jueves, 2 de noviembre de 2006

A Luis Rey

Tengo un corazón ardiendo
entre las manos
y no sé a quien pertenezca

En alguna de esas noches

Noches llenas de difuntos
que son como recuerdos
de historias oídas
en otros idiomas
lo pusieron
me lo dieron a cuidar
lo encendieron
y desde esa oscuridad lejana
no hay nada que con estas manos
yo pueda tocar
sin sentir que de mi tacto
estoy atrás

Para Manuel, Guaymas


La confusión es neblina que cubre cualquier calle

Alcanzamos a mirar al gato
ladrándole al conejo equivocado.
Quisiéramos, en ocasiones, convencerlo de su condición
felina
en este sitio
donde los peces navegan en un aire enrarecido
dejándose atrapar por manos
que quisieran atrapar
la vida

Lo inútil se hace soledad
somos amantes de la luna
y la tocamos
como tocar
por fin
la sepultura

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias.
Le daré este buen anuncio a.

Saludos.