domingo, 12 de junio de 2011

Horas de Junio, 2007

 
Crónica

viernes, 15 de junio de 2007

Encuentro para Máximo

 El Encuentro inició el martes 29 de mayo, ese día y el siguiente yo no estuve allí, me contaron lo que pasó y no lo recuento porque prefiero decirte lo que sí vi  y sentí yo solita. Llegué el jueves 31 después de mediodía, mucha gente, besos que repartir y lo mejor: besos para recibir y abrazos… muchos.

 Jueves 31 de mayo.- Conocí mi libro calientito, como pan recién horneado, se llama Casi un cuento y te lo enviaré (tienes que decirme cómo y tengo que contarte de Carlos). A partir de las 4 y después de la comida, se reiniciaron las mesas de lectura, tengo por aquí un programa y pudiera decirte quién leyó pero no creo que eso importe mucho, no los conoces… hasta las ocho que llegó Ernesto Cardenal, aplausos, entusiasmo, era el segundo reconocimiento. Oficial y de formato como cabía esperarse de un acto donde estuvieron presentes las autoridades universitarias y municipales, cansada, aburrida ceremonia salvo por algunos detallitos que ayudaron…   De allí a la cena, la pachanga, barriles de cerveza, una sabrosa cena, fotos con amigos, más abrazos ¿cuántos vasos de cerveza son necesarios para embriagarse?... no lo sé, pero los que tomé no me bastaron…
 Viernes 1 de junio.- Muy poco qué decir de la mañana, las lecturas giran alrededor de temas extraños (¿será que la cerveza?), los escritores, aunque más los poetas, son entes que andan en terrenos pantanosos siempre y a mí me gusta navegar a punto de hundirme siempre en las conversaciones con criaturas tan inestables (jajaja, mi estabilidad conmueve).

Por la tarde, 16 horas, después de la comida, inundados de letargo, me toca leer… Aprovecho que estoy en el foro para desde aquí describirte lo que veo al fondo: tres enormes puertas de madera, cada una un cuadrado dividido en cuatro rectángulos (qué geómetra tan pésima, tienen que ser o todos cuadrados o todos rectángulos)… hay 18 hileras de 20 sillas cada una a la izquierda de un pasillo central y el mismo número de filas y de sillas a la derecha de ese mismo pasillo. ¿Ocupadas? Una tercera parte del total. Arriba, viendo todo esto y exponiéndonos a la vista de todos, estamos 7 personas sentadas ante la mesa, como curiosidad te digo que el mejor poeta de todos es el moderador (y no leerá, mal pronóstico), José Juan Cantúa, me da la primer lectura, leo apresurada porque sé que el tiempo que tenemos es breve (siempre es así, la vida lo es) y tengo que permanecer allí sentada todo el tiempo que las lecturas  de esa mesa duran, algunos ¿oyentes? duermen descaradamente (parece que fui la única persona que consideró el tiempo que no tenemos y todos se extienden barbaridades, se lee poesía, cuento, canciones… para nada se midieron, el moderador ya no sabe cómo detener aquello)… Y  así es, mesa tras mesa. Por la noche, el momento esperado, el auditorio desde hacía rato se había llenado, gente de pie por todos lados, fotógrafos, reporteros al por mayor. Esa noche Ernesto Cardenal compartiría mesa de lectura con el Subcomandante Marcos. Y lo hicieron. De esto prefiero no hablarte mucho, sólo que la lectura de Ernesto Cardenal me impresionó gratamente, porque su voz, y su entusiasmo me hicieron olvidar mi preocupación por su edad y su posible cansancio.

 Sábado.- Viaje a Guaymas. Levantarse temprano, desayunar a las carreras y ya de último momento descubrir que no viajaremos en ninguno de los tres camiones (que se han estado cargando de escritores desmañanados, crudos, hambrientos, acabaditos de desayunar, ebrios, enojados, felices, ve tú a saber cómo), sino con César, hermano astrónomo de Pina. Vamos muy cómodamente César y su copiloto Indran, atrás vamos Pina, Karla, Elmer y yo. Afortunadamente piloto y copiloto son grandes conversadores y durante todo el camino (más de una hora) hablan de literatura, Amado Nervo, Rubén Darío… el resto de los navegantes a Guaymas, dormitamos arrullados por la sapiencia. Lo que siguió fue un homenaje, ahora guaymense, en La Casa de la Cultura (una casona antigua que en manos de la burocracia desfallece). Ernesto Cardenal, ya con señales visibles de tedio o cansancio recibió los aplausos y el cariño  de todos los que allí esperábamos inmersos en una pecera de calor aturdidor. Hubo un maestro de ceremonias que tal vez sabía todo, menos lo que podía o debía o tenía que decir. Pina emocionada subió al podio   y habló de la trayectoria del poeta, yo sentada junto a Ismael Mercado trataba de saber qué hacíamos allí. Luego cantó un coro, me parece que lo hicieron muy bien y un niño bailó la danza del venado, únicos momentos estos dos en que noté que Cardenal se entusiasmaba. Después, ay, Máximo… invertimos cerca de una hora en deambular por las calles y callecitas de ese puerto a bordo algunos escritores de los camiones llenos de ebriedad supongo y otros en autos sobrios como el nuestro donde sin embargo en una de las tantas e inútiles vueltas que dimos tomamos una horchata de coco muy rica y refrescante… hasta que llegamos a una playa llamada San José. Allí había carpas, cerveza y casi al sentarnos nos sirvieron de comer, algo que se llama cahuamanta, recordando a las cahuamas que por acá tanto fueron comidas. Allí los escritores no se limitaron a leer –labor casi utópica-, bailaron, cantaron y se mojaron en mayor o menor medida en las aguas de ese hermoso mar que desde tan cerca nos miraba ir y venir, criaturas ansiosas de parecer olas. De mí puedo decirte que casi me mojé del todo, que casi conseguí embriagarme, que casi fui feliz. Algún día, quizá, te hablaré del regreso y de las despedidas.
 josefa isabel

Pd: Ni te hablé, tampoco, del calorón

viernes, 10 de junio de 2011

Horas de Junio 2006


lunes, 12 de junio de 2006

Pues ya.
Me perdí a José Emilio Pacheco ¡chin! cuentan que fue conmovedor  (chingón es la opinión generalizada), su homenaje. Él, dicen, humilde y buena onda.
El hotel Kino, loquísimo, recordé todas las veces que el año pasado me perdí de madrugada, por sus pasillos, solo me faltaba una vela en la mano y un camisón largo, largo... en esta ocasión, sin embargo, andaba provista de mi sentido más común y ese me impide perderme.
Se murió el Alonso, supongo que supiste, supongo que sabes. Muchas lecturas estuvieron dedicadas a su memoria. Se le extrañó. El Ismael andaba muy triste y me dijo que lashoras le estaban ayudando a salirse de la depre. Le dije al Casildo “qué mal se ve el Ismael” y me contestó con su solemne voz: ”acércate a él, conversa, tal vez ya no lo vuelvas a ver”… ufff, pues quién sabe, quería bailar conmigo (el Ismael no Casildo… pero por supuesto), pero elegiría una pieza apropiada, dijo… no bailamos. Comimos ceviche de camarón y pescado (el Ismael no comió, si como me llega la coherencia, dijo)
Qué contarte… muchos textos repetidos (Pina es buena para detectarlos, de inmediato dice, ese lo leyó el año pasado, hace tres años, etc). Otros, nuevos y sabrosos. Los muy buenos, será porque los quiero mucho (y son de los pocos que alcancé a oír), Miguel Ángel Galván, Roberto Castillo, Alfonso Cortés … estuvo Xavier Velasco, no me gustó, el tipo estaba cansadísimo o se veía, tal vez era aburrimiento, con sus calcetines azul pastel su camisa del mismo color y las anécdotas divertidas pero que me supieron a plástico.
El sábado fuímonos a Kino, nos ilusionamos con la idea de, algún día, poder vivir en un sitio así, sin trabajar, sólo escribiendo. (Ya sabes, cuando la fortuna te sonría, acuérdate de mí). Las Horas, allá, ya sabes, nadie quiere escuchar, gente que se cuelga, qué afán, otros que pretenden escandalizar, la última mesa, pesadísima (un enmascarado, música, un chavo con vestido de novia, alguien que mostró sus nalgas…) dice el Tánori “¿qué no ven a su público, creerán que están frente a hermanitas de la caridad, o qué, a quién quieren asustar?, verás van a terminar con “mamá, soy paquito”, jajaja y así fue, cantaron las mañanitas para una cumpleañera ¡chale!
Pero en general, rico, hablar con los amigos, recibir regalos (música, libros, besos), repartir abrazos, llorar a ratitos, pachanguear, enloquecer y aterrizar en la pista del domingo y todos en el retorno obligado. Hubiera sido tan bueno que vinieras.


josefa isabel

miércoles, 8 de junio de 2011

Crónica pero no, para Omar



Horas de Junio, 2005

La crónica que no
Para Omar

“mal de muchos, consuelo de poetas”, me dice alguien casi al oído mientras yo pienso en cuánta muerte

¿por qué siguen hablando de la muerte?     ¿nos asusta tanto que tanto la invocamos?     Claro, es la respuesta

ahora lee Armando Alaniz, Gerardo Cornejo, no conozco ni al moderador, luego tal vez te diga     es pura lectura cansada     ahora, me voy

anduve allá afuera donde todo late con otro ritmo, se escribe otra literatura, la que no se queda en papel, la de saliva, lengua, besos, abrazos y hasta lágrimas     los reencuentros

en fin, el espejo en el que nos reflejamos… hasta tú, desde tan lejos     mira cómo aquí te estoy viendo, en este lago de palabras

la muerte, los grises, muros, soledad, oscuridad, el mundo carcomido, tenemos que salir, mirarnos en otros arroyitos     algunas lecturas han sido tan deprimentes     ningún camino  ni entrada   ni salida     pura encerrazón

es viernes, Omar     lee Alonso para Carmen Montejo, antes leyó el Oso y antes el Lobo     ésto ¿a qué te suena?

es tarde     ¿qué hacer con los poetas, qué es la poesía afuera, alrededor, más allá de lo académico?

cena, por supuesto, carne asada, está bien pero creo que yo no alcancé     llegué tarde a la repartición     (a muchas reparticiones he llegado tarde… en fin)

intentar dormir temprano

sábado, 7 de la mañana, hora de levantarse, una anónima voz al teléfono me dice: el camión sale a las 8     y no, salimos a las 9,30 y es una loquera     cada camión es como una pecera, peces de todos colores, tamaños y temperamentos ¿te has puesto a pensar que son más de 40 locuras encerradas?      ¿tantos egos?     ¿tanta soledad?

no sé qué más contarte, esto porque medio lo escribí allá     quisiera contarte del amado mar, pero ni lo vi de cerca, me enfrasqué en otras aguas y cuando quise…

que estuvo una chava norteamericana (Holly, Joly, Joli) que según dice es más mexicana que muchos mexicanos, le creo y canta      aquella canción que me trae desde entonces con “Qué haré lejos de ti / prenda del alma / sin verte / sin oírte / y sin hablarte?...”     es una letra que me… ¿turba?     creo que sí


josefa isabel

lunes, 6 de junio de 2011

Horas de junio, 2004

Vientos de junio

8 de junio de 2004

Fui y vine. El viernes en Hermosillo no pude, aunque deseé hacerlo, escribirte. El sábado escribí esto:

5 de junio de 2004
Rogelio.- escribo esto desde un camión con destino a Mazatán (el pueblo sin ele, dicen). Son sabe qué horas de la mañana y vamos al tercer día de Lashorasdejunio. Te he recordado. Tantos poetas (en dos camiones), tantos poemas y tanta poesía te trajeron al deseo que tengo de que no te me pierdas.
Hoy desayuné fruta y café. Viajo junto a Francisco Morales, de Tijuana, aunque casi es de Cananea, dice. En los asientos de enseguida van el Lobo (Roberto) Castillo y su compañera. Otros de Tijuana atrás, y delante de mí un amigo, Miguel Ángel Galván… es difícil, quiero platicarte tanto y no puedo muy bien escribir, el movimiento del camión no deja.
Quince minutos después. Nos hemos detenido. Comprar cheve es la única motivación de los pasajeros de este camión lleno de poetas y del otro también, que ya veo se detuvo  antes que nosotros. Me maravilla pensar cuánta loquera, cuánta.
La cheve está fría. Brindo contigo.
Mediodía. Estamos en un lugar caliente y lleno de gente haciendo cosas al parecer contradictorias: muchos comen, hablan otros, ríen despacio algunos, otros caminan y en unas cuantas filas, parece que la gente que está en ellas escucha lo que otros, sentados ante una mesa grande, enfrente de todo esto que te digo, leen. Están, entre otros, mi querida amiga Pina, Casildo ausente desde que lo encontré, el Sheik caricaturista leyendo poemas… Hace mucho calor. Hay empanadas, queso, tortillas y mucha comida acomodada en mesas a los lados de este salón. Todos atrás hablan yo trato de escuchar lo que se lee pero con tanto ruido ¿quién es ese que lee, que no conozco y habla de viajes de ácido y rock? No puedo seguirlo.
No sé qué hora sea ahora, aun no oscurece pero poco falta. La cheve (tanta) se acabó. Estamos en un lugar extraño que no ubico ni me ubica. Es el lecho de un río aquí en este pueblo caliente y polvoriento.
 Rogelio, sufro. Me duele. La soledad. No sé qué quiero. Pero lo quiero mucho.
Y te beso. Ya sabes.

josefa isabel

martes, 15 de marzo de 2011

Ventanas

Me despertó la lluvia. Vi el reloj: las 4:oo am. Me arrebujé en las cobijas... qué rico, el agua cayendo, interminable, copiosa, por los escalones.

Disfruté unos minutos. El placer de oír a mi abuela y mi madre platicando, de noche, los niños dormidos, lluvia cayendo... Abro los ojos y me digo ¿lluvia? si ni nublado estaba anoche. Tengo que levantarme  a ver.

Hace algunos años llegué a vivir a un sitio en un tercer piso que tenía una ventana grande cubierta con pesada cortina. No quise ver qué había atrás afuera del otro lado, pasé días regodeándome en la conjetura. Árboles, otra ventana, una calle abajo peatones caminando allá... Un día recorrí la cortina y me dije para qué, qué necesidad había... un muro gris tapiándolo todo. Oír música con los ojos cerrados, besar a oscuras, cruzar la cuerda floja con anteojos de color morado... ¿No es eso la percepción?

No llueve. Qué, esa tanta agua, entonces. Me preocupo, salgo sin cubrirme, madrugada oscura y muy fresca. No llueve, certidumbre entristada. Tubería rota, sale un surtidor que desde hace horas, no sé cómo no lo oí antes, riega el jardín que ya desborda. Hablo a vecinos, su tubería se reventó, salen adormilados, reparan. Hora de bañarse ya... entretanto, el agua, que fue tanta, se ha colado, trasminado en el jardín y ha recorrido un camino de tierra hacia el subterráneo, abajo de mi cama, poner periódicos...

Oí la lluvia con tanto placer.

martes, 8 de febrero de 2011

Es pejos. De agua.

En ocasiones aprecio esto que me rodea y que, según dicen los que saben, se llama soledad.

A unos, la soledad les queda grande.
A otros, no más les queda.

Escribir aquí (y en cualquier otro lado) es la soledad. No escribir también lo es y además es golpearse la cabeza en un espejo de agua. Y llorar.

jueves, 27 de enero de 2011

Espejos

Se van el agua, la mariposa, la arena y el pez. Se van, en mí nunca estuvieron. Soy la red que nada detiene.

También siempre me voy. Soy el agua, la mariposa, el pez, la arena soy. No hay red que me sostenga.

martes, 21 de diciembre de 2010

Quiero

"Quiero escribir nada más que poemas, pero no puede ser. Nunca lo quise tanto. Pero las deudas me bombardean. No puedo dormir por ellas. Desearía poder vender mi cuerpo a una viuda rica, pero ahora está gordo y tiembla un poco. Estoy harto de estar tan condenado y totalmente en quiebra, arruina las cosas. Quiero construir poemas lo bastante sólidos  y grandes como para que la gente pueda caminar y sentarse, comer y beber y hacer el amor en ellos. Ahora tengo nada más que el andamiaje de poemas, y nunca estoy bastante descansado como para construir los techos y las paredes. Mi mesa amontona líneas sueltas, palabras solas, nada terminado." Dylan Thomas

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Poema

Presentación de poemario.
Jueves en mi pueblo. Poemas que el autor leyó, formalidades. Ni galletas teníamos, sólo café y té. Afuera no hacía mucho frío, habíamos temido que hiciera.
Público maravilloso, breve y enjundioso.

Un evento que parecía uno más entre tantas presentaciones de libros, lectura de poemas... Afuera la noche.

Del público una mujer joven quiso comentar y concluyó hablándonos de que cuando fue niña, en segundo o tercer grado de primaria aprendió de memoria un poema y sin más preámbulo se lanzó a decírnoslo, con dicción perfecta y hermosa voz:
Otra mujer, mayor, dijo: yo escribí un poema que tal vez no les gustaría ("a ver, a ver, que lo diga" petición generalizada) y nos dijo un poema hermoso, que habla de la lluvia en invierno y de que es preferible que en invierno nieve. De verdad bello poema, me conmovió. Y para cerrar con broche de oro, ya cuando creíamos que la noche no daba para más, un niñito de seis años que llegó con su mamá dijo yo sé un poema ¿puedo decirlo? Y nos lo dijo. Ismael hubiera llorado... es un decir. Pero esta noche fue la confirmación de que la declamación nos transforma, de que la memorización de poemas nos ayuda a sobrellevar la infancia y los temores. De que la poesía.

lunes, 29 de noviembre de 2010

¿Qué está haciendo el lobo?

Cuando las manos se me calientan luego de sostener por un rato la taza del café, toco mi fría nariz y la entibio. Las caliento de nuevo y sin mis lentes acomodo las manos sobre los ojos. Qué sensación: tan agradable... hasta que empiezo a ver, atrás de las manos, atrás de la luz, atrás de mi mirada: barcos naufragados, cubiertos de algas y vida marina; verde madera pudriéndose en el agua, turbiedad líquida, fango transparente.
Afuera el lobo regresó del bosque, mueve con furia los árboles y embiste con su hocico soplador las paredes...

martes, 16 de noviembre de 2010

Mano

Ni la literatura nos reconfortará más que una mano tocando nuestra mano si a media noche despertamos asustados...

Claro, siempre y cuando no sea la mano peluda, ja. Yo les contaba una hsitoria muy de terror a los niños... que terminaba diciendo: ¡quhubo, mano! ... un chasco ¿fiasco?

Seguro que al escribir lo del principio tuve que recordar este poema de Julio Cortázar: "Happy New Year"

Mira, no pido mucho,

solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestás tu mano en esta noche
de fìn de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas.
Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Asì la tomo y la sostengo,
como si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.

Lindísimo poema... Lo que termina contradiciendo la afirmación de que "Ni la literatura..."
No se pueden esgrimir certezas de ese tipo...

viernes, 1 de octubre de 2010

Espera

Vivir es esperar


Se dice que hay que estar pendiente, registrar, preparar el futuro, construir los peldaños, poner los durmientes, esperar

Aún en el sueño, los ojos muy abiertos. Esperando

Esperar es un invento mental. La casa de los espejos. Hasta pagamos por entrar.

Escribir es más esperar que nada. Que ninguna otra cosa también. Tal vez

Espero cada noche que lo que la habita escriba en mí un poema.

Poder borrarlo al amanecer. Un poema perfumado y oscuro . Lleno de secretos y miel.

¿Qué es la desesperanza?

lunes, 27 de septiembre de 2010

espejito

Trato de verme en el espejo de una hoja en blanco

Si le dices un poema al espejo no responde
Los cuentos hasta los comenta

Espejito, Espejito ¿quién es el más mentiroso? (Aquí el espejo siempre se empaña)

Yacer como un espejo en blanco cada noche para que lo que la habita me habite también

jueves, 23 de septiembre de 2010

viento

¿Qué quiere el viento cuando grita, qué pide a las láminas de los techos cuando las sacude, a dónde quiere llegar que tanto corre?
A veces sé lo que respondería, tal vez, el viento

Los rehiletes, papalotes, móviles, rosas de los vientos (una y todas), papelitos, banderas, globos, barcos de papel, vengan...

El lobo sopla, mi casa es de papel y letras, no soportará el asedio, qué verbos usaré para sostener las paredes, qué adverbios afianzarán las ventanas, sustantivos que peguen el suelo, adjetivos que sirvan de candado...

viernes, 10 de septiembre de 2010

Es tan fácil decir: Viernes

Nada cambió
La paloma se pasea con lentitud en un muro gris
como el lunes hizo

y el martes...

martes, 3 de agosto de 2010

Palabra

Cuando regrese no estarás, ya te habrás ido, no sé si es bueno anticiparlo




Porque tal vez aún te encuentres, lo que no creo



Pero pudiera ser que aunque no estés yo así lo sienta y entonces...

 Parece ser que siendo la misma soy enteramente, o casi, otra.



Anoche me encontré sentada, sola, en una silla de jardín e hice un descubrimiento: frente a mí diversas macetas que albergan la vidita de variadas plantas, muchas. Atrás de mí, diversas macetas que, etcétera... A mi derecha, además de plantas, árboles, una puertecita de adorno que separa el jardín de la calle, por la que los carros pasan con velocidad acongojante unos, los que bajan y desesperante los que suben. Desde esa dirección se oyen, además de los autos, los gritos de los que juegan en la cancha de basquetbol, tan cercana, y la risa de niños que juegan en la acera de enfrente, conversaciones de adultos que pasan caminando... A mi izquierda, la casa, en la sala mi madre, hermana, sobrinas platicando, oigo todo lo que dicen; más adentro, Mar, Fer, Arturo, Camila e Ixchel, niños de los 2 a los 10 años, comen pastel de chocolate y/o de limón que Mar hizo ayudada por su abuela, los oigo, cada palabra que dicen gritan o carcajean. Siempre estamos en el centro, de todo. Qué tristeza. Cómo incorporarse a la vida, si toda está desenvolviéndose afuera de uno. ¿Cómo evitar que lo que me rodea sean tantas, todas, palabras? Descubrí que soy una palabra más en medio de un gran río de palabras, un río que corre, sin desearlo, a morir en el océano de las palabras...



¿Se me ennudece el habla?


 ¿Traigo el alma ennudecida?



Esta es una bella palabra, nunca la usamos:



Ennudecer: Dicho de una persona, de un animal o de una planta: Dejar de crecer. ..

 ¿Y éstas?:

Exhausto: Enteramente agotado o falto de lo que necesita tener para hallarse en buen estado.

Exhumar: Desenterrar un cadáver o restos humanos. Desenterrar ruinas, estatuas, monedas, etc. Sacar a luz lo olvidado.

 Exida. (De exir) salida.



Exicial: Mortal, mortífero.



Decir: "yo escribo floemas" (Tejido vivo de las plantas vasculares que transporta sustancias orgánicas e inorgánicas de una parte a otra de estos organismos.)

 Foceifiza (por oscuras y ni tanto, razones, creo que fonéticas, esto suena a mi nombre): mosaico en el cual, con pedazos pequeños de vidrio dorado o de colores, los artífices musulmanes representaban árboles, ciudades, flores y otros dibujos.



Algarrobo: Originario de Oriente, se cría en las regiones marítimas templadas y florece en otoño y en invierno. Nombre de varios árboles o plantas, como el curbaril o el cenízaro.

 ¿~ loco. m. ciclamor.?



¿Qué hacer cuando las palabras están siempre, en todas partes, esperando a que uno pase descuidado para seducirnos, abordarnos, apropiarse de lo que uno creía vida?




La boca del lobo, ese lugar comunal o comunísimo ¿qué tan oscura es? la boca de un pez abisal ha de ser más, más oscura diría un simple de corazón... ¡caramba! (palabra que se puede usar, porque se parece a carámbano)


Percolar, qué bella: Dicho de un líquido: Moverse a través de un  medio poroso.




viernes, 9 de julio de 2010

El asunto...

Puede ser efecto de cuestiones climatológicas ¿cómo puede o no afectarnos esta lluvia que no cae y debería estar ya mojándonos?

Estoy esperando por un paquete en la centralita de camiones, decrépita, oscura y calurosa.

Mientras, llegan camiones, se van, sube gente, gente se baja, maletas van y vienen.

Puede ser efecto de medicamentos que para el dolor he estado tomando. El asunto es que...

¿por qué ese tipo saca su cel, marca y habla en cámara lenta? No es sólo él quien actúa de esa incómoda manera. Todos a mi alrededor se mueven como si estuvieran adentro de una pecera

El paquete no está, me dice el empleado exageradamente pausado. Busco personalmente en la libreta de recepción de paquetería, con lentitud extrema, y digo contando cada fonema: aquí está... Oh, dice él... buscaré ¿es una caja? Luego de pensarlo innecesariamente por una eternidad respondo: no creo, es un sobre (cuánta ambigüedad)... mmm, deje ver. Todos se mueven como sin querer. Aquí está, me dice, enarbolando un sobrecito mínimo... ¿El sopor veraniego de una tarde pueblerina?

Así ha estado siendo (¿ha sido?) todo lo que he querido escribir últimamente... (¡ocho verbos en esta línea!)

Anexo:
En una antigua tabla sumeria, que fue desenterrada a fines de la década de 1880, en Nippur (la región que hoy ocupa Irak, este poema que se considera como el más antiguo de amor:

"Novio mío, próximo a mi corazón, grandiosa es tu belleza -se lee en la primera línea-. Me has cautivado, déjame presentarme temblorosa ante ti. Novio mío, seré llevada al dormitorio." (Lo que él aparentemente hace.) "Novio mío, has obtenido placer de mí -continúa-. Cuéntale a mi madre, que te dará delicias; también a mi padre, que te dará obsequios."

Vaya.
-

martes, 6 de julio de 2010

Intercambio

Por no dejar, me dejaste un cocodrilo triste y debo confesarte que nada en depresiones constantes. No lo saca del marasmo negro ni mi beso más dulce. Y lo he intentado. Intermitente y concienzudamente.

Alguien me secretea que hay maneras de matar al cocodrilo sin que te des cuenta. Después de todo, lo dejaste bajo mi cuidado (no lo soporto) y la idea aunque me seduce no deja de repugnarme o viceversa. Matar a un cocodrilo… ¿qué moralidades quebranta? Tendría que saberlo.

Sus lagrimitas no me estorban, ni su lamentar constante. Lo que detesto es el contagio que derrama, la oscuridad que vierte sobre todo. Lo húmedo que el mundo es desde su llegada.

Sé que con mi tigre estarás teniendo dificultades y lo lamento pero el intercambio resultaba ineludible. Dos no caben en mi almohada y tú necesitabas, ahora lo comprendo, urgentemente deshacerte del cocodrilo. Espero no creas que es un trato para siempre.

No puedo matar al cocodrilo chillón aunque me esmere en el crimen perfecto. Quiero de vuelta mi tigre. Pinche trato desigual. Si te pido de vuelta mi tigre, tal vez recuerdes a tu cocodrilo (puedo disecarlo ¿te darías cuenta?)

Cada raya de mi tigre vale más que el cocodrilo completo. Cuántos se pelearían por una rayita ínfima en un ojo, una sola y sin lloriqueos.


Tu cocodrilo además de consuelo debe alimentarse, y pollitos ya no tengo, debo ver ¿qué moralidades quebranta? Tendría que saberlo. ¿Ranas, sapos, pisoteo valores con eso?

Casi ni llora y solito se alimenta. Quiero mi tigre de regreso.

martes, 15 de junio de 2010

no es, aun

la noche a veces se transforma
por obra de conjuros y menjurjes
que le llegan de lejanas estrellas apagadas
en una bolsa de papel llena de ruidos

y escuchamos llanto de niños cuando el gato grita
y los perros que tiran los botes de basura
acomodan morosamente sus ladridos

cuando
nos traen pesadillas inundadas de balazos

miércoles, 26 de mayo de 2010

Meses

"¿Juntará mayo lo que aparta abril?" Ulalume González de León

Quién sabe, mayo se va también y junio llegará, con sus horas y sus hordas de poetas. Apartaremos para el mismo junio los recuentos.