martes, 14 de abril de 2009

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Un día una mujer le dijo: siempre que oigas esta canción, acuérdate de mí. Y le cantó una canción. Y ella, obediente, siempre que la oye, piensa en la mujer, aquella. (Tal vez la mujer ya hasta murió, ella no sabe, sólo la recuerda: Hizo una promesa)

"Pensamiento"

(Rafael Gómez)

"Pensamiento, dile a Fragancia / que yo la quiero / que no la puedo olvidar / que ella vive en mi alma / anda y dile así / dile que pienso en ella / aunque no piense en mi / / Anda pensamiento mío / dile que yo la venero / dile que por ella muero / anda y dile así / Dile que pienso en ella / aunque no piense en mi. "


Estos momentos llegan siempre. No es que lleguen como si volvieran de algún viaje. En realidad nunca se han ido. Siempre están. Agazapados tras la puerta, espiando. Y ella, tan vulnerable a los descuidos, tarde o temprano olvida que esa puerta debe estar cerrada, las rendijas tapadas, las ventanas con las cortinas corridas.

Lo olvida y permite al abrir la puerta, al asomarse por la ventana, que estos momentos se abalancen sobre su tiempo, ocupen todo el espacio, todo el día, la noche... Ella, de pronto, ya no duerme, llora.

Y siente que quiere escribir.
Aunque no puede.
No mucho.
Casi nada.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

recuerdo esa canción