viernes, 24 de marzo de 2006


Cascadas
"La modorra es un estanque / azul / en que me hundo"
(fragmento 2)
Miro animales muertos, perros, gatos. Hoy miré a un pájaro con las patas hacia el cielo, qué lejos le quedó el anhelo de toda su vidita… reprimí el ansia de hacer algo disparatado, coger a ese animal, besarle las plumas doloridas, escupirle mi saliva en los lejanos ojos, pellizcarle el vientre duro, aventarlo, patearlo con asco… cualquier acción que indicara que no soy indiferente a la muerte. Pero oh, esa la gran costumbre –Julio diría- me ha privado del placer que creo sería comerme a mordidas un pez lingüística y biológicamente convertido por mí en pescado al sacarlo del río, transformada yo misma en una osa enorme que se alimenta y alimenta a sus cachorros utilizando las garras, morder el pescado, que cruja entre mis colmillos, que la sangre escurra y sentir en mi boca su todavía vida… correr en la lluvia, gritar con las gotas en el paladar, como si la lluvia fuera sangre de un animal vivo al que le regalo muerte. Algo me detiene siempre, el mundo que se mueve bajo mis pies. Esta banda.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Sabrás que un día sentí que la vida de mi amá era tan frágil como un pájaro? Sucedió cuando regresó de aquella última operación que le hicieron, después de encontrarle cáncer, un cáncer agresivo. Le ayudé a secar su cuerpo después de un baño y de pronto sentí que se desplomaba y titiritaba de frío. Sólo pude abrazarla y darle calor con mi aliento como si fuera un ave en desventaja, un niño... un ser vivo con la vida pendiendo en un hilo. Creo que nunca he visto tan cerca la muerte de otro y menos de alguien tan cercano.