martes, 28 de febrero de 2006


Noviembre de 1997
Cananea
frío, frío, frío...
yo

Hermosillo
tibio, tibio, caliente...
ya llegaste:

Del color de esta hoja se me pondrán los labios en el primer instante de mi muerte. Contamos con reducidos catálogos para que usted elija la forma que tomará su mano derecha cuando intente apresar el último respiro. Esperamos con impaciencia su decisión. Estaremos para servirlo en:

Privada del Espantapájaros Errado,
Cerrada la boca y helados los labios,
Sin nombre conocido que los llame.
00000001-0

Pd 1: ¿Cuándo y en qué pajar perdimos nuestra aguja, amor?
Pd 2: Ofreceré rescate a quien la encuentre; la imantaré cuando la encuentren; serás el norte que la bese si la encuentran.
Pd 3: Entre pajares y pajareos recuerdo un sueño:
Parada en una esquina sentí una sombra sobre mí; al voltear vi que pasaban volando dos ángeles enormes, morenos y gordos, llenos de lazos y de bucles; su vuelo lo efectuaban en una posición muy incómoda; los seguí, sin dejar de verlos, tropezando con gente que venía en sentido contrario y que no los veía; nadie volteaba al cielo... Llegué a la plaza y los ángeles se me perdieron entre los árboles y entonces descubrí que en su lugar había un gran caballo, blanco y gordo que flotaba; era un globo, un globote... y eso eran también los ángeles. Traductor de sueños: ¿qué me dices?
Pd 4: Uno de Eduardo Lizalde: “Aunque alguien crea que el terror / no es sino el calcetín de la ternura / vuelto al revés, / sus pastos no son esos. / No están ahí los comederos / del terror. // La ternura no existe sino para Onán. / Y nadie es misericordioso / sino consigo mismo. / Nadie es tierno, ni bueno, ni grandioso en el amor / más que para sus vísceras. / La perra sueña que da su amor al niño, / goza amamantándolo. / Reino es la soledad de todas las ternuras. / Sólo el terror despierta a los amantes.”
Pd 5: Y colorín, colorado, esta carta se ha matado...

lunes, 27 de febrero de 2006


teresa miedo y frío
mil, 900 noventai
siete
noviembre

------- :

Te abrazo y te digo que este viento.
Es todo. Quedo a tus órdenes para cualquier aclaración y/o sugerencia.
Besos para tu huerta llena de sol.



Pd 1: Resulta que los techos casi vuelan. Pero no. Los clavos sostienen como pueden esas alas enmohecidas.
Pd 2: ¿Y tú? ¿qué clavo sostiene con garras tus deseos?
Pd 3: ¿Enmohecidos?
Pd 4: Un poema completo de Eduardo Lizalde:
Para el odio escribo. / Para destruirte, marco estos papeles. // Exprimo el agrio humor del odio / en esta tinta, / hago temblar la pluma. // En estas hojas, / que escupo hasta secarme, arrojo / todo el odio que tengo. /Y es inútil. Lo sé. / Sólo te digo una cosa: / si estas últimas líneas fueran gotas, / serían de orines.”
Pd 5: Yo tampoco.
Pd 6: Parece que el sabor de las cerezas no conjuga con algunos verbos, ni en todos los modos.
Pd 7: Nunca lo supe ; tal vez sea cierto.
Pd 8: Pero si no, que lo sea. Que las frutas coloradas, o las dulces, o las más redondas, no se puedan conjugar en modo subjuntivo.
Pd 9: O que los dátiles, las pasas, las péchitas y los albericoques se puedan conjugar sólo en un pretérito imperfecto...
Pd 10: Anoche me visitó la muerte.
Pd 11: Casi lo sé.
Pd 12: Pero no. Si no era ella: ¿quién me visitaría sacándome del sueño? ¿quién cantaría justo a la orilla de mi almohada con esa voz desconocida y dulce?
Pd 13: ¿Y si enloquezco?
Pd 14: No, qué bueno que no.
Pd 15: Yo, definitivamente, no.
Pd 16: Te dejo con uno de Guadalupe Amor: “Es mejor la locura, / la angustia, o el dolor, o la ansiedad / que la gris amargura / de saber con frialdad / que una misma fabrica su verdad.”

sábado, 25 de febrero de 2006



octubre de 1997
acá (para ti: allá)

allá (para ti: acá)

Estamos enviando a usted un lote de buenos deseos, correspondientes a los días más lluviosos que nos acompañan. Mucho agradeceremos a usted el acuse de recibo y además el nombre del encargado de los pajaritos.
atentamente

teresita, sustentante utilitaria
de CMDPD, CCP y PPTP


PD 1: A veces la saliva se mantiene ronca en los armarios del olvido.
PD 2: Otras veces, no.
PD 3: A veces no hay.
PD 4: Saliva, ni armarios, ni olvido.
PD 5: Cuida mucho mis alas. Límpialas.
PD 6: Falo, fellatio, fetichismo, feto, frigidez, bisexualismo, blenorragia... castración, ciclo menstrual, cigoto, cistitis, climaterio, clímax, clítoris, coito anal, interrumpido, cuerpo cavernoso, cunnilinguis, cohabitar...
PD 7: Esto es el ritmo.
PD 8: Yo cohabito, tú cohabitas, nosotros cohabitamos, ellos cohabitan...
PD 9: Una adivinanza erótico-ecológica: “Es un orificio que puedes tener limpio o sucio.” (La solución en la pd sig.)
PD 10: “tengo el corazón podrido, / volveré a casa / la ciudad seguirá abriéndose entre las manos, / el barullo de la luz, / el muñeco de alambre que late en la cabeza / todo estará en su sitio”, dice Galván y yo agrego que hasta el cielo, ese orificio turbio...

viernes, 24 de febrero de 2006


octubre de 1997
teresa
lluviecita rica

Ugo
no sé:
sólo para decirte que casi no se puede hablar por acá. Sólo para decirte que la lengua no se moja en los arroyos; tendida en el oscuro desierto se seca, agrieta su saliva y ahuyenta, junto con el coyote, el grito. Todo en balde.

Te besa, Teresa / Te reza, Tevesa

PD 1: “¿a poco tienes oxidado el corazón?” pregunta M. A. Galván en una canción p/sobrevivir. Yo le contesto:
PD 2: ¿No te percatas del olor a cieno?
PD 3: Porque así huele el corazón cuando se oxida.
PD 4: ¿O no?
PD 5: Contéstame; no finjas que no escuchas. Miro cómo se estremece el caracol que vive adentro de tu oído. Contéstame, no cierres tus labios al ruido que hace el corazón ya verde y enlamado que debe andar aquí en una callecita oscura de mi pecho frío. Se oxida.
PD 6: Dejémonos de soledades. Tú escoge la puerta de salida.
PD 7: Es aún octubre. Ya casi no.
PD 8: Resulta doloroso soportarme.
PD 9: “ser solitario significa poner el cuerpo a disposición de todos / o de nadie; es posible que no existan cortinas, / tazas, ni siquiera orines: es posible / que un solitario ponga su cuerpo para uno solo. / O que no lo ponga. / Supongamos que lo subasta o que lo pierde...” No cabe, es de miguel ángel galván / canciones para sobrevivir.

jueves, 23 de febrero de 2006


Canapas, beach,
September patrio del 97
Teresa

hermosillolíquidosturbiosygelatinosos
pantanososycalientesderretidosenunnoveno
mesdetrescoloresenelnoventaysiete... para
ti, charcotibioenelrecuerdodeunbebé
confrío, y etc...
Ugo:

Pues bien, yo necesito decirte que:
Ni siquiera llueve.
Y es todo.



Pd 1: Si por lo menos la certeza fuera cierta o flecha certera para atinarle al sol como dijo el raúl, otro gallo nos despertaría del olvido ¿o no?
Pd 2: No, pues no, es difícil llegar a presentir la vida mutilada o podada –dirían los más afortunados... ¿Cuáles, al fin y al cabo?
Pd 3: Ah, pues ésos... y también aquellos; tal vez también los otros, pero no nosotros. A éstos nos duele la pluma remojada en charcos, a éstos nos apesta la memoria como si tuviéramos claveles derritiéndose en su baba.
Pd 4: Como el resto casi estamos seguros es del dominio público, nos lo callamos.
Pd 5: Aquí te pongo uno de Roberto Vallarino: SUICIDIO: / No se lo dijo a nadie: / ni a su sombra. // Subió las escaleras / muy despacio. // Sólo se pudo ver / la ventana encendida. // Ni siluetas ni ruido: / la autocrítica llevada a sus extremos./
Pd 6: Pues ni tanto ¿no?
Pd 7: “decirte que te quiero / decirte que te adoro / con todo el corazón”
Pd 8: También de R. V.: “La memoria es un odio / alimentado con migajas de tiempo”
Pd 9: Te quiero, recuérdalo.
Pd 10: (te lo quiero dar ¿y ecuer?) (dalo, te quiero) (chin)
Pd 11: Ni modo, qué le vamos a hacer.

miércoles, 22 de febrero de 2006


Agosto de 1997


El placer defenestrado


Pero placer aún. De escribir aunque.
¿Sabes lo que es un hectocotilo? No importa. Aunque lo sepamos, jamás lo sabremos. ¿Qué sintió mi mano cuando tocó tu ombligo?
Placer. El cielo o lo que así se llama, o lo que alcanzo a ver de eso que llamamos cielo, es gris; o lo veo gris; o mis ojos, tan poco fiables, me susurran el gris. Llovió tristemente hace rato y esta hoja es escandalosamente loca de tan anaranjada que tiene el alma.

Placer, siéntate en la cama, yo (que nadie se meta). Porque sintiéndote yo en la cama, el corazón es un tuerto indigno de miradas. Placer. No hay placer en lo inconcluso, sino éste. Que también nos pone desnudos y anhelando. El placer. Arenita seca abandonando nuestros dedos. El tacto. El placer de lo inconcluso.
No terminaré. No terminarás. No terminaremos.
Las ventanas selladas lo son.
Las puertas que rechinan.
El olor.

Placer. Son las seis de la tarde (gris, te digo); alguien chorrea algunas gotas sobre este pueblo. Y el placer ¿en gotas pequeñas o grandes? Tú, que tantos tratamientos a base de líquidos has seguido, dime: ¿estás curado?
¿Y si fuéramos sírfidos? ¿volaríamos hacia atrás como he soñado? No serás capaz de oponerte arguyendo tu locura.

Loquito, en este punto de ésta que no es carta, porque ya casi nunca, te beso.

Y el placer del olvido ¿cuál es? La memoria es un placer. Pero no saber, pretender que nada, porque así se ha olvidado, dejó la menor huella en nuestra playa. Las olas. Eso no place. Lo otro, tampoco.

Llueve, es otro día ya. Martes. Agosto se está extinguiendo. Yo también. Las gotas son menudas, casi invisibles; ocasionan poco sonido. ¿El sonido puede ocasionarse? Cuánto placer oír tu voz por el teléfono; cómo se puede colar una voz adentro de uno cuando uno se descuida y no cierra las cortinas. Y entra, la voz, y recorre el escalofrío que se asusta y nos recorre, tropezándose. Una voz que llega a todos los puntos de lo que es uno por dentro. Toda la madeja entelarañada de sensaciones que uno es, es jaloneada por el gato que juega. Tu voz.

Es otro día. Llueve. Son las trece horas y hace calor. Sofoco. La molestia, incomodidad, dolor. El placer de lo que duele. El dolor que no place. ¿Qué esperas para matarme, amor?
Porque a fin de cuentas, así como yo defenestro y tú defenestras, un chingo de personas han defenestrado la lluvia (¿o a la ¿)
Qué sarta de incoherencias (ni yo me lo creí) Eso me pasa por escribirle a un loco. O para un loco. O por uno.

La mano entre las piernas / provoca el ensueño
Las piernas entre las manos / son el sueño
El sueño entre las piernas / son tus manos


EL PLACER: ¿Cuántos animales parirá la noche / para sustentar la voz / con la que gritas/ que ya sea de día / porque quieres despertar / pero es oscuro / y duermes. // Tienes miedo.

martes, 21 de febrero de 2006


Canapas ranch, nublado
Y lleno de rosas
teresa

Hillo, nadando en lodo.
Para un mojado
Ugo

Le hacemos entrega de avances ambulatorios; anexo entregamos también gráficas verticales y demás minucias celestes junto con las estadísticas ambientales del color que nos solicitó telefónicamente. Esperando no haberle dado lo merecido, nos despedimos y le recordamos que nuestros catálogos difusos y melancólicos están a su casi entera disposición.

Cinco dedos le hacen la señal de despedida: hasta lueguito.



Pd 1: “Quisiera deshacer con mis manos al dragón, / volver a mi casa tranquilo y no hacer nada. // De veras nada.” Es de un chavo que tiene cara de loco y se llama Gastón Alejandro Martínez.
Pd 2: Las nubes grises nos miran y cierran los ojos, les irrita lo que ven, se tallan con dedos gordos los párpados y se los tiznan ¿Qué estamos haciendo? ¡Carajo!
Pd 3: Si, tan solo por un momento, consiguiéramos del mar las olas.
Pd 4: Pero no, de esos remolinos no se agitan en tus humedades... ni en las mías.
Pd 5: Ni en las de él.
Pd 6: “Acitrón de un fandango / sango, sango, sabaré. // Sabaré de farandela / con su triqui, triqui, trán.”
Pd 7: ¿Y tu ángel guardián? ¿qué cuenta? (¿qué....? ¿cuenta?)
Pd 8: Mi vida es un ratón, dice RAS.
Pd 9: Este caliente de limón té, te amarga y calienta éste.
Pd 10: ¿Y aquel?
Pd 11: Anoche un.
Pd 12: Me tomó tiernamente (casi con violencia dulce) de los.
Pd 13: Sorbió mi lengua y depositó húmedas.
Pd 14: ¿Y todo para qué? –me digo-, si tan sólo.
Pd 15: Pero no, todo... al fin y al cabo.
Pd 16: Aunque... ¡chin! ¿y si tú tuvieras razón?
Pd 17: No importa, aquí de todas formas el agua se seca si la dejas al sol. Se la chupa, el pervertido; se la traga, el inverso.
Pd 18: ¿Inverso?
Pd 19: Sí. ¿Y qué? ¿acaso te duele el saberlo? A mí sí, pero ni pedo, el dolor nos hará grandes. ¿Para dónde? Quién sabe; como no lo creo, no me importa ¿Te duele? Vuélveme sádica, amor, que aún no.
Pd 20: Te regalo este palindroma que, por supuesto, no es mío: “Sana tigre / vas a correr rocas / a ver gitanas”. Me lo dio Humberto por teléfono desde Tijuas, no recuerdo de quién es. Borges tal vez se sintiera satisfecho.
Pd 21: “... lo quinto, no toque sin causa justa a otros en las manos, rostro ni cabeza, aunque sean criaturas, ni halague a otros animales, que con la blandura de sus cabellos suelen, no pocas, veces, causar deleites sensuales.” , Tratado de la mortificación, 1778.
Pd 22: Y último. Porque ya se acaba: “En lo que es obscuro falta la claridad: en lo que es sombrío falta el día: lo que es tenebroso carece de toda luz.”, dice el Diccionario de Sinón. de Porrúa. Te doy tres besos, distribuidos como mejor te parezca o convenga.

lunes, 20 de febrero de 2006


Marzo de 1997


Dormiré feliz en esta noche, mientras el viento siga soplando en la primavera caliente: las campanas que todo el año cuelgan su impasibilidad en el mero borde del abismo ventanal, han revivido.
La felicidad, hoy, ahorita, es este sonido que entra en mis oídos para darme dulces, líquidos y navegantes sueños.


Abril de 1997


Tiene que ser aún abril cuando retome el enorme placer que padezco al escribirte, amor. Abril y por qué no mayo. En mayo ya estaré gozando en lo continuo que me dabas al pensarte. ¿Y por qué hace tanto la ausencia? No sé qué mentiras responderme. Como esta carta es de mentiras, te diré que: estuve medio muerta o medio viva, según lo afirma (¿o niega?) un televisivo mensaje; y parecióme todo en vano, los deseos y el miedo de olvidarte. No es que haya revivido, no mucho, pero estoy en la tarea de querer inventarme un vital soplo que me anime. No todo va mal. O supongo que no me va peor que a otros. O... ¿cómo decirlo?... Olvidémoslo.

La Escabiosa Mordida contiene como sustancias activas la saponina, el tanino y los principios amargos son los principios activos de la planta. Es eficaz contra la pestilencia, para lo cual se la hierve en vino, y se bebe; también se colocan las hojas verdes sobre los ganglios. Igual fuerza tienen las raíces, bebidas eliminan la sangre del cuerpo, y bebida tiene una forma especial de calmar los dolores de la matriz, y de matar los gusanos intestinales. El alcohol de la escabiosa mordida, una vez bebido sirve contra los ardores de pecho, la tos y la ronquera, la respiración difícil, así también para eliminar mucosidades y flujos fríos... También se le conoce como Mordisco del diablo.

¿Qué dices? ¿te interesa? Este sí es lenguaje poético... No, esta es poesía sin valerse del lenguaje, o a pesar de él... nada es lo que quiero decir... (“en esta noche clara / de inquietos luceros...”) confío, pero no, en que tú me entiendas. TARAXACÓN: también se le conoce con los nombres de achicoria amarga, amargón... diente de león (Hay que tener cuidado para que los niños pequeños no jueguen con las flores)

Ya se fue Pía. Ayer. Hablamos mucho y dormimos muy poquito. Si supieras cuánto hablamos. Eso es bueno, muy bueno. Luego se fue y yo me quedé sola. A trabajar en chinga, que estoy atrasada en casi todo. ¿Por qué me pasa esto? Pues porque me gustan las broncas, porque no sé decir no con la asiduidad que la palabra merece y aquí estoy: escribiéndote y pensando en todo lo que tengo que hacer... ¡chin!
¿Me has extrañado? Yo sí... mucho.

Aprovechando que esta carta es de mentiras, te voy a contar algo: amé a tres hombres. Amo a esos mismos tres hombres. Nunca podré dejar de amar a ninguno de esos tres hombres. Y lo he intentado, con insistencia y afán, y el tiempo pasa y el amor ahí está: intocable, entero... Dónde, en qué recóndito pedazo de esta habitación que somos y que usamos antes de morir (o usamos para vivir, como gustes), se hizo bolita el amor, se hizo piso necesario, cobijas y almohadas indispensables?... o ¿dónde se escondió el amor por estos hombres, tres, que no puedo sacarlo cuando barro mi casa con escobas nuevas y sacudo con agua limpia recién llovidita? No sé, pero allí sigue. Y los amo y a ninguno de los tres puedo tener (tener en la cercanía, en el consuelo de la piel, la voz cercana, el calor y la mirada) Uno se me quedó lejos, en los recuerdos casi de infancia, mi hijo es su hijo y lo amo también por eso. Otro se está perdiendo en la distancia de la pasión y frustración musicales, en el drama de jeringas, soledad y desvelos, y lo sigo amando a pesar de eso. El otro ya sabes quién es... lo amo y escribo cartas y cartas para él. A pesar de todo.
Ya ves. Lo bueno de estas confesiones tan dramáticas y que casi te hacen llorar (de risa), es que son de mentiras.

Y tú ¿qué dices?. Te tengo atolondrado con tanto palabrerío, te tengo aturdido con todo este rollo, estás atónito, asombrado, estupefacto, espantado, sorprendido, turulato, maravillado, pasmado, triste, cariacontecido, sin poder hablar, con la boca abierta, como quien ve visiones... O nada de esto. En fin, como conjeturar es verbo y fabular también, mejor dejémonos de cosas; si no quieres contestarme, no lo hagas. Nada pasará. Que no haya pasado. Ya ves que nada nuevo bajo el sol... Ah, pero qué tal bajo la luna... hummmm, qué rico.

atte.
La mentirosa que no miente

sábado, 18 de febrero de 2006


Febrero de 1997

Pues sí, hoy sí se va esta loca ¿Cuándo llegará contigo? Ve tú a saber, ya ni conjeturar es verbo. No, claro que no: yo conjeturo, tú conjeturas o conjetureas... ja.
Ah, bueno, ya ni hacer conjeturas es bueno... con que llegue se conforma esta loquita, que ya se muere por estar entre tus dedos grandes (le he hablado mucho de tus manos, de tus dedos fuertes y ya quiere conocerte, quiere saber qué se siente ser estrujada, sudada, doblada, rozada... y bésala, por favor, le recomendé tus besos ampliamente y si no la besas, se decepcionará; su condición de carta no la exime de ciertos deseos). Esta carta quiere estar en tu casa, quiere rodar en tu cama, perder la cabeza entre las sábanas, quiere que la mojes... Ay, pinches proyecciones
pinches frustraciones
pinches noches solas
pinches dedos torpes
pinches deseos pinches
Me quedo casi sin aire
me hundo
me muero...
Ojalá me llames

Te abraza, te besa, te apapacha, te acaricia, toca, estruja, lame, huele, roza, ensaliva y te hace cosquillas en el alma (intenta, por lo menos)

Teresita
ja
ja
ja



Marzo de 1997


Ay, querido, qué lluvia, qué frío, qué granizo: se van a helar todas las flores. Desde aquí veo cómo el granizo golpea la madreselva, las flores amarillas y olorosas; las bolitas blancas rebotan y hacen que las hojas se estremezcan verdemente. Yo adentro me estremezco de incoloro frío... llegué hace como media hora y aún estoy mojada (creo que siempre, por una razón o por otra, estoy siempre mojada); no pude guarecerme en ningún portal, ni hubo árbol torcido que me resguardara de esta tan derecha y fuerte lluvia, y el cabello está mojado, la blusa y los zapatos también.
Es jueves 21 de marzo. Aquí la vida sigue a pesar de todo. ¿Y allá?

Parece que la lluvia ya se quiere ir, yo también me voy. Te digo que nos vemos pronto. No te muevas de allí. Ya llego, Uguito mío.

viernes, 17 de febrero de 2006


Diciembre de 1996

Nieve, nieve. ¿Y la canción para que la vieja de la cueva nieve?
No, esta pregunta estuvo muy mal hecha, sólo quise solicitar un canto. Porque quisiera salir y arriba de los cerros brincar y cantar con fuerza para que la nieve, (oh, sí, la nieve) nos caiga y nos caiga encima, que nos convierta en negritos de un arroz helado y blando, cocido en los terrenos celestes más fríos y mojados. Y sí, querido, ha nevado por horas, todos estamos en el alborozo pleno de no saber qué hacer; nos acomodamos, codos en posición, cortinas echadas a un lado, a ver, a ver cómo lo indescriptible cae... sólo instantes soportamos; después corremos a cubrirnos para salir, salimos, permitimos que la liquidez que no es, nos moje con su roce. Nuestros dedos están calientes, la deshacen, hay que esperar.

Diciembre de 1996

Instalada en este frío cuento que se llama “Teresa viendo nevar en Cananea” (¿recuerdas “Isabel viendo llover en Macondo”?), te escribo, amor. Escribo para ti y te digo que todo transcurre lentamente, la gente se mueve como en sueños (por esta ventana veo, eventualmente, cómo pasa gente que se cubre las orejas, que lleva las manos metidas en los bolsillos, que arrastra bufandas, tiembla, va roja de frío), y quiero que me envidies por este placer solitario que recibo y que me doy y tomo.

La calle es blanca mientras nadie la camine. Así somos todos. Puros (“¿pura para quién?”, dice Sylvia Plath), hasta que alguien nos pise. La calle se hizo para ser hollada. Nosotros para caminar y ser caminados, perder nuestra frialdad al mismo tiempo que perdemos lo impoluto... ¡Ja, qué palabra tan fea! Estaba tan solemne que yo misma me di un codazo (y un coscorrón... y un pellizco). Me divierto.

Bien, tengo que ir a trabajar. Parece que la nieve ya se quiere ir. Y yo te digo que nos vemos pronto. No te muevas de allí. Ya llego.


Teresa, s.a. de p.v.
06 de enero de 1997
Sr. Uguito
Hermosillo, Sonora, México
P r e s e n t e.-

y lloverán azules estampidas de gaviotas en su cielo, se lo advierto. Tome las medidas pertinentes para evitar mayores daños. De usted depende si se muere en ésta. O en la otra. Quedamos satisfechos con el mero aviso.
Sin más por el momento se despide
Adivina, adivinador...

Pd 1: De Elsa Cross: “Ah, íntegro varón, que Dios te guarde
Pero voy a aclararte
En nombre de esta cólera
Y a manera de agravio,
Que si tanto te amo
Es seguramente por error.”
Pd 2: Cuando el agua está cayendo, no se oye más que el agua. ¿Lo crees?
Pd 3: Un poema breve de J. A. Montero: Epílogo : Escribía / para ti / y me leías / sin mucho / ánimo crítico // Después / ni eso // Hoy / ya ni yo / me leo
Pd 4: El día es gris, me está diciendo cosas: que enloqueces con una demencia humedecida en el sollozo pasajero; me susurra que caminas como loco entre tu ropa, queriendo desnudarte en pleno amanecer y con los pájaros que escurren lluvia aplaudiéndote... Sé que no es cierto, los días grises son rementirosos. Sigo convencida de tu cordura.
Pd 5: Fiel y atada a tu cuello.
Pd 6: Tu cordura.
Pd 7: “Estoy cortado / Un caimán me dejó sin brazos / sin piernas y /ya indefenso / una gaviota artera me picoteó los ojos / Una enorme tortuga me arrancó la cabeza / Soy un tórax tirado a la cuneta / el recuerdo de alguien que al soñar se levanta sudando / un ostión en el filo del cuchillo”; es de Rafael Torres S.
Pd 8: Yo ya no escribo; tan sólo ocasionales letras llegan a reunirse de vez en vez en mis deseos.
Pd 9: ¿Y tú? ¿por cuál camino corres?
Pd 10: ¿Ni camino necesitas, dices? La ingenuidad recorre las mayores distancias sin siquiera abrir los ojos; pero tú... ruegote consultes mapamundi porque tu perdición me abruma.
Pd 11: Abrumada está la lluvia de tanto caer sin retroceso y tú, igual que nube, te desplomas sin remordimientos; parece que al dejar caer las gotas, ni te enteras qué terreno mojas, lluvia.
Pd 12: De Alina Pettersson: A un fauno "Quiero reposar bajo la sombra / oscura que cubre tus miembros / gozar el dulce chorro de tu flauta / el son de tus campanas. / Quiero atisbar el barbado engaño / de tus labios, / ser testigo del cristal / que refulge en tu mirada / Quiero ser esa lira que tú tañes."
Pd 13: Pero no: nos valga madre el silencioso crujir de las miradas envidiosas; no se posará encima de mis hombros ningún brazo pesado de tan muerto. O sí; tal vez el coloreado canto de la sirena lisonjera háganos partícipes del vuelo.
Pd 14: Estoy hasta la madre de mí.

jueves, 16 de febrero de 2006




Cananea, teresa, algodón de azúcar
huy qué miedo, mil 900, 90 y seis.

Octubre.
Ni lunas en Hermosillo...
Rueda de la fortuna
Qué risa... Ugo

No viniste. No viniste. No.
Viniste.
Ni modo.

Pd 1:“Bajo tortura admito que ya no te quiero
Bajo tortura que ya no me gustas
Bajo tortura que ya me voy
Lejos de tus brazos que ya no me buscan//
Ni bajo tortura digas que me quieres
” Ámbar Past
Pd 2: Estoy plagiaria ¿Y tú?
Pd 3: ¿Algo nuevo bajo el sol?
Pd 4: Tenemos ya muy poca saliva. Tendremos que ponernos como locos (¡como locos!) a desperdiciarla. Hablándole a las piedras, gritándole a las hormigas, susurrándole a las nubes las frases cabalísticas para que abran las infladas piernas y ya sabes. Tirar la saliva. Abrir la boca en pleno medio día y durar así por lo menos veintidós segundos y nos volveremos mudos.
Pd 5: Nos comunicaremos con las antenitas, insecto verde y saltarín que aún no ha sido clasificado: Tú.
Pd 6: Pero a nosotros no nos nacerá el gusano. Quemador. Seremos iguales que los soldados perdedores. Y vivos. ¿Me entiendes?
Pd 7: No. El viento destrozará las construcciones recientes. Las que todavía no cuajan. Cua. Ja. N.
Pd 8: Campizal. Así me gustará llamarme. Dentro de poco. No sé qué querrá decir. Pero me vale.
Pd 9: Clister. Ayuda, lavativa. Es incorrecto escribir Clíster, quizá por influencia de císter, que también es incorrecto, escrito con acento ortográfico. Clíster. V. clister. / clisterizar, Clitemnestra, clitómetro, clítoris, clivoso (sa)
Pd 10: ¿Y si escribir fuera esto?
Pd 11: ¿Es esto?
Pd 12: Bueno...

miércoles, 15 de febrero de 2006


teresa
canapas...

ugo
hillo, 199...

¿Sabes? El viento insiste en romper cercos. Los hombres insisten en levantarlos, las mujeres los brincan, los niños los atraviesan, y el viento: ¡a la chingada! Aparte de esto que te cuento de la situación climatológica en el terrenito de la soledad, todo está en calma. ¿Y tú? ¿En qué borrascas andarás metido? ¿Cuáles suspiros hacen trepidar tus bardas (levantadas con tanto esfuerzo)? No sigo, mejor me des. Pido que me quieras. Dar un adobe porque ya viene el lobo y yo no estoy para esos colmillos. Ya no escribo chingaderas, mejor posdateo:



Pd 1:
“me está vedado conseguir que el viento / y la llovizna sean comedidos /con tu pelo castaño”, dijo Ramón López Velarde
Pd 2:
¿Y tú, qué dices al respecto?
Pd 3:
Ah, bueno. Yo sólo preguntaba.
Pd 4:
¿Y qué sería de nosotros sin esas respuestas que nunca llegan? ¿Y qué sería del aire si nosotros no estuviéramos ocupando un espacio ¿Tendría que multiplicarse, abrir los brazos, engordar?
Pd 5:
Tienes razón: eso no le importa a nadie.
Pd 6:
¿Y quién se preocupa por el cielo que anuncia lluvia? Como no sea para correr y descolgar la ropa de los tendederos, ¿hay alguien que se pregunte si alguna de esas gotas estuvo alguna vez tocando algún cuerpo que jamás será tocado por nosotros? (El algún presente)
Pd 7:
Ah, la oscuridad y la piel. Y lo que tú decías.
Pd 8:
Pero de noche no todos los gatos son pardos, ni se tapan con la misma cobija (aunque haga frío), ¿quién te convenció de tal?
Pd 9:
Hay gatitos, los pobres, que ni a pardos llegan. En lo oscuro se borran, no los vemos. Y si se enroscan en nuestras piernas, no los sentimos, ni su aliento cuando nos maúllan en el rostro nos empaña, ni nos duele cuando nos arañan.
Pd 10:
En un cuarto oscuro ¿qué gato tan pardo seré para ti, amor?
Pd 11:
Aunque me digan, de Ricardo Yáñez: “aunque me digan / aunque me peguen /aunque me contradigan / aunque me corten la lengua y se la echen a los gatos / aunque me metan en un costal / aunque me den con la mano del metate / aunque me corten en pedacitos / aunque me echen al pozole / a los tamales / a las tostadas con carne / aunque venga mi tía y me suplique / mi tortuga y me suplique / mi voz y me suplique / he de morir viviendo / ya lo dije / y es todo lo que sé.”
Pd 12:
Pos sí.

martes, 14 de febrero de 2006

Menos el domingo


“Al fin y al cabo, las cartas son del que las escribe.¿No es cierto?”
Gabriel García Márquez, El amor en los tiempos del cólera



“Menos el domingo
todas las tardes
salgo a ver al cartero
a ver si trajo algo para mí.
Oh, Virgen de Alta Gracia
A ver si un día se acuerda de mí”

Daniel Santos, “Linda”


“Mi mayor placer es la turbación que debo estar provocando en ti, en este instante, que ya no es el instante en que escribo y sin embargo es el mismo” Crónica de la intervención, Juan García Ponce



¡Quihúbo, loquito! Afuera llueve y llueve. Quisiera ver el agua, pero solo puedo oírla. Y la siento. Frente a mí, la ventana solo deja ver la noche. Mojada, escurriendo negrura.
Son las 10:35 de la noche del jueves 25 de agosto, día de Luis Rey (creo)
Esta pluma escribe rico y el agua sigue viniéndose. Eugenia León canta : “Yo no sé / cómo puedo vivir / sin tu amor”
Ahora sí, te beso con muchas, muchas ganas de besarte; te abrazo con un chingo de ganas de abrazarte ¿Cómo estás, amorcito?
“Contando las horas de la noche / esperaré /Piensa, mi bien / que te quiero / de veras...” (sigue E. L.)
Y yo me quedo casi muda mental pensando cuánto tiempo sin escribirte. Y no me creerás que pienso tanto en ti. Tanto, tanto...
Sigue lloviendo. Quisiera sacar la cabeza por la ventana para que se quite el dolor y se vaya con la agüita fresca y nocturna.
Pero no puedo.
“si una vez te besé / ya no me acuerdo / yo no sé si te odiaba o te quería / el olvido triunfó sobre el recuerdo”, sigue Eugenia
Ahora estoy de espaldas a la ventana, hincada en el suelo, escribiendo sobre la cama (en penitencia para escribirte mejor, dijo el lobo –y la caperucita lo leyó)
En la casa (corral) de enseguida vive una perra y en este momento está pariendo... con estos charcos celestes... ¡pobres perritos!
¿por qué no puedo escribir bien? La lluvia me emociona, distrae mi mano “... y aunque tú fueras / de todo el mundo / yo soy de ti...”
Estoy leyendo sobre China (-h- ojeando a China), y aquí veo una foto de Chiang Kai-Shek montado en un caballo muy loco que parece de juguete; o no, más bien parece caballo artificial o de mentiras; muy bien hecho, pero falso. Y no, es de verdad; es un caballo que estuvo vivo, respiró, comió, se murió... y el agua sigue (el caballo te gustaría)
“... que nada ni nadie hará / que me olvide de ti.”
¿Cuándo te veo? ¿cuándo, cuándo?
La lluvia rica cae y cae. Moja y moja. Yo me mojo, tú te mojas, nosotros nos mojamos. ¿Me permites mojarte en este baile, loco? ¿serías tan amable de mojarme en la siguiente pieza?