lunes, 20 de marzo de 2006

Pero la nieve.
Ante ella no es creíble ninguna indiferencia.
No hay palabras pero hay muchas.
Mariana gritaba "¡qué bonito, mira los árboles, mira, mira, qué bonito, y los techos, y el suelo, mira mamá, qué bonito... !" -aturdida ante la impotencia de querer y no poder expresar sino el qué bonito
y mientras no se podía (porque no se puede) decir, todo aquello seguía cayendo haciéndonos creer que no caía, que sólo se quitaban los colores para mostrarnos el blanco, flotando ante nosotros, sobre nosotros, adentro...

1 comentario:

Pina dijo...

¡Qué bella y callada manera de conjugar verbos como sentir, percibir, gozar, vivir, (y similares)a través del monólogo de Mariana!
Me han llegado en esta recien estrenada primavera loca, mientras los dedos de mis pien aún se sienten congelados.
Abrazos que vuelvan tibio lo frío.