

sylviatmanriquez dijo...

Recuerdo la canción (o poema):

Si porque te quiero quieres que te quiera mucho más, te quiero más que me quieres, ¿Qué mas quieres? ¿Quieres más?

Me parece más cierta que algunas canciones...

Abrazo cálido Josefa

jose fá dijo...

Qué curiosa versión, querida Sylvia.
Yo la conozco así:
"Si porque te quiero mucho, quieres que te quiera más.
Te quiero más que a mi vida
¿Qué más quieres? ¿quieres más?"

En la tuya me llama la atención ese "te quiero más que me quieres", es perturbador

Un abrazo.

Abril Lech dijo...

Hola Jose Fá!!!

Me has hecho reir en mi Blog con tus comentarios a "No lo entiendo" y el Cantinflas... que claro que lo conozco, pero desconocia la expresión... y ahora con tu post, me regalaste risas en este día. Gracias!

Me divertí al leerlo -tanto- recordando letras de canciones, y por qué no, a algunos poetas para quienes la palabra AMOR, ciertamente, les parece de propiedad intelectual (de ellos, claro, porque son poetas!)

Hoy, sin ir mas lejos, escuchando a Ismael Serrano en el auto pensaba que si el mismito Ismael viniera a cantarme al oido todo lo que decía la letra de su canción, yo le daba el sí sin entrar en el detalle -casi nimio a esta altura- de si es verdad o es mentira, o es casi casi verdad pero, jejeeje.

Claro que uno quiere una canción para sí mismo, que le reafirme que es único para alguien en el mundo, especial, el más hermoso, bueno, la más hermosa, la más increíble, única, incomparable, bla, bla, bla.

Pero no te preocupes Jose Fá. Ya tendremos nuestra canción. ¿O no está la red llena de poetas?

:-)

Besos!!!!!