viernes, 24 de febrero de 2006


octubre de 1997
teresa
lluviecita rica

Ugo
no sé:
sólo para decirte que casi no se puede hablar por acá. Sólo para decirte que la lengua no se moja en los arroyos; tendida en el oscuro desierto se seca, agrieta su saliva y ahuyenta, junto con el coyote, el grito. Todo en balde.

Te besa, Teresa / Te reza, Tevesa

PD 1: “¿a poco tienes oxidado el corazón?” pregunta M. A. Galván en una canción p/sobrevivir. Yo le contesto:
PD 2: ¿No te percatas del olor a cieno?
PD 3: Porque así huele el corazón cuando se oxida.
PD 4: ¿O no?
PD 5: Contéstame; no finjas que no escuchas. Miro cómo se estremece el caracol que vive adentro de tu oído. Contéstame, no cierres tus labios al ruido que hace el corazón ya verde y enlamado que debe andar aquí en una callecita oscura de mi pecho frío. Se oxida.
PD 6: Dejémonos de soledades. Tú escoge la puerta de salida.
PD 7: Es aún octubre. Ya casi no.
PD 8: Resulta doloroso soportarme.
PD 9: “ser solitario significa poner el cuerpo a disposición de todos / o de nadie; es posible que no existan cortinas, / tazas, ni siquiera orines: es posible / que un solitario ponga su cuerpo para uno solo. / O que no lo ponga. / Supongamos que lo subasta o que lo pierde...” No cabe, es de miguel ángel galván / canciones para sobrevivir.

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